Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.
Analista Económico en Libertad y Progreso.
IPROFESIONAL – El arranque del 2021 llegó con un poco más de calma para el Banco Central, debido a que pudo comprar dólares para sus alicaídas reservas.
Más allá de eso, algunos economistas consultados por iProfesional consideran que es sólo una brisa en el desierto y ponen un manto de dudas respecto al “poder de fuego” que tendrá la entidad para de cara a este primer trimestre.
El 21 de diciembre pasado el BCRA realizó la mayor compra de divisas en casi 7 meses, al sumar u$s125 millones. Una tendencia positiva que, según informó PR Cambios a este medio, acumuló en todo diciembre adquisiciones de dólares por unos u$s500 millones.
Para los economistas, estos datos alentadores son estacionales y la situación profunda de las reservas del Banco Central sigue siendo preocupante.
Hoy la entidad monetaria informa reservas brutas por encima de los u$s39.000 millones, pero el dinero concreto y líquido que posee para hacer frente a los compromisos y pagos al exterior sería inferior a los u$s3.000 millones.
Por lo pronto, todas las apuestas del Gobierno son “aguantar” hasta cerrar el acuerdo con el FMI, que le aportaría fondos frescos a las arcas estatales, y también hasta marzo/abril, cuando comience la liquidación de la cosecha gruesa que, dicho sea de paso, los commodities hoy afrontan precios internacionales atractivos.
Las dudas de varios expertos están enfocadas en ver si las autoridades tendrán el tiempo suficiente en esperar el ingreso masivo de divisas, y si en este contexto pueden sostener el precio del dólar.
“La situación de las reservas internacionales reviste extrema prudencia. Es que cuando hablamos de ellas destacamos las netas, porque representan las reservas genuinas y propias del Banco Central“, afirma a iProfesional Iván Cachanosky, economista jefe en la Fundación Libertad y Progreso.
Por otro lado, aclara que las reservas brutas también contabilizan dólares que no le pertenecen al BCRA, como por ejemplo incluye a los: encajes; el swap con China; obligaciones con organismos internacionales y depósitos del Tesoro Nacional.
En cuanto a las últimas compras de divisas de la autoridad monetaria, Cachanosky es contundente: “Las intervenciones del mercado cambiario se accionan mediante reservas netas, y es por esto que son un buen termómetro de cuánto se intervino para mantener un tipo de cambio conectado a un ´respirador artificial´”.
Por ello, cita que durante el 2020, el BCRA utilizó muchas reservas netas para mantener al tipo de cambio oficial sin que suba demasiado de precio.
“La realidad es que estas medidas, transitorias por cierto, están llegando a un límiteque es, naturalmente, la cantidad limitada de reservas“, alerta el economista.Las reservas netas del Banco Central siguen estando cerca de cero.
Dólares netos disponibles
Según los cálculos de la Fundación Libertad y Progreso, las reservas internacionales netas comenzaron el año pasado cerca de los u$s12.600 millones, pero luego han ido cayendo hasta los actuales u$s3.000 millones aproximadamente, siendo el aspecto que “significativamente más atención demanda”.
Por otra parte, otro dato a considerar es que las reservas internacionales brutas iniciaron el 2020 en u$s44.839 millones, pero ahora arrancan el nuevo año en torno a los u$s39.200 millones.
“Si bien bajaron, por el momento sus niveles no son de urgencia”, opina Cachanosky.
Aunque alerta: “Ahora, la situación se complejiza cuando entendemos que no todas las reservas netas se encuentran en dólares“.
Es decir, se refiere a que el Banco Central posee oro y DEGs (Derechos Especiales de Giro), que son herramientas que “no sirven para intervenir rápidamente con dólares en el mercado, por lo menos en el corto plazo”.
Es por ello que las reservas internacionales “netas de rápida disponibilidad” son, en definitiva, los dólares netos a los que se les descuentan el oro y los DEGs.
“Aquí es donde hasta hace pocas semanas la alarma fue encendida, puesto que estaba indicando un número cercano a cero. Hoy, ese número es negativo y, por ende, peor”, enciende las luces amarillas Cachanosky.
En otras palabras, indica que en el corto plazo el BCRA “no tiene poder de fuego” para frenar el valor del dólar oficial, en caso de acelerarse la demanda, que hoy se encuentra contenida por el duro cepo cambiario.
Un cerrojo a la compra de moneda extranjera que permite adquirir menos de u$s200 por mes a aquellos ahorristas que puedan justificar con sus ingresos dicha operación, y a los que se les descuenta de dicho monto “permitido” los pagos de servicios y gastos que realizan con tarjetas en el exterior.
