Jefe de economía de Libertad y Progreso. Profesor Economía Internacional en Universidad del CEMA, Profesor ayudante de Análisis Económico y Financiero en la Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires,Asesor en la Secretaria de Comercio Exterior la Nación yAsesor Secretaria de Comercio de la Nación.
Mg. en Economía y Lic. en Economía Universidad del CEMA
EL INTRANSIGENTE -Los países europeos de Rusia y Ucrania encabezan un conflicto bélico y diplomático de escala progresiva, al ya haber bombardeos e invasiones por parte de las tropas rusas hacia el este del territorio ucraniano, más precisamente en Donatsk y Lugansk. Sin embargo, llama la atención cómo se necesitó una situación de tal magnitud para que sus monedas caigan y apenas superen la depreciación del peso argentino.
La información fue dada por Finanzas Argy, un usuario de Twitter que se encarga de recopilar datos de fuentes financieras y económicas para plasmar la situación de Argentina. En lo que va del año, la grivna ucraniana es la moneda más devaluada del mundo al desplomarse un 6%. Luego, le sigue el rublo ruso con casi ese mismo porcentaje y, en tercer lugar, el peso argentino, que ya tiene una devaluación del 4%. Por detrás están la lira turca, el peso filipino y la rupia indonesia.
Las razones de debilitamiento de las dos monedas de Europa del Este son por las salidas de capital financiero para la compra de armamento, sobre todo de Ucrania. Ante las amenazas de guerra y los bombardeos, el país decidió desembolsar sus reservas para enfrentarse a posibles ataques directos, pese a las consecuencias económica y financieras.
Riesgo país y deuda
Sin embargo, el riesgo país de ambas naciones está muy por debajo del argentino. Mientras que la nación enfrenta un número de 1.712 puntos, el de Ucrania es de 961 unidades, mientras que el de Rusia es de apenas 269 unidades. De este modo, invertir en Argentina y las posibilidades de desarrollo del comercio exterior son menos confiables que dos países que están enfrentándose diariamente.
La deuda argentina con los organismos internacionales es preocupante y supera el conflicto bélico. Pese a que no hay amenazas y que, incluso, el Gobierno decidió mantenerse neutral en el tema, el atraso del tipo de cambio y la inflación por la emisión monetaria son los problemas más grandes y los generadores de la depreciación. En los últimos dos años, según la fundación Libertad y Progreso, la deuda pública creció en US$52.427 millones, un 19% más que el crédito desembolsado por el FMI.
Asimismo, la deuda pública, entre diciembre de 2019 y enero de 2022, trepó a US$365.727 millones, es decir, 8,3 veces el monto de la deuda con el FMI. “La pérdida del valor de nuestra moneda es la consecuencia de una política económica inconsistente. Para volver a crecer Argentina necesita bajar la inflación y para eso hay que revisar la política fiscal”, declaró el especialista en Comercio Exterior, Eugenio Mari.
“La pérdida de valor de los billetes argentinos es el fiel reflejo de la falta de una moneda sana. Naturalmente, se llegó a esta situación como consecuencia de la alta inflación que sufren los argentinos”. La pérdida de valor del billete de $1000, lanzado cuatro años atrás, es un reflejo de la profunda depreciación. Para reemplazar su poder adquisitivo original habría que imprimir un billete equivalente a $5.900 pesos.