IPROFESIONAL – EL dólar y la inflación reflejan una tensa calma en el mercado, en el que todos saben que el objetivo del Gobierno apunta a mantener esta situación hasta las elecciones de la forma que sea.
Para hablar sobre este tema, el economista Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, le brindó una entrevista a iProfesional, en la que profundizó qué puede ocurrir con el dólar y la inflación.
Además, sostiene que en los próximos meses el Gobierno tiene que “cuidarse mucho” de las medidas que toma y las señales que da.
-¿Cuál es su análisis sobre la situación económica actual?
-La verdad, estamos en una situación económica complicada, más allá que hemos tenido un proceso de recuperación desde los pisos registrados en el segundo trimestre 2020, por una cuarentena sumamente restrictiva. Es que en la medida en que se dejó a la gente ir a trabajar, se fue recuperando la economía, y también hubo un impulso de un escenario internacional favorable, con gran cantidad de liquidez mundial y precios internacionales que beneficiaron a nuestras exportaciones.
Si bien era esperable que a posteriori se desacelerara esta fuerte recuperación, la verdad es que se vió un poco más golpeada por la segunda ola de la pandemia. Lo malo de todo esto es que el Gobierno asuma la recuperación que hubo hasta ahora como un éxito de su gestión, cuando en realidad es, simplemente, el haber superado el efecto de la pandemia, pero no la crisis de credibilidad que tiene.
Es decir, si el Gobierno considera que con esto ya estamos en camino a un proceso de crecimiento sostenido, el problema es que no va a resolver las cuestiones pendientes, ni realizar las reformas estructurales, para resolver la crisis de credibilidad. Así que, en el mediano plazo, vamos a tener que vivir otra crisis por no resolver los problemas de fondo que nos aquejan.El Gobierno apunta a frenar el alza en el precio del dólar formal y libre hasta las elecciones, donde las reservas juegan un papel central.
-En este escenario, el dólar libre empezó a tomar “temperatura”…
-Con respecto al dólar libre, claramente va a seguir registrando una depreciación del peso, por un lado, generada por el Banco Central a través de la emisión. Y, por otra parte, la incertidumbre pre-electoral, y por la falta de acuerdo con el FMI, que pega con una menor demanda de pesos. Algo que genera que el dólar refleje una pérdida de valor de la moneda nacional. Asimismo, la incertidumbre incentiva la demanda de dólares, en particular, para ahorros e inversiones.
En resumen, tenemos garantizado que los dólares libres van a seguir subiendo hacia las elecciones. El dólar blue tendrá más volatilidad que las otras referencias, pero todos van a seguir mostrando tanto la depreciación del peso como la fuga de capitales creciente hasta las elecciones. Por otro lado, la misión del Gobierno de atrasar el tipo de cambio oficial, va a significar que la brecha va a tender a incrementarse y superará el 100% para la época de las elecciones.
-¿Y después de las elecciones qué puede pasar con el tipo de cambio?
-Luego de las elecciones, lo que va a suceder depende cuánta Incertidumbre genere el resultado electoral. Obviamente, hay dos extremos: una consolidación del Poder del Gobierno, que pueda asumirse que nos llevará a un mayor populismo. Algo que generaría muchísima incertidumbre, por lo tanto, puede haber más fuga de capitales y caída de la demanda de pesos. Por ende, fuerte aumento los dólares libres.
Y, por el otro lado, si en las elecciones le llega a ir muy mal al oficialismo, también podría tener un impacto negativo, incluso hasta podría poner en riesgo la gobernabilidad. Si ya estamos viendo pujas muy grandes en la alianza gobernante, imaginemos lo que puede llegar a suceder en caso de una fuerte derrota.
Igual, ninguno de estos dos escenarios se prevé que suceda hacia delante, y que, de ocurrir, sería con fuertes saltos cambiarios y un entorno sumamente preocupante.
En síntesis, no veo estas situaciones extremas en estos momentos, por eso creo que igual van a seguir subiendo los tipos de cambio paralelos.
-El Gobierno está controlando el mercado cambiario de distintas maneras con miras a las elecciones, ¿cuál es su opinión al respecto?
-Pretender controlar los dólares libres en un cepo es bastante complicado porque el Banco Central, claramente, no tiene las divisas como para hacerlo. Así que, puede seguir tratando de hacerlo como hasta ahora, con alguna compra con dólares de bonos del Tesoro argentino en dólares, para luego venderlos contra pesos en el mercado de los dólares financieros.
Además, esto le permite hacer una ganancia en pesos porque está comprando a dólar mayorista y vendiendo al valor de las divisas financieras libres. Por otro lado, creo que la cantidad de restricciones para operar en estos mercados a futuro, lo único que hacen, en definitiva, es que, como nadie quiere pesos, el Gobierno va a depreciar estas divisas para financiarse a través del Banco Central.
