En 5 años, el poder adquisitivo del Salario Mínimo, Vital y Móvil cayó 29%

EXPRESO NEWS – Un informe de la Fundación Libertad y Progreso en base a estadísticas oficiales, revela que desde el pico alcanzado en agosto de 2017, el poder adquisitivo del salario promedio de la economía cayó 23%, mientras que el poder adquisitivo del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), que en abril subió a $38.940, se resintió 29%.

Esto se debió a que las subas en los salarios no acompañaron al ritmo de los precios. Entre agosto de 2017 y abril de este año los precios minoristas aumentaron 522%, mientras que el SMVM aumentó 340% y los salarios promedio de la economía, hasta marzo (último dato disponible), subieron 353%, según lo medido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

Respecto al salario promedio, es de notar que entre mediados de 2021 y principios de 2022 hubo una recuperación en su poder adquisitivo, pero que, con la aceleración en la inflación de los últimos meses se vio trunca. Una tendencia similar se observa en el SMVM, que tuvo una recuperación en abril, cuando subió de $33.000 a $38.940 (+18%). No obstante, ambas recuperaciones fueron transitorias y no lograron quebrar la tendencia a la baja.

Al diferenciar según sectores, se observa que los más perjudicados han sido los trabajadores no registrados, cuyo poder adquisitivo promedio cayó 35%. Mientras que para los trabajadores del sector privado registrado la baja fue de 19% y para los del sector público de 21%.

Además, en Argentina se ha dado un proceso de precarización laboral. La creación de empleo privado registrado está estancada, en gran medida debido a los impuestos y costos laborales no salariales, que generan una brecha entre lo que paga el empleador y lo que recibe el trabajador. En cambio, ha crecido la cantidad de trabajadores en el sector público y en el no registrado, donde las remuneraciones promedio son menores.

Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, dijo “la pérdida de poder de compra real de los salarios, es la consecuencia de una economía que tiene serios problemas de productividad y creación de empleo de calidad”.

Asimismo, Marí agregó: “Los problemas económicos e institucionales que hacen que cada vez más trabajadores estén bajo la línea de la pobreza son de fondo. Por eso es que, aunque se ajuste el Salario Mínimo o se adelanten las subas, la tendencia no cambia y los salarios siguen corriendo desde atrás a la inflación. La salida pasa por bajar los costos al trabajo formal, tanto para empleados como empleadores, y eso necesariamente implica una reforma laboral”.

Diego Piccardo, economista de la Fundación Libertad y Progreso, señaló que “la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, es el resultado de la ‘política del parche’ que lleva adelante Argentina desde hace décadas”. Y completó: “En vez de enfrentar los problemas de manera seria y encarar reformas estructurales, los encargados de la política económica están enredados pensando si es conveniente o no controlar el precio del tomate”.

Además, el economista añadió que “la caída del salario real es la otra cara de la moneda de la inflación. Sin un ordenamiento fiscal creíble, va a ser imposible que el ahorrista se crea que el Tesoro no le va a pedir más Adelantos Transitorios al BCRA. Como resultado, la confianza en el peso será menor y la situación empeorará”.

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