Una familia necesitó casi $63.000 en abril para no ser pobre

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ÁMBITO FINANCIERO – Carlos LamiralEn abril una familia tipo integrada por dos adultos y dos chicos necesitó reunir ingresos por $62.958 para no caer en la pobreza medida por ingresos, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadìstica y Censos (INDEC). La denominada Canasta Básica Total (CBT) subió 3,4% respecto de marzo. En tanto que la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que determina los límites de la indigencia, avanzó 3,9%, hasta los $26.677 para el mismo ejemplo de grupo familiar.

En el cuarto mes del año, ambas canastas evolucionaron por debajo del índice de inflación general del INDEC, que fue del 4,1% y si se toma solo la variación del rubro alimentos y bebidas, ambas también se ubicaron por debajo, ya que éste subió 4,3%. El problema está en la evolución interanual. En un año, la CBT subió 49,1%, mientras que la CBA se elevó 47,8%. Ambas canastas se ubican por encima de la inflación de los últimos doce meses, que fue 46,3%. En el acumulado del primer cuatrimestre del 2021, la línea de indigencia se mantuvo en línea con la inflación general, del 17,6%, mientras que la de pobreza estuvo por debajo, con un 16,1%. La diferente evolución entre ambos indicadores está determinada por la influencia de las variaciones de precios de los alimentos, que afectan más a los sectores más postergados. En cambio, el congelamiento de tarifas se nota más en la CBT, que incluye servicios mínimos que usan las familias.

Según señalaron economistas consultados por Ámbito, a partir de estos datos es de esperar que se profundicen los controles de precios y se torne más difícil tratar de subir las tarifas para reducir los subsidios.

Para el economista de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abrám, el impacto de las políticas que está llevando adelante el equipo económico para contener la inflación y evitar una devaluación “se van a sentir después de las elecciones”. Abram considera que existe una relación directa entre el retraso del tipo de cambio que lleva adelante el Banco Central, junto con la política de retenciones a las exportaciones, en los precios que se ven en las góndolas. Señaló que el conjunto de medidas “desincentiva a los productores”, porque es como si estuvieran dando “un subsidio a los consumidores”. Si bien indicó que el impacto se va a ver a pleno en los próximos meses, dijo que en el interín, los productos que no tienen controles o no están congelados, que se intercambian libremente, “van a ir mostrando el nivel de devaluación del peso”.

En cambio, Hernán Letcher, director del Centro de Economía Polìtica Argentina (CESO) puntualizó que por lo menos “las canastas se movieron por debajo de la inflación de abril y la CBA por debajo de los precios de alimentos pero en valores relativamente altos”.

Letcher remarcó que “el dato interanual es muy alto” por lo que aseveró que “es muy difícil en lo interanual que los ingresos de los sectores populares se muevan en ese nivel de variación y por lo tanto, también es difícil que haya impacto en la reducción de la pobreza”.

“Para reducir la pobreza va a haber que mejorar el ingreso nominal, y actualizar la AUH que es probable que le gane a la inflación el segundo trimestre, pero a la vez hay que reducir la suba de los precios, porque sino todo ese esfuerzo se torna insuficiente”, explicó el director del CESO. El economista aseguró que para que la estrategia tenga éxito “el Estado tiene que intervenir para que se reduzcan los precios de manera sensible”.

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