EL LIBERAL – Mientras crecen los contagios a nivel nacional de coronavirus y el presidente Alberto Fernández afirmara que si no ceden los infectados “hay riesgo de que todo se vuelva a paralizar”, diferentes economistas consultados por EL LIBERAL advirtieron que ya “no hay resto económico” para una medida de esas características, como la de los cierres totales y que, de hacerlo, “la crisis que pagaríamos sería muy superior a la del año pasado”.
Los analistas Aldo Abram (Libertad y Progreso), Camilo Tiscornia (CT y Asoc.), Orlando Ferreres (OJF), Gabriel Rubinstein (Rubinstein y Asoc.) y Pedro Cascales (Came) marcaron a EL LIBERAL, la gravedad que tendría para toda la economía un cierre de actividades como sucedió en gran parte del 2020.
“El costo que pagó la economía argentina el año pasado por la cuarentena tan restrictiva y prolongada no sólo fue muy alto por lo mal manejado que estuvo, sino que además el problema es que pegó sobre una economía que ya venía debilitada. La Argentina vive una crisis de credibilidad que fue prolongada por una cuarentena muy restrictiva y que aún no se ha resuelto”, indicó el economista Aldo Abram.
Agregó que lo que sucede en estos meses “es simplemente un rebote fruto de un escenario económico favorable y de dejar a empresas y a la gente que antes le prohibía trabajar, que trabajen. Eso generó cierta recuperación, pero si se volviera a tomar esas mismas medidas sobre una economía que hoy está mucho más golpeada, porque ya vivimos una cuarentena sumamente restrictiva y mal manejada, claramente el costo y la crisis que pagaríamos sería muy superior al del año pasado, lamentablemente”.
Para el economista Camilo Tiscornia, “si habría que volver a cierres como los del año pasado sería dramático. Ya no hay resto económico ni en cuanto a la paciencia de la población para soportar una cosa así”.
Puntualizó que “queda muy poco margen para repetir algo como lo del año pasado. Estos cierres totales provocan una parálisis terrible de la actividad. Se paran las ventas, se suspende el empleo, la gente gana menos, las empresas facturan menos, empiezan los problemas financieros. Es un problema. ¿Qué habría que hacer para contenerlo? Lo mismo en algún punto que se hizo el año pasado e hicieron otros países del mundo: compensar la caída con gasto público, bajar impuestos y emisión monetaria. El problema es que en la Argentina tenemos muy poco margen para seguir emitiendo a lo loco y aumentar el déficit fiscal”.
Además recordó que “no tenemos acceso al mercado de crédito, con lo cual si habría que volver a cierres como el de 2020, sería dramático”. Destacó que “quizá las medidas que se tomen sean algo más quirúrgicas. No creo que sea algo tan drástico como las del año pasado. Pero no dejará de ser grave económicamente”.
“No creo que la economía dé para permitir un cierre total”
El economista Orlando Ferreres no cree “que dé la situación para una vuelta a fase 1 y a esta altura del año. Aún estamos en verano y es producto de las vacaciones como también pasó en Europa. Pero no creo que la economía dé para permitir un cierre total como pasó en marzo y abril, que fue una caída del 20% del PBI”.
Recordó que “ahora el PBI está aumentando algo respecto de 2019, un 0,2% en noviembre comparado con 2019. Estamos en otro nivel. Me parece que es muy difícil imponer una restricción de esa naturaleza, sería muy forzado, no lo veo posible. No lo descarto, pero lo considero un hecho de muy difícil ocurrencia”.
“Generar un nuevo cierre en 2021 sería un golpe mortal para muchísimas pymes”
El vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), Lic. Pedro Cascales, señaló que “la realidad es que volver a una cuarentena fase 1 después de haber pasado un 2020 tan duro como el que tuvimos con caída del 20% en el comercio pyme, la industria con caídas en el orden del 17% y encima sobre dos años con caídas muy fuertes como el 2018 y 2019, pensar en un cierre drástico de vuelta sería un golpe mortal para muchísimas pymes”.
Recordó que “el año pasado cerraron 90 mil negocios y sólo en la parte comercial se han perdido 185 mil puestos de trabajo. A eso hay que sumarle los de la industria, turismo, otros servicios con lo cual el número fácilmente puede duplicarse”. Agregó que sobre esos datos, “generar un cierre en 2021 sería un golpe muy drástico y encima en este año no tenemos ATP, del cual venimos solicitando una extensión porque hay muchas empresas en situación muy delicada”.
Destacó que “las ventas de fin de año tuvieron una caída del 10% frente a las de 2020 y eso en muchos casos permitía solventar los gastos del verano, cuando la actividad cae. Además tenemos un turismo muy caído”.
Agregó que “la alternativa es que controlen las fiestas, las juntadas, las aglomeraciones de gente como hubo para el velorio de Maradona y de ambos lados por la sanción de la ley del aborto, o como hay ahora en muchos lugares de la costa y las reuniones familiares excedidas. Esos son los temas que hay que amortiguar”.
Puntualizó que “en los pequeños comercios atendidos por sus dueños o 1 ó 2 empleados, que cumplen protocolos e ingresan 1 ó 2 personas a la vez no hay contagios, son pocos; los grandes contagios se dan en estos descontroles. Entonces la alternativa es dejar que la economía funcione con los protocolos que tiene y controlar donde hay que controlar”.
Por otro lado, “todo lo que son las saladas, saladitas que han proliferado de manera importante en todo el país, el 85% de las ciudades relevadas han tenido un aumento de modalidad de este comercio informal que además de destruir el comercio formal terminan destruyendo la salud porque ahí la gente se aglomera y se contagia”.
“No hay recursos fiscales; si hubiera cierres sería mucho peor y con mucho malestar social”
El economista Gabriel Rubinstein señaló en diálogo con EL LIBERAL que “no me puedo imaginar una cuarentena como en 2020, cuando fueron muy extensas y estuvo todo cerrado tanto tiempo”.
Además señaló que esto sería muy difícil de aplicar porque “no hay recursos fiscales. La emisión fue muy alta y la brecha cambiaria que tenemos también. No creo que el gobierno pueda cerrar la actividad porque aparte tampoco creo que le haga caso la población, ni los bares ni nada”.
En cambio indicó que “lo que pueden hacer es cerrar fiestas, focos nocturnos. Creo que puede haber, como hacen en otros países, toques de queda nocturnos o algo así. Algo intermitente si la cosa se pone muy brava”.
Pero recalcó que “no imagino algo parecido al 2020 porque ya no se puede hacer y la gente no lo aceptaría, habría mucha desobediencia y quedaría mal el gobierno. La recuperación económica argentina pinta para que pueda crecer 6%, parcial, un rebote técnico. Pero si hubiera muchos cierres sería todo mucho peor y generaría mucho malestar social también. Por eso no creo que haya cuarentena como el año pasado”.