PERFIL – Los graves desequilibrios macroeconómicos, la falta de un rumbo claro, con una inflación de la más altas del mundo y fuertes restricciones para el desarrollo de la economía, la Argentina se encuentra en esta segunda parte de 2021 con un nivel de inversión sumamente bajo en función del PBI y con empresas que se van o mismo, mudan parte de su operatoria hacia otras naciones.
Así lo advirtieron algunos analistas económicos consultados por Perfil en estas últimas horas, después de conocerse durante la semana pasada el alejamiento de la farmacéutica estadounidense Eli Lilly y el traslado a Montevideo de la escuela de negocios que la Universidad de Harvard había instalado en Buenos Aires en 1999.
Estos últimos casos dan un panorama concreto de la falta de horizonte que advierten quienes tienen inversiones en el país y lo que es más grave, hacia delante observan un panorama más sombrío, lo que lleva a que la tendencia de irse del país lejos de atenuarse, se está profundizando.
En el transcurso del último año y medio se han conocido los casos de más de 20 empresas que se han ido del país, pero algunos analistas económicos advierten que son más, muchas de las cuales, no han tenido difusión mediática.
En concreto, ya se retiraron de la Argentina entre otras, las aéreas Latam, Qatar Airways, Emirates y Air New Zeland.
En el sector de autopartistas el éxodo incluyó los proveedores de pintura y cubrimientos Axalta, Basf y PPG.
El retail vio la partida de Walmart, que vendió la operación local al Grupo de Narváez, y Falabella, incluyendo su unidad de negocios Sodimac.
En el sector textil, destejieron su presencia Nike, que buscó traspasar su operación local a la mexicana Axo, y Asics que la traspasó al Grupo DASS.
Todo esto marca un panorama de desinversión en la Argentina y que la formación de capital se encuentra en este momento en un nivel que oscila entre el 17 y 18 por ciento del PBI, el cual se encuentra entre los más bajos de la serie histórica dentro de las mediciones de las cuentas nacionales y que responde simplemente al mantenimiento de planta y personal, lo que se llama en la jerga, “amortización de capital”.
De hecho, para que la economía del país pueda tener un desarrollo sustentable y generar empleo genuino en el sector privado, la inversión debe ubicarse en un piso mínimo del 24 o 25 por ciento del PBI.
Un informe del Instituto para el Desarrollo Empresario Argentino (IDEA), en base a una encuesta reciente, da cuenta que la mayoría de las empresas que operan en el país no prevén tomar personal o invertir en ampliación de sus plantas para los próximos meses.
“En general, los ejecutivos no ven un horizonte claro, hay una gran incertidumbre y si bien hay algún repunte de la inversión estos últimos meses, responde esencialmente a determinados sectores de la construcción y algo de maquinaria agrícola. No hay más que eso”, recalcó una fuente de la Asociación Empresaria Argentina.
En esa línea, una consultora muy importante como Infupa también advierte sobre los bajos niveles de inversión y lo que implica ese panorama en materia de caída de generación de puestos de trabajo.
“Lo que se viene observando hace ya dos años es el alejamiento de muchas empresas, e incluso varias que si bien no dejan Argentina, trasladan parte de su estructura a otros países de la región”, recalcó Manuel Solanet, titular de Infupa y ex secretario de Hacienda.
Inflación y cepo
Para el especialista esta situación obedece en gran medida a “a un panorama de altísima inflación como tiene Argentina, con incertidumbre jurídica e institucional, exceso de regulaciones, con cepo cambiario y una presión impositiva sobre la actividad privada que la hace insostenible”.
Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, es otro de los analistas que advierte que “hay muchas empresas que se fueron y que no salió la noticia en los medios, a lo que hay que agregarle la fenomenal salida de capitales que registra nuestro país en los últimos tres años”.
Para Abram lo que se está observando en este momento es que muchas empresas que están en la Argentina “están reduciendo sus estructuras y en algunos casos mudan parte de las mismas hacia otros países de la región”.
“Cada vez se pierde más capacidad e influencia estratégica como país”, remarcó Aldo Abram.