El dato es preocupante porque la CBA determina el umbral de la línea de indigencia.
Desde enero de este año la Canasta Básica Alimentaria (CBA) crece a un mayor ritmo que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en términos interanuales. En los últimos meses, la CBA fue aumentando el ritmo de crecimiento de los productos que la componen. En septiembre, la misma subió un 39,6% interanual, en octubre se aceleró a 45,8%ia, mientras que en noviembre se ubicó en 42,9%. De esta forma, la brecha con el IPC llegó a los niveles más altos desde abril del 2019. En el último mes de registro, se ubicó en 7,1 puntos porcentuales.
Dentro de la CBA se encuentran los alimentos más básicos como el pan, frutas, carnes, huevos, leche, entre otros. Sin embargo, analizando el margen, los datos muestran una preocupación adicional, que la brecha entre ambos índices se amplía.
Según Iván Cachanosky, Economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, “Estos números por sí sólo muestran un fracaso en la dirigencia, no necesariamente por malas intenciones (de hecho, probablemente eran buenas) pero sí de malas políticas adoptadas. Ejemplos hay varios, entre éstas, podemos destacar: precios cuidados, ley de góndolas, precios máximos, etc. Lo cierto es que, el ABC de la economía nos enseña que cuando intervenimos precios, éstos luego ajustan repentinamente y en grandes magnitudes. Mantener los precios artificialmente bajos nunca solucionará de fondo los problemas de inflación.”
Por su parte, Diego Piccardo, Economista de la Fundación Libertad y Progreso sostuvo que “Es de vital importancia que esta tendencia se corrija, ya que la pobreza alcanzó el 44,2% para el cuatrimestre comprendido entre julio y octubre, y 6 de cada 10 chicos la padecen según los datos revelados por el Observatorio de Deuda Social de la UCA. En cuanto a la indigencia, ésta se ubica en el 10,1% y en el 16% en los niños y adolescentes. Tanto las personas en situación de pobreza e indigencia están más atentas a la CBA que al IPC, y preocupa sobremanera la evolución de la CBA en los últimos dos meses.”
Si realmente se quiere solucionar el problema de la inflación, es necesario pensar en los desequilibrios macroeconómicos y no en la ley de góndolas. En tanto y en cuanto continúe existiendo el déficit fiscal, la necesidad para un financiamiento monetario continuará vigente, generando cada vez mayor presión inflacionaria.