En la gestión de Miguel Ángel Pesce al frente del Banco Central de la República Argentina se duplicó su deuda remunerada (pases pasivos y Leliqs). La magnitud de dichos pasivos es tan grande que es incluso supera a la base monetaria exactamente en 1,24 veces. Todo esto en un contexto donde el último dato de inflación fue un elevadísimo 4,8% mensual para marzo y enciende las alertas para los próximos meses.
Iván Cachanosky, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso sostuvo que “el principal problema de la deuda remunerada es que es equivalente a emisión futura. En otras palabras, el potencial de emisión que tiene hoy el BCRA es más que otra base monetaria y eso puede traer consecuencias inflacionarias de magnitud. Es muy simple, los depósitos de la gente están respaldados hoy en gran medida por las Leliqs y no por pesos. Por lo tanto, si las personas comienzan a demandar esos pesos, los bancos tendrán que devolverle las Leliqs al BCRA y la entidad se verá obligada a emitir”. Cuando asumió Miguel Ángel Pesce en el Banco Central, la deuda remunerada representaba un 63% de la base monetaria; es decir, la deuda del BCRA se ha duplicado desde que asumió el mando Pesce.
“Por otro lado, cuando la bola de nieve de la deuda remunerada crece tanto, se ingresa en un círculo vicioso. Debido a que la deuda es muy alta, el BCRA se ve obligado a refinanciar altos vencimientos de intereses, para no emitir y gestar inflación, y así, la bola de nieve continúa creciendo. Hoy el monto de deuda remunerada representa un pago de intereses mensual de casi $100.000 millones”, añadió el economista. “Son las consecuencias de una noción que no se condice con la realidad, todos los funcionarios se autoperciben emergentólogos y no solucionan los problemas de fondo” concluyó.
Aldo Abram Director Ejecutivo en Libertad y Progreso advierte que existe el riesgo que “se acumule tanta deuda remunerada que se tema que no se pueda refinanciar. Por ende, se generaría incertidumbre sobre los depósitos bancarios con los que los bancos fondean ese pasivo del BCRA; por lo que la gente podría no renovarlos todos. Esto lo obligaría a emitir para pagar intereses y, quizás, el capital al sistema financiero. Que es lo que pasó en 2018”. En aquel momento, para evitar emitir demasiado y que descalabre el valor del peso, se vendieron reservas para conseguir parte de los recursos para enfrentar los vencimientos; pero Abram señaló que “hoy no sucedería eso puesto que no hay el mismo nivel de reservas que entonces, es muchísimo más bajo”.
Se vuelve sumamente importante que el gobierno reduzca el gasto público para que el financiamiento BCRA al Tesoro Nacional sea menor y así no sea necesario luego tener que absorber tantos pesos vía estos instrumentos. De lo contrario, si este año se repite la receta aplicada en el 2020, sólo nos espera niveles de inflación más alta por mucho tiempo y, quizás, una nueva crisis monetaria y cambiaria que licue dichos pasivos.