Cuando pase el temblor ¿La política económica dejará que el agro lidere la recuperación del país?

Jefe de economía de Libertad y Progreso

Jefe de economía de Libertad y Progreso. Profesor Economía Internacional en Universidad del CEMA, Profesor ayudante de Análisis Económico y Financiero en la Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires,Asesor en la Secretaria de Comercio Exterior la Nación yAsesor Secretaria de Comercio de la Nación.

Mg. en Economía y Lic. en Economía Universidad del CEMA

A24 – AGRO – “Yo, caminaré entre las piedras…” así comienza una de las canciones más recordadas de la mítica Soda Stereo. Y así está avanzando el sector agrícola argentino, entre múltiples obstáculos. A pesar de esto, las últimas estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires muestran que para la próxima campaña 2021/22 aumentaría la producción de todos los principales cultivos (soja, maíz, girasol, sorgo, cebada y trigo). En la misma dirección apuntan las proyecciones para Argentina del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).

Estamos hablando de unas 55 millones de toneladas métricas de maíz (+9% respecto a la campaña 2020/21), 44 millones de toneladas de soja (+2%), 19,2 millones de toneladas de trigo (+13%), 4,6 millones de tn de cebada (+12%), 3,5 millones de tn de girasol (+17%) y 3,5 millones de tn de sorgo (+3%). El total producido de los principales cultivos treparía a casi 130 millones de toneladas (+7% respecto a 2020/21).

“Te comportas de acuerdo, con lo que te dicta cada momento”. Este panorama, positivo en principio, podría verse afectado por una mayor oferta en los mercados internacionales. No solo aumentará la producción en Argentina, sino que, según estimaciones del USDA, la tendencia alcista se verifica para todos los mayores productores (Estados Unidos, China, Rusia y Brasil). En total, la producción mundial de granos y oleaginosas aumentaría 4% interanual en 2021/22, lo que podría presionar los precios a la baja.

“No quiero soñar mil veces las mismas cosas”. Pero tal vez la principal incertidumbre que enfrenta el sector agrícola de cara a la campaña 2021/22 viene de la mano de la política económica interna. Sin sorpresas, el gobierno nacional parece querer avanzar en una batería de medidas que incluirían subas de salarios y jubilaciones y refuerzos a asignaciones sociales. Además, se continuaría con el congelamiento tarifario (que exige cada vez mayores subsidios económicos) y cambiario (que va drenando las reservas del Banco Central). Todo en el marco de un déficit fiscal consolidado (Tesoro y Banco Central) que trepa a casi 10 puntos del producto, niveles de deuda pública de más del 100% del PBI y mercados internacionales cerrados. La pregunta que surge es ¿de dónde saldrán los recursos para pagar estas medidas?

“Hay una grieta…” en la política económica argentina. En 2019, 2020 y 2021 se aprobaron subas y creaciones de impuestos que repercutieron directamente sobre las empresas del sector agrícola. En total, la participación del Estado en la renta agrícola subió al 68% en el caso de la soja, 60% en el del trigo, 51% para el maíz y 47% para el girasol, según estimaciones de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) a junio de 2021. Además, según estimaciones de la OCDE, en los últimos 20 años el sector ha transferido cerca de US$ 160 mil millones a través de diversos impuestos (siendo el más distorsivo los derechos de exportación). Según el proyecto de Presupuesto 2022, presentado esta semana por el Ejecutivo, esta realidad no va a cambiar en el futuro cercano.

“Me verás caer, como un ave de presa…”. Si combinamos la tendencia hacia mayores desequilibrios fiscales con la experiencia económica reciente, entonces no podemos descartar que durante la campaña 2021/22 aumente aún más el peso del Estado sobre el sector agrícola.

“Nada, nada personal”. Para que el sector pueda cantar bingo no podía faltar una espiralización en la incertidumbre política. Esta semana se encargó de darla y no vamos a profundizar sobre este tema. Pero como reza la canción de Soda Stereo, no es nada personal.

“Cuando pase el temblor…”. De algo podemos estar seguros: el sector agrícola, por su competitividad y capacidad, seguirá teniendo un rol central. Para tener un orden de magnitud, en el primer semestre de 2021 cereales y oleaginosas explicaron 55% del total exportado por el país. A medida que el tiempo corra se irán despejando las interrogantes planteadas. Veremos si en esta ocasión la política económica da el marco necesario para que el agro lidere una verdadera recuperación de la economía argentina.

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