Obviamente, esto significará que se recurra al mercado “negro” para pasar parte de esos ahorros en pesos a la compra de dólares en el mercado blue. O se van a realizar ahora las operatorias que antes se hacían en los dólares financieros legales a través de vías menos visibles, como negociaciones bilaterales. Ya está pasando algo de eso.Para Abram, al Gobierno le alcanzan las reservas para controlar al dólar mayorista, pero la duda está en el deseo oficial de también manejar al billete libre.
-El Banco Central sumó reservas en los últimos meses, ¿le alcanzarán hasta las elecciones?
-Creo que sí alcanzan las reservas, pero no para mantener tanto los mercados libres como el cepo bajo control. O sea, para mantener el cepo cambiario seguro que alcanza, más allá de que al dólar oficial lo estén retrasando las autoridades, y eso ya está significando, de hecho, ventas netas de dólares. Sobre todo porque ahora se está en una etapa de menor cantidad de liquidación de exportaciones, por ende de menor ingreso de divisas, y la economía algo se está recuperando, por lo que solicita más billetes estadounidenses.
Es decir, eso significa más importaciones y, en conclusión, la situación del mercado mayorista va a requerir de una mayor intervención del Banco Central, para poder mantener variaciones tan pequeñas del dólar mayorista. Por eso, si lo que se pretende además es intervenir fuerte los mercados financieros, ya para eso no le va a dar el cuero al Banco Central. Simplemente para tener alguna intervención para moderar el alza, puede ser en los mercados libres, a través esta operatoria de proveerles dólares a través de comprar títulos públicos del Tesoro y vendiéndolos contra pesos.
-¿Se está logrando contener a la inflación?
-Con respecto a la inflación, lo realizado por el Banco Central está teniendo éxito, en el sentido que está bajando fuerte el ritmo de emisión de pesos. La verdad, tras el primer cuatrimestre, creo que el Gobierno se asustó al ver cómo subía la inflación mensual por encima del 4%, y por eso bajó fuerte el ritmo de emisión de pesos. De hecho, estuvo por debajo del 20% hasta junio, incluso. Pero ahora está por arriba del 20% interanual, pero lo que es el promedio mensual sigue siendo mucho menos que el año pasado, y eso hay que reconocerlo. En resumen, con eso se logra desacelerar el ritmo de depreciación del peso, pero por otro lado también es cierto que la gente se hartó de que la estafen quitándole poder adquisitivo, y está dejando demandar pesos. Lo cual hace que todavía, a pesar de todo, se mantenga elevada la inflación.
Otra cosa que está haciendo el oficialismo, es hacer variar el tipo de cambio mayorista muy poco, dado que los precios de los bienes que están en las góndolas de los supermercados, y mayormente dependen del dólar mayorista, porque se pueden comprar o vender en el exterior. Por lo tanto, no se reconoce todo lo que verdaderamente se deprecia el valor del peso. Si bien esto último no evita la inflación, sí retrasa que se refleje en el conjunto de los bienes y servicios que consumimos. Es lo mismo que la estrategia de retrasar las tarifas de servicios públicos, que es tenerlas congeladas. Probablemente, esas dos cosas se corrijan después de las elecciones.
-¿Qué espera al respecto para los próximos meses?
-Probablemente, estemos tocando los puntos más bajos de inflación para el mes de julio. Creo que agosto va a crecer un poco y otro poco en septiembre. Pero se va a mantener algunas décimas arriba del 3% en los próximos meses, con alguna caída por debajo en octubre, que también es estacional. Así que a finales de año vamos a estar alrededor del 50% de inflación.
Por lo tanto, para controlar la inflación, la verdad es que hay que emitir lo menos posible y en forma sostenible.La emisión monetaria y el control del déficit fiscal serán temas fundamentales que deberá afrontar el Gobierno, según Abram.
-¿Qué salidas le quedan al Gobierno para controlar esta situación tan compleja hasta las elecciones?
-Considero que en los próximos meses el Gobierno tiene que cuidarse mucho de las medidas que toma y las señales que da, porque no es el momento de agitar con tan alta incertidumbre la soga en la casa del ahorcado. Es decir, en medio de una tormenta lo último que hay que hacer es ponerse saltar arriba el bote.
Por eso, el Ejecutivo tendría que tratar de no tomar medidas que asusten con respecto a lo que puede llegar a pasar a posteriori de las elecciones, y lograr tener un resultado que le diera más poder para afianzar el rumbo que todo el mundo cree que va a seguir. Un rumbo hacia un mayor populismo.
-Entonces, ¿qué proyecta que puede ocurrir en los próximos meses?
-Por ahí la economía se va a recuperar en el tercer trimestre un poco con respecto a un segundo trimestre, que por ahí estuvo un poco golpeado por la pandemia. Pero a partir de ahí se va tender a desacelerar el nivel de actividad económica. Muy probablemente, ya para el segundo semestre del 2022 empecemos un proceso recesivo de nuevo, si es que el Gobierno no logra resolver los problemas de fondo que hagan factible el crecimiento sostenido en el tiempo.