La menor liquidez internacional se hace sentir en Argentina y el panorama hacia futuro es complejo.
En julio la pérdida por caída en los términos del intercambio fue de US$757 millones, la mayor en toda la Administración Fernández. Si hubiesen prevalecido los precios de julio del año anterior, el saldo comercial habría arrojado un superávit de US$ 425 millones en lugar del déficit de US$437 millones registrado.
Este es el tercer mes consecutivo en que el Intercambio Comercial Argentino registra una pérdida por empeoramiento en los términos del intercambio. Previamente se habían registrado 18 meses consecutivo de ganancias.
La ganancia/pérdida por términos del intercambio es un indicador de como cambia el poder adquisitivo de las exportaciones en términos de importaciones debido al cambio de precios internacionales. Es decir, las pérdidas por términos del intercambio muestran que las exportaciones compran menos importaciones, presionando sobre la necesidad de divisas y el saldo de la balanza comercial.
Los economistas señalan que, de haber prevalecido los precios de julio del año anterior, el saldo comercial habría arrojado un superávit de US$ 425 millones en lugar del déficit de US$437 millones registrado. Los precios de las exportaciones registraron su tercer mes consecutivo de desaceleración en la variación interanual, mientras que en cambio los precios de las importaciones siguieron subiendo. En especial hay que destacar la situación de las importaciones de Combustibles (energía), que aumentaron 50,8% interanual en cantidades con precios 111,3% más altos que en julio de 2021.
Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, explica que “desde el cuarto trimestre de 2020 que Argentina viene aprovechando una fuerte suba en los términos del intercambio, lo que nos facilitó la recuperación acelerada de la actividad económica. Pero en los últimos tres meses esa tendencia se revirtió por la menor liquidez internacional. En otras palabras, el viento de cola que experimentamos está empezando a virar”.
Además, Marí agregó “a la situación internacional tenemos que sumar que en el camino vamos desaprovechando oportunidades. Por ejemplo, el retraso en la construcción de infraestructura fundamental para el desarrollo de Vaca Muerta, sumado a la inestabilidad en las reglas de juego, hace que ahora debamos importar energía pese a tener una de las reservas de shale gas más importantes del mundo”.
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