Diana Mondino es Directora de Relaciones Institucionales y profesora de Finanzas en los Master en Dirección de Empresas y Master en Finanzas de la Universidad CEMA. Tiene experiencia en temas económicos y de management.
CRONISTA – Una breve referencia histórica que pareciera que es verídica, aunque sin buena documentación y con múltiples interpretaciones: El Derecho del Señor de Pernada (ius primae noctis, «derecho de la primera noche»; o la expresión droit du seigneur, o droit de cuissage), se refiere a un presunto derecho que otorgaba a los señores feudales la potestad de mantener relaciones sexuales con una doncella sierva de su feudo que fuera a contraer matrimonio con uno de sus siervos. El señor Feudal decía: yo primero. Puede Ud. chequear varias fuentes de un tema que hoy nos repele.
Creo que con este ejemplo tan extremo ya capté la atención del lector.
Repito: hoy nos escandaliza que el señor feudal probara primero “los frutos del amor”. Sin embargo no es muy distinto de algunas prácticas impositivas en las cuales el Estado cobra primero, a través de retenciones, percepciones y anticipos haya o no beneficios o incobrables para el productor o buenos salarios para los trabajadores.
Vayamos a los datos de Argentina. De acuerdo a estadísticas de AFIP (https://www.afip.gob.ar/institucional/estudios/) en los primeros 4 meses de 2022 se lleva recaudado por IVA – Pagos directos y Retenciones un total de $ 1.528.748 MM y neto de devoluciones $ 1.502.848 MM. Es decir, se devolvieron solamente $ 26.900.000 MM. El Estado cobra primero y demora mucho en devolver, lo que trae varios problemas: la empresa no dispone de esos fondos y si alguna vez los recibe, la inflación habrá horadado su valor.
En Ganancias pasa algo similar: Los pagos directos y retenciones de origen impositivo se cobran haya o no ganancias y las retenciones de origen aduanero se deducen también del precio, primero y antes que todos los gastos.
La gran mayoría de los impuestos cobrados son por transacciones, independientemente de su resultado, y se cobran antes o primero que haya Ganancias. El IVA es el más importante, pero no el único. Así, tenemos impuestos a combustibles, al “cheque”, tabaco, a comunicación audiovisual y muchos más. Siguiendo con los primeros 4 meses de 2022 el total de recaudación que NO recae sobre el trabajo o de la Seguridad social, es de $ 3.838.351,53 MM, de los cuales el impuesto a las Ganancias representa $ 5.349.628 MM es decir, solamente… 25%. Es muy razonable cobrar impuestos sobre Ganancias reales y percibidas (aunque nuestros métodos no son tan claros y a su vez tienen anticipos) pero el 75% de los impuestos se cobran primero, sobre transacciones o algunos bienes, independiente que haya o no ganancias.
Muchas veces se escucha el argumento de que el Impuesto a las Ganancias recauda poco por elusión y evasión y se olvida mencionar que todos los otros impuestos se pagan primero, antes que -ojalá!- haya ganancias.
Respecto a recaudación de la Seguridad Social o impuestos al trabajo, son impuestos que se convierten en un ahorro forzoso -y según se dice, “solidario”- a los fines de la Jubilación y Previsión social. En Argentina, a pesar de ser muy elevados, no son suficientes y nuestro sistema previsional requiere constantemente ayuda del Tesoro (o sea otros impuestos).
Creo que el lector se sorprenderá de saber que los impuestos al trabajo son equivalentes al 39% del total de los otros impuestos, o 28% de la recaudación total.
Modificar la estructura impositiva de un país es extremadamente difícil y no sólo porque ya hay gastos comprometidos que cubrir. Las retenciones y percepciones son impuestos que ya se han cobrado antes que llegue el período fiscal. El punto esencial es que debería ser un sistema fiscal que introduzca buenos incentivos para trabajar y producir, para ahorrar e invertir, que sean razonablemente flexibles en momentos de crisis o auge y que el Estado tenga una relación simétrica con los contribuyentes.
No es cuestión de sólo bajar tasas o eliminar algunos impuestos. Debemos aspirar a mucho más. Algún día tendremos un sistema que incentive el trabajo y la producción cobrando por los beneficios, o sea, por hacer las cosas bien. Debemos ir hacia un sistema donde no sea el Estado el que diga: yo primero.
Resumiendo, podemos decir que en Argentina hay impuestos por trabajar (SS y Ganancias), por haber trabajado (retenciones y percepciones) y para trabajar (tasas, IIBB e IVA). Sería equivalente a decir que el señor feudal tiene derechos sobre la señorita que se casa, que se casó o que se va a casar. En temas fiscales, el Estado siempre dice: yo primero.