Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso. Licenciado en Economía por la Universidad Católica Argentina. Es consultor económico y Profesor titular de Economía Aplicada del Master de Economía y Administración de ESEADE, profesor titular de Teoría Macroeconómica del Master de Economía y Administración de CEYCE.
PERFIL – De cara a las elecciones legislativas que se celebrarán el próximo 14 de noviembre, empieza a resplandecer la tensión entre el oficialismo y la oposición por el modelo de país que defienden. Desde el Frente de Todos nombraron a los economistas liberales como el “Club del Retraso Cambiario”, ante la continua crítica por la brecha en el valor del dólar.
Los máximos referentes de derecha son los candidatos a diputados Ricardo López Murphy y Martín Tetaz de Juntos por el Cambio, y José Luis Espert de Libertad Avanza. También se es uno de los principales críticos del oficialismo, el economista Roberto Cachanosky.
Todos ellos coincidieron en que no ven un plan económico como tal. Los principales puntos que remarcan como erróneos son el déficit púbico, la inflación y la desactualización en el valor de las divisas norteamericanas.
El Club del Retraso Cambiario da a conocer alternativas
Desde la oposición reclaman que el valor de las divisas norteamericanas no está actualizado, ya que el Estado interviene y lo mantiene por debajo del nivel de mercado. Como explica el economista Roberto Cachanosky “el oficialismo hace que el precio máximo no vaya con la inflación ni con el mercado. Hablamos de una inflación mensual del 3% y un aumento cambiario mensual del 1%, y así, vamos sumando”.
En esta línea, el segundo candidato en la lista de Juntos por el Cambio y economista, Martín Tetaz, expresó que es una política económica “que debería ser transitoria y no sostenida en el tiempo”. Sin embargo, lo que le preocupa es que en el presupuesto presentado para el 2022, se plantea “otra vez” que el valor del dólar siga corriendo por debajo.
Ante este panorama, y consultados por PERFIL, los especialistas liberales señalados como los miembros del “Club del Retraso Cambiario” fueron consultados por la alternativa que ellos mismo proponen.
Para el candidato a diputado de “Libertad Avanza” por Provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, hay que liberar totalmente el mercado de cambio. Detalló que “hay que terminar con la existencia de los diez trillones de tipos de cambio que existen y que enloquecen a la gente que quiere producir. Ya sabemos que los múltiples tipos de cambio son un problema y ellos repiten errores”.
Por su parte, el candidato de Juntos por el Cambio por Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Ricardo López Murphy, manifestó que para superar la brecha cambiaria se deben ir liberando paulatinamente las operaciones al valor del dólar en la bolsa. “En primer lugar, las operaciones turísticas y todos los servicios relacionados a esta actividad. En segundo lugar, los servicios de la economía del conocimiento porque si no se van a otro lado; y tercero, ir mezclando los tipos de cambio para terminar con el tipo de cambio artificial” especificó el economista.
Cachanosky señaló como solución un plan monetario integral que vaya por etapas. En principio, liberaría el tipo del cambio al mercado. Luego, eliminaría el curso forzoso del peso y le daría curso legal a las otras monedas para que la gente realice transacciones en la moneda que desee.
El club del Power Point responde a De Mendiguren
Otro de los nombres que reciben los economistas es el “club de los teóricos” o el “club del Power Point”. Así los bautizó José Ignacio De Mendiguren, presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). El también empresario industrial sostuvo en dialogo con PERFIL que “una cosa es ser un teórico y otra cosa implementarlo. Todos estos que escuchamos hoy, en la vida manejaron ni el consorcio de su edificio”. Y agregó “Una cosa es jugar a la batalla naval y otra ir a la guerra”.
Ante las declaraciones del funcionario y su pedido a la oposición de que expusieran su plan económico, los referentes liberales no dudaron en responder.
Los economistas recordaron duramente el paso del político massista por el gobierno de 2002 y por el actual. Algunos señalaron que “destruyó el país y que sólo hace cosas para salir beneficiado en sus negocios”, otros indicaron que “no tiene autoridad para hablar de economía”. Espert lo calificó como miembro del “club de los dos chiflados” y del “atraso”. “Si tuviera vergüenza, debería retirarse”, sentenció el líder de Libertad Avanza.
Con respecto a las propuestas económicas, Tetaz dijo que el primer proyecto que presentaran el 10 de diciembre es cambiar la carta orgánica del Banco Central para que el Poder Ejecutivo no tenga incidencia sobre el directorio ni el nombramiento presidente, y que tampoco, tengan posibilidad alguna de financiamiento.
López Murphy, de la misma lista, hizo hincapié en la posibilidad de generar planes de empleo joven y para gente desplazada que quite la indemnización por despido. “Hay que bajar impuestos a la contratación. Ampliar el merado, crea más mercado”, indicó. De hecho, todos los economistas hablan de reforma laboral y reforma impositiva.
“No debe haber impuestos a las exportaciones, al empleo y la producción, si a ganancias y al IVA. Reglas laborales que faciliten la posibilidad de entrar y salir de pymes, y seguro de desempleo para el trabajador”, sumó Tetaz.
Espert sostuvo que “las leyes laborales son ‘viejas’ y hay que cambiarlas”. Al ser consultado por medidas más específicas, ejemplificó que deben haber negociaciones colectivas descentralizadas y ponérsele fin a los mandatos infinitos de los Secretarios Generales de los sindicatos.
Cachanoosky habló de 7 reformas: monetaria, de desregulación de la economía para que trabajen con tranquilidad, transformar el Estado en calidad y cantidad, reforma laboral para q no haya miedo a contratar, incorporación de Argentina al mundo, reforma de impuestos, y que a los beneficiarios de planes sociales se los capacite en oficios para reinsertarlos laboralmente.
Las propuestas tienen distintos matices, pero todos apuntan a un mismo modelo de país. Un modelo que no es popular como el propuesto por el Frente de Todos. Las cartas están sobre la mesa y se dirimirá en las elecciones del 14 de noviembre.