Se agrava el frente externo y crece la posibilidad de un nuevo default

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Por Miguel Angel RoucoMarcelo Bonelli – A medida que se va a acercando la fecha de la negociación con el FMI, los problemas en el frente externo tienden a agravarse debido a la parálisis del gobierno. Los temores de los acreedores frente a otro posible “default” han quedado de manifiesto en las últimas semanas.

Seis meses después de salir del viejo default, los nuevos bonos entregados a los acreedores cotizan a apenas 30 centavos de dólar y el riesgo país voló por encima de los 1.600 puntos básicos. El precio deprimido refleja una realidad sombría para los acreedores y es que la vulnerabilidad de la deuda ha aumentado. En otras palabras, honrar la nueva deuda, vuelve a ser una quimera.

La economía argentina fue devastada por la pandemia y la cuarentena y sus finanzas son tan precarias que la probabilidad de un default va en aumento, ya no sólo con los acreedores sino con el FMI y el Club de París, cuyo vencimiento en mayo, está envuelto en una nebulosa.
Si el gobierno de los Fernández no encuentran un acuerdo con el FMI y el Club de París, los acreedores pedirán la aceleración de los pagos, ante la debacle de los bonos.

El gobierno ha dado muestras de no tener apuro en cerrar un acuerdo con el FMI. Un mal augurio, para los acreedores, dado que el FMI no puede prorrogar los vencimientos de un acuerdo stand-by que está caído. La alternativa es negociar un nuevo acuerdo, tal vez con más plazo o caer en default con el organismo, con sus consecuencias nefastas para el país.

Las elecciones legislativas tienden a hacer más turbio el ambiente ya que el FMI exige un respaldo de todos los sectores políticos al nuevo acuerdo que, de lograrse, contendrá durísimas condiciones. Los inversores están preocupados por el rechazo de la clase política dirigente, para aceptar medidas de austeridad fiscal, en muchos casos impopulares que deberían formar parte de cualquier acuerdo.

¿Por qué los inversores están preocupados cuando el precio de la soja ronda los 530 dólares por tonelada? Las proyecciones de la academia económica hablan de una inflación del 48%, el desempleo supere el 15% y el déficit fiscal crezca. Ni siquiera la postergación de los pagos de capital hasta 2024, y una tasa de interés bajísima pudieron ser aprovechadas.

La caída del 10% del PBI en 2020, no es más que el reflejo de la torpeza de la administración Fernández en el manejo de la economía. Querer aumentar la presión fiscal en medio de la cuarentena, no hizo más que profundizar la caída de la actividad. El director de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, explicó que “esto nos muestra la enorme inestabilidad que tiene Argentina. Si no estamos peor que los países de la región es porque a principios del siglo veinte cosechamos los beneficios de la vigencia de una Constitución como la de 1853/60, que nos llevó a ser de los países más ricos del mundo.

Es como una familia que heredó la fortuna de sus padres y que pretende vivir de fiesta y sin trabajar, agotando una herencia. Si no torcemos el rumbo, poco a poco cada vez más países de la región nos van a superar. Si queremos dejar de ir de una crisis en otra tenemos que votar gobernantes que manejen el país como nosotros manejamos nuestra casa, con la austeridad que usamos para proteger a nuestras familias.

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