Cayó un 13 por ciento el crédito bancario a familias y empresas locales

Foto Ivan Cachanosky
Economista, colaborador de Libertad y Progreso

Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.

LA NUEVA – En doce meses y descontando la inflación, la banca local prestó un 13 por ciento menos a las empresas y hogares de nuestra ciudad, al tiempo que el financiamiento al sector privado perdió nada menos que 34 puntos porcentuales de participación en el total de los depósitos bancarios en los últimos cinco años, según datos del BCRA.

   Así, con 22.805.321.000 pesos prestados a los privados locales del 1 de enero al 30 de septiembre de 2021, el stock total de créditos en moneda local se incrementó un 33% con relación al año que se fue.

   Al comparar con la inflación local (N de R: es una medida mejor del desempeño de los créditos locales, toda vez que a mayor suba de precios, mayores son los montos pedidos por los prestatarios), que fue del 53,5% en idéntico lapso, según el CREEBBA, se obtiene una caída real -es decir, en cantidades- del 13,53%.

   Medidos como porcentaje de los depósitos de los hogares y empresas con asiento en nuestra ciudad, los que totalizaron $ 59.264.188.000 al final de septiembre de 2021, explicaron un 38%, lo que equivale a una tremenda baja con relación a 2017, etapa en que explicaban un 72%.Recibí los Newsletters de La Nueva sin costo

   En un sistema bancario integrado, la pérdida de participación del financiamiento a privados locales estaría relacionado con un mayor interés de la banca a proveer fondos al sector público, algo de lo que dan cuenta las cifras nacionales, que, obviamente, incluyen a las locales.

   De esta forma, la participación del financiamiento al sector público (Tesoro más BCRA) pasó del 36% de todo el activo de los bancos (sus bienes y sus derechos) a más del 40% de agosto del corriente, tal como admiten los propios datos de la autoridad monetaria.

   De acuerdo con Iván Cachanosky, economista Jefe en Libertad y Progreso, el problema fue que el incremento de los depósitos en pesos tuvo como principales destinos, por un lado, renovar deuda remunerada con el BCRA (concretamente, Leliqs y Pases Pasivos, una modalidad de financiamiento entre bancos) y, por otro lado, comprar Títulos del Tesoro.

   Opinó que “esto fue dejando cada vez menos espacio para un financiamiento del sector privado golpeado por una cuarentena eterna. Lo peor, es que esta realidad tiene una tendencia a agravarse ya que la necesidad del sector público de renovar deuda es creciente”.

   También explicaron estos resultados las modificaciones normativas de mayo de este año, que habilitaron a las entidades a destinar mayores cantidades de liquidez a la compra de títulos públicos en detrimento de las Leliqs, un instrumento de regulación monetaria cuya función es “aspirar” el exceso de dinero del sistema. El enorme tamaño de este instrumento, que devenga un interés a períodos muy cortos, y que suma unos 4 billones de pesos, preocupa a los analistas y a juzgar por las citadas modificaciones, al propio Central.

   Claro que este comportamiento de la banca no fue gratuito: pese a que se encuentran en caída por los efectos postpandémicos, las ganancias de los bancos mostraron resultados exorbitantes, a punto tal que llegaron a representar entre el 40 y hasta el 60% de su capital en 2019, y, en los últimos meses, continuaron exhibiendo resultados positivos aún considerando el ajuste contable por inflación, de acuerdo con información del propio BCRA.

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