Escenario 2021: la visión de Aldo Abram

Director Ejecutivo en 

PORFOLIO PERSONAL INVERSIONES – Desde la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, Director Ejecutivo de la entidad, comparte sus pronósticos 2021, mientras analiza también lo que dejó este año tan atípico, marcado por la pandemia. “A Argentina, le aguarda una crisis en el futuro, porque el país tenía problemas de fondo que nos negamos (aún ahora) a resolver”, sostiene.

¿Cuál es su balance de 2020 para la economía local, en el marco de la pandemia?

El balance qué hago de 2020 no es bueno, no tanto por el resultado obtenido en términos económicos -como caída del PBI, niveles de pobreza o desempleo-, sino más bien porque hubo un error de diagnóstico.

Justamente lo que se tiende a pensar -sobre todo, desde el gobierno-, es que todos estos malos resultados que hemos visto en términos económicos son por la pandemia, especialmente debido a la cuarentena tan restrictiva y larga, y no porque en Argentina, tenemos problemas de fondo.

 Eso está generando la fantasía de que hemos empezado un proceso de crecimiento de largo plazo cuando, en realidad, con suerte, va a ser una recuperación de corto, que podrá durar, como mucho, un año o año y medio, en el mejor de los casos.

Así, la expectativa que antes se trasladaba a cerrar la reestructuración de la deuda privada como la solución a todos los problemas en la Argentina, de golpe se traslada una reestructuración con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y puede aportar un poco más de confianza en el corto plazo.

Pero hay que entender que, a Argentina, le aguarda una crisis en el futuro, porque el país tenía problemas de fondo que nos negamos (aún ahora) a resolver. Estos son, sin dudas, los males que, a la larga, nos van a llevar otra crisis, sino los enfrentamos.     

¿Cuáles son -a su entender- los principales desafíos macro y financieros para 2021 y la probabilidad de éxito en superarlos?

 El principal desafío para 2021, en realidad, consiste en recuperar la credibilidad de argentinos y extranjeros que se perdió en 2018 y que no depende de decir “bueno, cierro los números fiscales de alguna forma” o “a lo mejor si los mejoro …”, o “tengo un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”.

Como mencionaba anteriormente, estas cosas son importantes y necesarias, pero no están resolviendo los problemas de fondo. Todo esto hace que Argentina tenga expectativas de crecimiento tan bajas hacia adelante, que nos hacen poco interesante, tanto para la inversión productiva, como para la inversión financiera.

No es casualidad que a pesar de que tengamos pocos vencimientos en los próximos años, hoy nuestros títulos públicos (los que acabamos de entregar por la reestructuración de la deuda) los inversores los venden y piensan que no lo vamos a pagar y los vamos a reestructurar nuevamente.  Esto es lo que señalan los niveles de riesgo país tan elevados.     

Lamentablemente, el hecho de que haya una recuperación económica implicará que en ningún momento el PBI se acerque, siquiera, a los niveles de finales de 2019, como para que se den una idea de lo poco que se va a recuperar la economía.

La realidad es que el diagnóstico equivocado de que con el Estado creciendo, gastando cada vez más o reordenando la economía y con un acuerdo con el FMI se puede crecer, se va a asentar. Veo pocas posibilidades de que se resuelvan los problemas de fondo o se avancen en las reformas estructurales que eviten la próxima crisis. Se van a pegar un “porrazo” de la misma forma que se lo pegó Cambiemos.

¿Desde la coyuntura externa tendremos viento a favor o en contra?

La coyuntura externa nos va a jugar a favor, por lo menos durante 2021, porque los bancos centrales de los países desarrollados van a seguir emitiendo mucha liquidez y eso significa más financiamiento. Algo de eso, llegará a Argentina.  También implica una mayor demanda internacional, con lo cual eso también benefician a nuestro país, en la medida en que haya más demanda de sus exportaciones y también es una realidad que lleva a una depreciación de las monedas duras, como el dólar o el euro.

Con lo cual, todos los precios de nuestras exportaciones van seguir mejorando como lo han hecho hasta ahora, en contrapartida de estas monedas que pierden valor. Después, a mediano plazo, está la duda de en qué medida no se está generando una “burbuja” como la que terminó estallando en 2007/2008, pero evidentemente no está la expectativa de que esto suceda el año que viene.

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