IPROFESIONAL – Luego de tener un dólar blue por arriba de los $190 pesos en octubre pasado y tras el endurecimiento del cepo para que muy pocos ahorristas puedan acceder a la divisa estadounidense a la cotización oficial -y deban recurrir al MEP para resguardar sus ahorros-, el primer trimestre de 2021 está finalizando en calma en el Mercado Único y Libre de Cambios, pero con ciertos indicios en los valores de los alternativos que dejan en evidencia que el MULC no está reflejando la realidad.
En las últimas semanas, el fantasma de una nueva tensión cambiaria volvió a ocupar un lugar destacado en la agenda de los economistas, alimentado por el contexto: la gran emisión de pesos que dejó 2020 – $2 billones, cifra récord hasta el momento- para afrontar la pandemia y la incertidumbre por la negociación de la deuda con acreedores en moneda extranjera, con el FMI a la cabeza.
Entrevistados por iProfesional, los economistas Agustín Monteverde y Aldo Abram, y Brian Torchia, Gerente de Finanzas Corporativas de Pgk Consultores, pusieron la lupa en abril y mayo, a los que señalaron como un período de particular interés para conocer si el Gobierno podrá mantener relativamente controlado el tipo de cambio, por lo menos hasta las elecciones legislativas del 24 de octubre próximo.El Gobierno aspira a llegar a las elecciones con un mercado cambiario controlado
Dólar y un “mecanismo artificial” de control
Aldo Abram explicó que si bien la cotización del dólar oficial estuvo estable en el inicio del 2021, se notó una evolución en los valores en los mercados libres –los financieros y el blue- desde la instauración del cepo.
“Estos son los que te dan la pauta de todo lo que se ha depreciado nuestra moneda”, subrayó.
El experto vaticinó que el tipo de cambio oficial no sufrirá grandes saltos hasta los comicios, pero esto “no va a reflejar lo que pasa realmente con el valor de la moneda para evitar grandes subas de precios de los bienes que están en las góndolas de los supermercados”.
En la misma sintonía que su colega, Agustín Monteverde describió que “por ahora son sostenibles los actuales valores para el dólar paralelo, pero de manera artificial. A fuerza de estar vendiendo bonos y con tasas de retorno de la deuda argentina a niveles esotéricos en un momento con una sobrecarga tributaria descomunal”.
“Se generó un mecanismo artificial para mantener esta ficción del dólar bajo y contenido. Además el impuesto a la riqueza terminó secando la plaza de pesos y contribuyó a generar oferta de dólares. Destruyendo la economía como lo están haciendo pueden estirar esta ficción, pero a un costo carísimo e insostenible en el tiempo”, lamentó.
Torchia destacó que si bien actualmente la relación de intercambio multilateral (TCRM) “se encuentra en niveles aceptables en términos de competitividad”, es evidente que en la carrera “inflación vs devaluación”, el IPC va llevando la delantera (7,8% vs 7%) y “lo más probable es que se profundice el descalce observado para el cierre de 2021″.
Además el experto de Pgk Consultores espera que la estrategia del Gobierno de utilizar el tipo de cambio como ancla nominal para controlar la inflación -en concordancia con la inviabilidad en términos políticos de generar un salto vertiginoso del tipo de cambio- se mantenga por la inminente contienda electoral.
Sin embargo, hay luces amarillas: el titular de la consultora Monteverde y Asociados advirtió que “si bien a partir de abril comienza la liquidación de la cosecha y eso en principio es motivo para darle calma al mercado, al mes siguiente se vienen vencimientos importantes con el Club de París y no están los dólares para pagarles”.
Acto seguido, subrayó que si el Gobierno recurre a los derechos especiales del Banco Central para afrontar el compromiso internacional “tendría un costo en imagen muy alto y probablemente recaliente un poco la plaza cambiaria”. Abril y mayo están marcados en el almanaque de los especialistas como meses clave
¿Qué ocurrirá luego de las elecciones?
Al ser consultados acerca del panorama que esperan para el último trimestre del año, los expertos no fueron muy optimistas.
Abram vaticinó que “hasta las elecciones el tipo de cambio oficial va a evolucionar muy lento”, en sintonía con el plan develado por el ministro Guzmán, pero alertó que aguarda un cierre de año que podría asemejarse al de 2013, cuando después de ir a las urnas el avance del dólar aceleró y mucho la marcha.
“Es lo que va a volver a pasar después de los comicios de octubre, porque este tipo de cambio claramente no refleja la realidad del peso y está atrasado. Eso hace muy difícil mantener las reservas”, concluyó el economista.
Para Torchia, una vez pasadas las elecciones legislativas, la probabilidad de una corrección del tipo de cambio estará dada por la eficacia en materia de control de inflación que tenga el Gobierno, “ya que cuanto mayor sea el descalce entre las variables de devaluación e inflación (en favor de esta última), mayor presión se generará sobre el tipo de cambio paralelo, expectativa de devaluación y consumos en el exterior, generando una escalada de tensión financiera”.
“Si se logra resolver el escollo del vencimiento con el Club de Paris, parece factible que el Gobierno tenga capacidad operativa para controlar la devaluación por goteo a una velocidad inferior que la de la inflación”, completó el especialista.
El tema es post elecciones. Sobre este punto, Monteverde pronosticó un escenario tras octubre “realmente preocupante” en materia cambiaria.