Al respecto, Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL, sostiene que las reservas brutas menos los pasivos en moneda extranjera (DEG, encajes, y obligaciones con organismos) y menos los otros pasivos (swap con China y Banco de Basilea), son negativas por unos 900 millones de dólares.
“Tocaron un mínimo a fin noviembre (con el negativo de u$s1.956 millones) y se recuperaron algo en diciembre”, grafica a iProfesional Bour.
En este sentido, acota que depende las variables que se tengan en cuenta para saber el nivel concreto de dólares disponibles por el Gobierno.
“Otra definición excluye otras obligaciones de pases y quedan en positivo en u$s2.914 millones. Pero otros las definen sin el oro (u$s3.672 millones), por ser poco líquido. En cualquier caso, las reservas están estabilizadas en nivel cercano a cero“, explica Bour.
Por el lado de Lorena Giorgio, economista principal de la consultora Econviews, “las reservas netas siguen siendo positivas según nuestros cálculos”.
Es decir, si se les restan a las reservas brutas los pasivos del BCRA, o sea, los encajes de depósitos en dólares, el swap con el Banco Central de China y préstamos del BIS, sostiene que las reservas netas quedan en unos 5.600 millones de dólares.
Aunque si a este número “le restamos también las tenencias que no pueden volverse líquidas con rapidez (oro, DEGs y aportes a organismos internacionales), las reservas netas líquidas son cero“, confirma Giorgio, al igual que sus colegas.
Y aclara que, a diferencia de otras consultoras, que deducen DEGs y aportes de organismos internacionales brutos, y por lo tanto llegan a un número de reservas líquidas negativo, “nuestros cálculos deducen los montos netos“.
Para el economista Diego Piccardo, también las reservas netas del BCRA están en el orden de los u$s2.900 millones, contando el oro y los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI. “Si restamos estos dos rubros, las reservas netas de rápida disponibilidad pasan a estar en terreno negativo”, dice.
Para completar que esta situación es muy peligrosa, ya que el Banco Central “no tiene mucho poder de fuego, y en caso de tener que intervenir en el mercado para frenar una suba del dólar oficial, tiene que vender el oro o los DEGs, o activar el Swap con China. El otro camino es endurecer aún más el cepo cambiario, con su consecuente impacto en la actividad y en la balanza comercial”.Más allá que el BCRA sumó reservas en diciembre, en general su nivel de divisas es cada vez inferior.
Qué ocurrirá con las reservas
La pregunta que ronda en el mercado es qué ocurrirá en los próximos meses con este poco poder de fuego que tiene el Banco Central, y si el Gobierno podrá sostener la tensa calma actual hasta acordar con el FMI y hasta que le lleguen los dólares de la liquidación de los exportadores agrícolas.
Desde la visión de Bour, “se va a seguir con las restricciones, pero eso puede complicarse por varios frentes. Por un lado, porque limitan las importaciones de bienes, lo que frena la actividad. Por eso, la pregunta es si la pandemia pasa, ¿vuelve el turismo? Y allí tiene que subir el tipo de cambio“.
Por lo que considera que esperar la cosecha es una “apuesta dudosa“, porque los ingresos serán menores que en 2020, y la tasa de interés “no te da para estacionarte en pesos“.
En resumen, estima que el Gobierno apelará a más restricciones y a seguir devaluando al ritmo de la inflación, ya que el deseo no es un salto discreto del tipo de cambio. “Y levantarán fuerte a las tasas de interés, nada muy novedoso”, concluye Bour a iProfesional.
Para Cachanosky, existen otras alternativas para ser utilizadas por el Banco Central para sostener este nivel de reservas, como que podría transformar el oro y los DEGs en dólares genuinos “para poder adquirir algo más de municiones. Pero todo tiene un precio y, en este caso, lo paga la confianza”, subraya.
Y completa: “El costo de utilizar el oro y los DEGs puede ser mayor al de no utilizarlos, porque se estaría dando la señal de que el BCRA estaría rascando sobre el final de la olla. Algo que podría generar una crisis de confianza, que ocasione una fuerte cobertura en los dólares paralelos”.
En consecuencia, Cachanosky opina que queda un sólo interrogante que se vincula a que Argentina todavía no busca maneras sustentables de hacerse de dólares.
“A la vuelta de la esquina nos aguardan nuestras obligaciones y, con ellas, decisiones y responsabilidades que determinarán el futuro del país. Sería provechoso pensar en lo que viene y cómo generar ingresos que nos permitan vivir como deseamos”, sentencia.
Desde la perspectiva de Giorgio, “no hay mucho margen para que el Banco Central compre reservas en 2021″.
Y finaliza: “En enero, si avanzan las presiones sobre el tipo de cambio oficial, en línea con un recalentamiento de la inflación, seguramente vuelva el drenaje de reservas a un ritmo similar al de noviembre”.