Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.
PORFOLIO PROFESIONAL DE INVERSIONES – La situación laboral es mucho más grave de lo que revelan los datos del INDEC. Realizando el ejercicio de tomar a la Población Económicamente Activa (PEA) del segundo trimestre de 2019, la desocupación alcanzaría la escalofriante cifra de 29,3%. Así, en la actualidad, casi un tercio de la población no posee trabajo en Argentina y la cifra total de desocupados se encuentra en torno a las 4.500.000 personas.
Días atrás, el Indec dio a conocer los datos de desempleo, ubicándose en un 13,1% para el segundo trimestre del año. A pesar de ser un valor máximo que no se observaba desde el 2004, la tasa de desempleo se encuentra sumamente minimizada. La situación laboral es mucho más grave de lo que revelan los datos del organismo. El problema es que la Población Económicamente Activa (PEA) que mide las personas que trabajan y buscan trabajo, se redujo significativamente por el contexto de la pandemia.
De esta manera, aproximadamente 2.500.000 de personas no salieron a buscar trabajo por el contexto de la cuarentena, pero no son personas que reciban un ingreso o no quieran trabajar. En concreto, son víctimas del contexto de la pandemia y la cuarentena. Así, la muestra contemplada en la PEA se redujo en un 18,7%.
Realizando el ejercicio de tomar la PEA del segundo trimestre del 2019, el desempleo en Argentina alcanzaría la escalofriante cifra del 29,3%. En otras palabras, en la actualidad, casi un tercio de la población no posee trabajo en Argentina. La cifra total de desocupados se encuentra en torno a las 4.500.000 personas, tomando los grandes centros urbanos.
La situación es más grave todavía. El problema es que, a ser tan rígido el mercado laboral, a las personas que quedan desempleadas, les será muy difícil encontrar nuevamente trabajo. Es que el sector privado en Argentina, no logra mostrar crecimiento en la contratación del personal desde el 2011. Claramente algo no está funcionando con la actual legislación laboral. Es una cuestión instintiva: si es rígida la salida, también será rígida la entrada. Para poner un paralelismo con el fútbol: si una persona sabe que si va a la cancha, la barra brava rival va a estar esperándolo a la salida, lo más probable es que directamente decida no ir a la cancha. En el mercado laboral, producto de la rigidez, sucede algo similar. Nadie va a contratar, si no puede despedir o reubicar a su personal. Por eso es importante que el mercado laboral sea flexible, pero con amortiguadores sociales.
Si se hiciera el mismo ejercicio de evaluar a cuánto ascendería el desempleo con la PEA de un año atrás, con países de mercado laboral flexible como Estados Unidos o Chile, encontraremos que poseen una menor tasa de desempleo que Argentina. Estas tasas hubieran sido del 17,9% y 20,8% respectivamente. En otras palabras, la rigidez del mercado laboral fue más costoso que un mercado laboral flexible. Por supuesto, la flexibilidad debe ir acompañada de amortiguadores sociales, como por ejemplo los seguros de desempleo, tal como ocurre en Estados Unidos. De esta manera, aquellas personas que quedan sin trabajo transitoriamente, cobran el seguro de desempleo hasta que se reubican en el mercado laboral nuevamente.