Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.
INFOBAE – Luego de que el Indec diera a conocer que tras cinco meses en baja, la inflación cobró impulso en septiembre y registró un aumento del 3,5% para alcanzar una medición interanual del 52,5%, economistas consultados por Infobae se mostraron sorprendidos por la fuerte escalada de precios. En ese contexto, afirmaron que la falta de cambios en políticas macroeconómicas no justificaron una baja de la inflación minorista como así tampoco de la núcleo, que se mantiene por encima del 3 por ciento.
Asimismo, los especialistas advirtieron que la alta emisión monetaria y la fuerte dolarización que se da habitualmente en momentos de elecciones – en noviembre se celebran las legislativas- hace que las perspectivas a futuro no sean alentadoras.
“Una inflación de 3,5% con dólar oficial y tarifas pisados, con control de precios, refleja una situación muy complicada asociada a la magnitud del desequilibrio monetario, a la presión de los dólares financieros no intervenidos y a la ausencia de un ancla nominal creíble hacia adelante”, dijo a Infobae Federico Furiase, de Anker Latinoamérica.
“Lo que preocupa es que los controles de precios y la restricción a las importaciones no hacen más que subirle el piso a la inflación”, remarcó.
En ese sentido, afirmó que el foco de la política económica debería estar puesto en evitar un shock nominal que lleva a un régimen de inflación alta pero inestable. Y añadió que el Gobierno tiene que coordinar un programa fiscal y monetario solido que le permita al Banco Central recuperar reservas y, en paralelo, un programa de estabilización que logre coordinar expectativas y frenar la inercia.Lo que preocupa es que los controles de precios y la restricción a las importaciones no hacen más que subirle el piso a la inflación (Furiase)
“El problema es que hay pocas reservas por eso será necesario un acuerdo con el Fondo con dinero fresco para reforzar reservas en el Banco Central. Pero todo eso parece muy lejos teniendo en cuenta el entorno político”, analizó.
Para Iván Cachanosky, economista Jefe en la Fundación Libertad y Progreso, el IPC sorprendió con un avance del 3,5% mensual en septiembre. “Las estimaciones rondaban en torno al 3%, por lo que una inflación mensual del 3,5% vuelve a encender las alarmas en meses claves previo a las elecciones legislativas”, aseguró.
Cabe destacar que la medición interanual trepó al 52,5%, en medio de la preocupación oficial. Entre enero y septiembre, el Nivel General del Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló un crecimiento del 37%.Las perspectivas a futuro no son muy alentadoras, la emisión monetaria está volviendo en un contexto donde la demanda de dinero cae. Esta situación no hace más que agravar las perspectivas de una mayor inflación para el próximo año donde probablemente el piso de inflación del 2022 sea del 60% (Tiscornia)
En ese marco, con el resultado de septiembre, el indicador interrumpió una racha declinante iniciada en abril, cuando la inflación había sido del 4,1% contra el 4,8% de marzo. Luego, se registraron las siguientes variaciones mensuales: mayo, 3,3%; junio, 3,2%; julio, 3,0% y agosto, 2,5% por ciento.
Según la información oficial, la división de mayor incremento en septiembre fue Prendas de vestir y calzado (6,0%), seguida por Bebidas alcohólicas y tabaco (5,9%), donde incidió principalmente la suba de cigarrillos.El incremento en Alimentos y bebidas no alcohólicas (2,9% contra 1,5% del mes anterior) fue la de mayor incidencia en todas las regiones y el que tiene más impacto en los sectores de menores recursos EFE/ Demian Alday Estévez
El rubro Salud (4,3%), impulsada en gran medida por el alza de Gastos de prepagas, fue la tercera división de mayor ascenso del mes. Mientras que el incremento en Alimentos y bebidas no alcohólicas (2,9% contra 1,5% del mes anterior) fue la de mayor incidencia en todas las regiones y el que tiene más impacto en los sectores de menores recursos.
“El Indec informó una inflación mensual de 3,5% a nivel nacional y de 3,8% en el GBA, superando largamente las expectativas y por encima de lo que marcaba nuestro relevamiento de precios (2,8%). La inflación núcleo, que deja de lado a productos regulados y estacionales, fue de 3,3% mensual, la mayor desde junio”, destacó Camilo Tiscornia, de C&T Asociados.
A su turno, Iván Cachanosky, de la Fundación Libertad y Progreso, afirmó que once de doce meses tuvieron una inflación de 3% o más. “Las perspectivas a futuro no son muy alentadoras, la emisión monetaria está volviendo en un contexto donde la demanda de dinero cae. Esta situación no hace más que agravar las perspectivas de una mayor inflación para el próximo año donde probablemente el piso de inflación del 2022 sea del 60%”, alertó.
En tanto, Claudio Caprarulo, de Analytica, hizo hincapié en la inflación núcleo para dar cuenta de que no existe un proceso de desinflación pese a la baja que se registró en agosto.
“En septiembre todas las categorías de precios mostraron un salto respecto a agosto. En el caso de los precios con estacionalidad, como frutas y verduras, septiembre suele dar alto, y esta vez no fue la excepción: llegó a 6,4%. El problema es que la inflación núcleo también se aceleró hasta 3,3% versus 3,1% en los meses anteriores”, afirmó.
Y agregó que la situación es muy delicada porque “eso se produce en un contexto de atraso de tarifas y del tipo de cambio, que en el marco del acuerdo con el FMI y para no seguir generando desequilibrios de forma paulatina se tiene que actualizar”.
Federico Moll, de Ecolatina, dijo que para octubre la inflación se mantiene en niveles de esta magnitud dado “el set de política económica que el gobierno está poniendo a disposición”.
“Es difícil pensar en una inflación que se desacelere de forma significativa si no se empiezan a equilibrar ciertas variables y especialmente se empieza a trabajar sobre las expectativas de los agentes sobre la inflación futura. No parecer ser lo que el gobierno está dispuesto a hacer. Probablemente sabía que los números venían siendo malos y por eso se entiende el cambio de Paula Español por Roberto Feletti”, analizó.
Y añadió: “El gobierno busca aplicar más controles sobre un escenario de apreciación cambiaria y congelamiento de tarifas. Es una política económica que no va a reducir la inflación a no ser que muestre cambios significativos”.
Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria dijo: “La inflación vuelve a acelerarse en términos interanuales, tanto la general como la núcleo. Quiere decir que el dato es negativo y hay una aceleración compleja de la inflación que tiene que ver con la emisión monetaria”.
En tanto, Lorenzo Sigaut Gravina, director de análisis macroeconómico de la consultora Equilibra, analizó: “Lo que veo es una presión cambiaria creciente porque va a haber más pesos en la calle y la gente tiende a dolarizarse de cara a las elecciones”.