EXPRESO NEWS – Al 24 de junio, el stock de deuda remunerada del Banco Central, es decir, la suma de las Letras de Liquidez (LELIQ) más los Pases pasivos superó los $6,4 billones, representando más de una base monetaria y media (163%). En su hoja de balance, el BCRA ya tiene más de $10,0 billones en base monetaria y deuda remunerada, presionando al alza las expectativas inflacionarias y sobre el tipo de cambio. Desde diciembre de 2019 el stock de deuda remunerada del BCRA casi se sextuplicó, pasando de $1,1 a $6,4 billones actualmente. El dato surge de un informe de la Fundación Libertad y Progreso en base a estadísticas oficiales.
Esta deuda es el instrumento que utiliza el BCRA para absorber la emisión provocada por el hecho de financiar gran parte del déficit fiscal del Estado y evitar que se traslade directamente a emisión, aunque sea en el corto plazo.
Además, los intereses que se pagan por esta deuda son cada vez más altos. Solo en mayo llegaron a $168.000 millones, lo que equivale a 23 millones de Asignaciones Universales por Hijo por mes (monto actualizado a junio de $7.332). Y seguirán aumentando ya que el BCRA, en su intento por sostener la demanda de pesos, viene subiendo la tasa de política monetaria, que no es otra sino la de las Leliqs a 28 días, que llegó a 52% en junio, 14 puntos porcentuales por encima de lo que era a comienzo de año.
De esta manera, el BCRA está cada vez más engranado en su propia política y va generando una bola de nieve cada vez más grande. No solamente se emite dinero para financiar al Tesoro sino también para pagar los intereses de las Leliqs. Luego, se emiten nuevas Leliqs para absorber la asistencia al Tesoro y dichos intereses, generando que la carga de intereses siga creciendo y así sucesivamente.
Medida en dólares, la deuda remunerada es de US$51.742 millones, representando el 135,3% de las reservas brutas del BCRA.
Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso dice que “la deuda remunerada del BCRA viene creciendo a una tasa del 86,5% interanual, lo que incrementa las expectativas de que la emisión monetaria, en lugar de estabilizarse, se siga acelerando en los próximos meses. Para colmo, del lado del Tesoro las perspectivas es que cada vez se necesitará más de la emisión para financiar el gasto. El resultado es perspectivas de inflación cada vez más altas”.
Además, agregó: “Como la moneda nacional no funciona como reserva de valor y los activos en pesos tienen cada vez mayor probabilidad de default, las familias y empresas argentinas intentan cubrirse pasándose a dólares, lo que, por supuesto, presiona al alza de los múltiples tipos de cambio. Transcurrimos un veranito por la liquidación récord de exportaciones y el desembolso del Fondo, que permitió al BCRA sostener parcial y transitoriamente el tipo de cambio oficial, pero a medida que entremos en el segundo semestre la situación se complicará cada vez más”.
Por su parte, Diego Piccardo, economista de la Fundación Libertad y Progreso, señaló que “más allá de que las operaciones retiren los pesos emitidos, el hecho de que crezca en semejante magnitud la deuda remunerada puede llegar a generar más inflación hoy. Esto ocurre como consecuencia de que los ahorristas ven que, tarde o temprano, esta masa de dinero que está en Leliqs se va a traducir en mayor emisión monetaria”.
El economista advirtió, además, que las presiones no serán gratuitas y repercutirá en el tipo de cambio y completó: “A esto se suma una mayor necesidad de financiamiento por parte del Tesoro y una menor disponibilidad de colocación de deuda en pesos por la tensión que está ocurriendo en ese mercado. Así, la posibilidad de que el BCRA salga a emitir pesos, o desarmar Leliqs para comprar deuda del Tesoro presiona al alza los tipos de cambio no regulados como el Blue o el CCL”.