ÁMBITO FINANCIERO – Una brisa de aire fresco le va llegando a la economía argentina desde Brasil. Hasta ahora, para poder colocar sus productos en el país vecino, las empresas exportadoras han tenido que remontar la dura cuesta que representa una apreciación cambiaria bilateral del 24% . Pero la creciente inflación en el país vecino llevará a que se emparejen un poco más los escenarios en los próximos meses.
De acuerdo con un comunicado del Banco Central de Brasil, es esperable que la entidad monetaria le pegue un fuerte golpe a la tasa SELIC, que es la referencia de política monetaria del principal socio del Mercosur. Con ello estará provocando una apreciación de la moneda. El comunicado del Comité de Política Monetaria (COPOM) de la entidad, indica que la inflación del país vecino se ubicará en el 6,5% en 2021, lo cual a su criterio, es compatible con una tasa de interés del 7%. La entidad prevé inflación “persistente” y una reactivación “robusta” de la actividad económica y por ello sugiere un nuevo aumento en tasa SELIC en su próxima reunión del 22 de septiembre. La inflación de los últimos 12 meses subió al 8,99%, que es el mayor nivel desde 2002. Las actas de la reunión del Copom del 3 y 4 de agosto, en la que el comité elevó las tasas en 100 puntos básicos hasta 5,25%, mostraron que el escenario de referencia de las autoridades exige una serie de incrementos hasta llevar la tasa por encima del nivel considerado neutral.
Miguel Ponce, director del Centro de Estudios del Comercio Exterior del Siglo XXI, sostuvo en declaraciones a Ámbito que el incremento de la tasa SELIC de Brasil “puede ser un indicador de que el tema inflacionario se les puede escapar”. Ponce, consultor de empresas vinculadas al comercio bilateral, sostiene que la mejora de la tasa de interés “puede beneficiarnos para achicar el retraso cambiario” que muestra el peso. Días atrás se conocieron datos del Banco Central que indican que el peso argentino está 24% apreciado respecto del Real en lo que va de este año. “Ese retraso nos quita competitividad”, explicó Ponce. Para el especialista, que fue subsecretario de Industria durante el gobierno de Raúl Alfonsín en los años 80’, el hecho de que Brasil vaya hacia una apreciación del real va a generar una situación de equilibrio, por lo menos hasta las elecciones. Luego de ello, tal vez Argentina tenga que mover su tipo de cambio, lo cual le permitiría ganar competitividad cambiaria. El analista no cree que el gobierno de Brasil vaya a trabajar estos problemas de manera “especulativa”.
Al respecto, la consultora Econviews planteó en su último reporte semanal que la tendencia a la apreciación del real se mantendrá. No pareciera ser que el gobierno de Jaír Bolsonaro vaya a resolver los desequilibrios por la vía contraria, la devaluación. ”Los precios de las materias primas son buenos y la economía de Brasil viene pisando fuerte, sumado a que el real, según los economistas brasileños, debería apreciarse más”, dice el informe.
Por su lado, el economista Ivan Cachanosky, de la Fundación Libertad y Progreso, sostuvo que “la suba de la inflación es lo que preocupaba a Brasil y eso motivó el incremento de la SELIC por lo que, no extrañaría que de no bajar los precios, entonces incrementen la tasa”. Al igual que sus colegas, Cachanoski explicó que “esto genera una apreciación del real, lo que hace es que favorezca un poco a Argentina, porque Brasil es el principal socio comercial, y en definitiva, esto permitiría devaluar menos el peso porque la contraparte es el que se está apreciando”.
Para el analista de Libertad y Progreso, la situación “da un poco de respiro para devaluar menos, pero detrás de ello está el problema de la actividad, porque se si sube la tasa se puede afectar al consumo y la inversión y que entonces Brasil recupere menos, aunque pareciera ser que en el corto plazo esto no preocupa”. Al respecto, agregó que por cada punto que crece el PBI de Brasil, el de Argentina acompaña con un 0,25%, de modo que habría que seguir con mayor atención si la política del Banco Central brasileño de subir la SELIC llega a impactar negativamente en la actividad económica.