En nuestro país hay casi 7.000 camas ocupadas de terapia intensiva que generan un costo diario de más de $45.000 cada una, es decir, un total de $311.459.656 millones diarios. Obviamente, sólo considerando el costo de cada cama y sin incluir ni costos a la institución indirectos, ni tratamientos por Covid-19 previos ni posteriores a la internación.
Por Natalia Motyl
Desde el año pasado, el Gobierno marcó una falsa disyuntiva entre salud y economía. Hoy, lamentablemente, no tenemos ni una ni otra.
Resultado de las restricciones sanitarias que se llevaron adelante durante la mayor parte del 2020, paralizando las actividades empresariales de varios sectores, la economía quedó arrasada. Según el Indec, 4 de cada 10 argentinos se encuentra en situación de pobreza; más de 1 de cada 10 argentinos en situación de indigencia; 6 de cada 10 niños en situación de pobreza; 7 de cada 10 de los hogares con jefe no registrado recibió prestaciones implementadas a partir de la pandemia; el 5 de cada 10 recurrió al uso de sus ahorros o venta de bienes para afrontar la crisis; 4 de cada 10 argentinos se endeudó para enfrentar la crisis; más de 42.000 pymes que cerraron; 2 de cada 10 locales cerraron en todo el país; una inflación del 36,1% anual que nos dejó entre los diez países con la inflación más alta del mundo; una deuda total de más del 100% del PBI, la más alta de la región; y, un PBI per cápita a niveles del 2006.
Como no pudieron garantizar la provisión de vacunas, hoy somos uno de los países del mundo con mayor número de contagios, llegando al máximo de capacidad de camas de terapia intensivas por Covid-19 y cerca de 600 muertes por día
No obstante, la historia no termina aquí ya que, como no pudieron garantizar la provisión de vacunas, hoy somos uno de los países del mundo con mayor número de contagios, llegando al máximo de capacidad de camas de terapia intensivas por Covid-19 y cerca de 600 muertes por día. Una verdadera película de terror.
Ahora comparemos datos y veamos cuál es el costo en números de no haber hecho las cosas bien desde un principio.
Con el costo que genera por día cada cama de terapia intensiva diagnosticada por Covid-19, con un 70% de tasa de ocupación, se pudiesen haber vacunado 80.000 personas por día. En un mes ya hubiésemos vacunado 2,5 millones de personas y en 8 meses a la mitad de la población. Si desde el Gobierno se hubiese aprovechado ese tiempo que nos mantuvieron encerrados para comprar vacunas hoy el Covid-19 ya no sería un problema. Es más, con cada día de internación en terapia intensiva de una persona equivale al costo de 12 personas vacunas. Eso considerando el promedio de vacunas. No obstante, si contemplamos el costo de las vacunas más baratas, como la Sputnik o Johnson, equivalía a 29 personas vacunadas. Es más, si comparamos el total de costo que generan todas las camas en terapia intensiva equivale a 200.000 personas vacunadas.Si desde el Gobierno se hubiese aprovechado ese tiempo que nos mantuvieron encerrados para comprar vacunas hoy el Covid-19 ya no sería un problema
Ese cálculo lo contemplamos únicamente de costo de una cama en terapia intensiva vs el costo de una vacuna. Sin embargo, al costo de no haber garantizado la vacunación hay que agregarle los días de aislamiento y sumarle la pérdida de los $500.000 millones por las últimas restricciones sanitarias. De reproducirse las medidas restrictivas, supondría una pérdida equivalente a 3,0% del PBI argentino.
Lamentablemente, nuevamente, las malas decisiones en materia económica las terminan pagando los argentinos con vida, salud y economía.
Otra de las alternativas que hubiesen podido aplicar y hoy la historia hubiese sido muy distinta es que el 50% de la población fuera de línea de pobreza se hubiese pagado la vacuna. De esa forma, el costo hubiese sido de $34,3 mil millones, cada persona hubiese pagado $3.000 de sus bolsillos y también le hubiese pagado la vacuna a los que se encontrarán por debajo de la línea de pobreza. En menos de 4 meses ya hubieses cubierto los costos de cada cama en terapia intensiva y salvado cientos de miles de personas.
Más allá de los números, lo cierto es que hablamos siempre de la pérdida de vidas humanas que son responsabilidad estricta de la paupérrima gestión gubernamental. Si desde el Gobierno se hubiesen hecho las cosas bien, hoy no tendríamos que lamentar ni una sola vida, ni la pérdida de oportunidades o la destrucción de muchos sectores económicos. Si la prioridad hubiese sido, desde un principio, los argentinos la historia hubiese sido diferente. Fuente: (Fundación Libertad y Progreso).