Ni salud, ni economía

ADN – La estrategia contra la pandemia y la falta de reformas estructurales llevó a que Argentina sea uno de los países donde se perdieron más puestos de trabajo. En América Latina, sólo fue superado por Perú, Colombia y Venezuela.

Un informe de la Fundación Libertad y Progreso refleja que el empleo en Argentina cayó 20,7% (una pérdida de 2,4 millones de empleos) en el segundo trimestre del 2020 si lo comparamos con el mismo período del año anterior según datos del INDEC.

caida de la economía

Las medidas restrictivas de confinamiento que se fueron aplicando en el mundo afectaron gravemente la situación del mercado laboral. Bajo éste escenario nuestro país no fue la excepción sino la regla. No obstante, a pesar de la imposición de doble indemnización y prohibición de despidos, la mala regulación laboral existente hizo que nuestro país estuviera entre los que más destruyeron empleo.

“Cabe destacar que, una regulación del mercado laboral restrictiva y con altos impuestos al trabajo es el principal motivo de la alta informalidad argentina y allí es donde impactó más duro la cuarentena”, señalan.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 94% de los trabajadores del mundo fueron afectados por las medidas restrictivas de confinamiento; el pico de dicha proporción fue el 25 de abril cuando tocó un máximo del 97% y luego comenzó a reducirse paulatinamente hasta mediados de julio.

En países como Alemania la pérdida de empleo fue de tan sólo 1,1%; en Uruguay del 1,3%; en Paraguay del 4,8%; en España del 6,1%; en Brasil del 7,2%; en EE.UU. del 11,5%; en Bolivia del 11,8%; en Canadá del 12,3% y en Chile del 14,7%. Dentro de la región, excluyendo Venezuela, Colombia (-21,5%) y Perú (-42,6%) fueron los dos únicos países que presentaron caídas más pronunciadas.

Natalia Motyl, economista en la Fundación Libertad y Progreso destacó que las principales razones de la caída responden a “un mercado laboral más rígido con altas regulaciones e impuestos, a diferencia de los países considerados anteriormente; así cómo mayores dificultades para realizar teletrabajo; mayor incidencia de la crisis en los trabajadores del sector informal y las restricciones de recursos para implantar medidas de respuesta adecuadas frente a la pandemia”.

La economista además agregó que “el principal problema que deben afrontar las empresas, y que lo que las obliga a reducir la cantidad de empleados, cerrar o impide contratar nuevo personal, es la regulación laboral extremadamente rígida y una presión impositiva sideral”. Y agregó que para incrementar la inversión y la productividad es imprescindible que las regulaciones laborales sean “equilibradas tanto para proteger al trabajador como para facilitar la incorporación de nuevas tecnologías -a través de mayores inversiones-, que hagan subir el salario real” concluyó. Argentina ostenta uno de los récords más absurdos del mundo en la que una Pyme de 60 empleados debe pagar un 106% por sobre su ganancia neta si abonara todos los impuestos. Es decir, no sólo no expresarían ganancias, sino que deberían pagar con su capital inicial, incurriendo en pérdidas.

El economista y director de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram agregó que “lamentablemente, la pésima y arcaica regulación laboral de Argentina y las medidas tomadas para restringir los despidos implicarán que el país también será de los que más tarden en recomponer su nivel de empleo, especialmente el formal” y agregó “probablemente eso expulse a la informalidad a muchos que antes estaban en blanco e impulse a los distintos niveles de gobierno a crear puestos de trabajo en sector público inútiles para la sociedad; lo que complicará mucho más las posibilidades de crecimiento futuro y empobrecerá aún más al conjunto de los trabajadores.”

Hay que tener en cuenta que habrá que crear millones de empleos para los que lo perdieron en la actual crisis, para los que tienen planes asistenciales o seguros de desocupación disfrazados de empleos en el Estado y para los que se incorpora mercado de trabajo todos los años. Eso sólo será posible a través de una modernización de la legislación laboral que brinde más oportunidades de progreso para todos los argentinos.

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