DOS FLORINES – Tras las nuevas restricciones cambiarias, el economista avizoró un escenario más complejo, que golpea la confianza de las empresas y limita las inversiones. Nahuel Amore
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso nuevas restricciones en el mercado cambiario, con el objetivo de controlar la sangría de dólares que se registran por estas semanas. De este modo, el cepo se rigidiza aún más al añadir un 35% de recargo impositivo a cuenta de Ganancias y limitar la capacidad de acceso a la divisa por parte de los argentinos y las empresas, lo que terminó ya impactando en un incremento del dólar turista por encima de los 130 pesos y en el mercado informal con un piso de 145 pesos.
Tras conocerse esta nueva devaluación, Aldo Abram, economista liberal de la Fundación Libertad y Progreso, dialogó con DOS FLORINES y analizó cómo se reconfigura la compleja situación económica y financiera del país. “Es una mala noticia”, sintetizó, y advirtió por los problemas que se trasladarán a la vida cotidiana de los argentinos, con aumentos de precios en bienes y servicios, dificultades de las empresas para acceder a financiamiento y un default forzado para las que estaban endeudadas, entre otros obstáculos.
Con este panorama y a pesar de las dificultades naturales para proyectar una variable en este país, el especialista vaticinó para diciembre un dólar a 200 pesos, sin dejar de aclarar que “es muy difícil saberlo” ante un escenario tan dinámico. “Si me preguntabas a mediados de año a cuánto iba a estar el dólar, hubiera dicho arriba de 180 pesos y cerca de 200 pesos, porque venían manejando mal el tema de la deuda y pensaba que no iba a terminar bien. Después, la reestructuración fue un éxito y pensé que ayudaba a dar más tranquilidad, independientemente de que la gente se vive sacando los pesos de encima pero no a la misma velocidad, por lo que el dólar podía estar en 160 pesos para arriba. Ahora, con estas medidas, si van a seguir así, hoy digo que vamos a estar cerca de 200 pesos y me quedo corto”, afirmó.
De todas maneras, Abram remarcó que “todo se vuelve impredecible”. “Habían dicho que no iban a hacer esto y lo terminan haciendo. Encima, dicen que van a continuar con este rumbo, lo que implica que van a seguir con estas medidas. Es decir, esto no es lo último que vamos a ver en cuanto a restricciones a los mercados de divisas. Lamentablemente, se vuelve muy complicado proyectar a cuánto va a estar el dólar a fin de año, pero claramente va a estar muy alto”, sostuvo.
Mala noticia
“Las medidas confirman las expectativas que teníamos algunos economistas, en el sentido de que un cepo, una vez que se instrumenta y se pretende sostener en el tiempo, a lo único que lleva es a mayores restricciones al mercado cambiario oficial”, alertó el economista, que refutó a la administración de Alberto Fernández.
“El Gobierno te decía que cuando se reestructurara exitosamente la deuda iba a disminuir la incertidumbre y que el Banco Central iba a flexibilizar las restricciones cambiarias. Nosotros decíamos que no, en la medida que lo intentaran sostener al cepo”, señaló, y remarcó que “esto demuestra que teníamos razón”.
“Lo de ayer es una mala noticia para los argentinos”, sostuvo, y acotó la medida golpea a la confianza generada. “Mantenerlo en el tiempo lleva a que la situación del Banco Central sea cada vez peor y, por lo tanto, cada vez haya que restringir más el acceso al dólar, es decir, cerrar más al cepo. Y eso no es gratis para la economía”, alertó.
Consultado por cómo trasladará a la economía cotidiana, conocido como pass through, explicó: “Cuando ves un dólar paralelo que salta a 145 pesos, lo que marca es que la gente aumentó la incertidumbre considerablemente, con lo cual quiere tener menos pesos que antes y eso hace que se deprecie y se vea reflejado en la suba del tipo de cambio paralelo. Además, esto probablemente se verá reflejado en el tiempo en los precios de los bienes y servicios, algunos de manera más rápida”.
Empresas
Del mismo modo, Abram señaló a DOS FLORINES que el efecto recaerá sobre las empresas. “Con estas medidas, vas a tener un menor crecimiento de lo esperado. Vas a tener menos financiamiento externo porque se va a restringir el ingreso de capitales de afuera. Además, han obligado a las empresas a reestructurar su deuda, o sea, ¿quién de afuera le va a prestar a una empresa argentina, por más solvente, confiable y bien que se haya portado en el pasado?”, cuestionó.
De esta manera, el economista entiende que el cepo hard significa un golpe fuerte a las inversiones. “No podés pagar tu deuda, imaginate si te van a dejar mandar plata a tu casa matriz. ¿Quién invierte para no poder recibir sus ganancias? Nadie. De la misma manera que nadie trabaja gratis. Salvo que buscan más que inversiones, busquen fundaciones de beneficencia”, ironizó.
“Claramente, no van a venir inversiones del exterior”, subrayó, y planteó: “Pero eso no es lo peor. Las mayores inversiones en la Argentina siempre y en todo momento se hicieron por argentinos con plata argentina. Con lo cual, el problema es que nosotros estamos fugando capitales. Hoy se fue Falabella, pero en Argentina todos los días se van 100 o más millones de dólares de argentinos, que no los ves. Eso es lo grave. Somos el segundo país en el mundo con más fuga de capitales por habitante”.
Confianza
El economista de Libertad y Progreso recordó que “en los 70 años anteriores al cepo de Cristina Fernández de Kirchner, hubo 23 cepos y todos terminaron muy mal porque intentaron sostenerlos”. Según opinó, la salida del último en 2015 fue menos traumática por la confianza que generó Mauricio Macri y las promesas que realizó. “Pero Macri no cumplió su promesa y si tratás de sostener los problemas en el tiempo, se terminan agrandando y no es sustentable con la economía y explota”, distinguió.
En este sentido, ante la pregunta de si en algún momento será posible salir del espiral restrictivo, consideró: “Tenés que hacer las reformas estructurales: anunciar que lo vas a hacer, decir cómo y empezar a dar los pasos hacia esa solución de los problemas de fondo. Si hacés eso, la gente va a ver que la Argentina vuelve a tener potencial de negocios y no te vas a ir. Ahí es donde podés salir del cepo”.
Desde esta perspectiva, reconoció que las medidas dispuestas por la administración de Fernández terminan pegando en el intangible de la confianza y la credibilidad. “Mientras generes más pérdida de credibilidad, ahí se genera una mayor fuga de capitales”, afirmó, e indicó que el endurecimiento del cepo perdió lo que se había generado con la reestructuración de deuda.
“Más allá de la negociación que fue mal manejada, lo que importa es el resultado final y fue un éxito. Que haya sido un éxito mejoraba la credibilidad y achicaba la incertidumbre. Ahora lo que acaban de hacer es achicar la credibilidad; persiste parte de lo que ganaste. Después veremos cuánto perdiste, en la medida en la que podamos evaluar el golpe que ha implicado el cepo a la economía”, concluyó.