Ideas sobre riqueza y pobreza

Consejero Académico de Libertad y Progreso

CATO Carlos Rodríguez Braun dice que cuanto más socialista sea una persona, más tenderá a resaltar la importancia de las fuerzas externas, mientras que cuanto más liberal sea, más relevante le parecerán las elecciones personales.

Vi hace un tiempo una encuesta del Instituto Cato en la que se preguntaba a los norteamericanos qué pensaban sobre la riqueza y la pobreza.

En el caso de la riqueza, las principales respuestas a la hora de explicarla fueron el trabajo duro y la ambición. En el segundo caso, las respuestas más frecuentes asignaron la pobreza a las malas decisiones personales, el alcohol o las drogas.

Divididos los encuestados según sus ideas políticas, las personas más cercanas al socialismo tendieron a pensar que si una persona es rica, ello se debe a sus conexiones familiares, a la herencia o al azar. Por el contrario, las personas más conservadoras subrayaron la importancia del trabajo duro, el deseo de mejorar, y la autodisciplina.

En el caso de la pobreza, la gente más simpatizante del socialismo tendió a creer que las causas de la pobreza son la discriminación, el sistema económico injusto y la falta de oportunidades educativas. Por el contrario, los más conservadores tendieron a subrayar la falta de ética en el trabajo, las familias desestructuradas o, como hemos dicho, el alcohol o las drogas.

Es interesante destacar la importancia que los estadounidenses de todas las ideologías asignan a las causas internas o endógenas de nuestras distintas situaciones vitales. El 74% cree que nuestra vida está determinada por nuestros actos; y el 78% cree que cuando conseguimos lo que deseamos es normalmente porque trabajamos duro para conseguirlo.

Esto parece a primera vista bastante previsible: cuanto más socialista sea una persona, más tenderá a acentuar la relevancia de las fuerzas externas, mientras que cuanto más liberal sea, más importantes le parecerán las elecciones personales.

La tentación más obvia es concluir que nada de lo que suceda en EE.UU. es extrapolable a otros países. Después de todo, es el país de los liberales, de Jefferson a Friedman, y de Rose Wilder Lane a Ayn Rand. Anthony de Jasay solía apuntar que si los americanos no son tan antiliberales como los demás es fundamentalmente por el Far West, porque esa epopeya de la iniciativa individual está mucho más cercana y es más importante que en otros países. En todo caso, la historia contraria, la del socialismo que insiste en que no hay solución liberal a la pobreza, en algunos lugares suscita menos credulidad que antes. Gracias a Dios.

Este artículo fue publicado originalmente en La Razón (España) el 6 de julio de 2021.

Buscar