A24 Uno de los principales problemas de los productores agropecuarios, y de la agroindustria en su conjunto, es la falta lluvias en las zonas más productivas del país. Esta falta de lluvias provocó sequias importantes, lo cual se espera que afecte fuertemente los rendimientos de los cultivos sembrados en la próxima cosecha.
Sobre un verano que ya había sido complicado, la falta de lluvias en lo que va del año les quito los incentivos a los productores para invertir en sus cultivos. De acuerdo a la Guía Estratégica para el Agro (GEA) elaborada por la Bolsa del Comercio de Rosario, el retraso en la siembra de soja es del 45%. Si se compara contra el año pasado, a esta altura del año el 50% de los lotes ya se habían sembrado y hoy solo llega a ser el 5% (250.000 ha.). El problema no es solo la escaza siembra de soja que suele realizarse entre octubre y noviembre, también tenemos la caída interanual de producción triguera que se calcula en torno al 40%, considerando los 23 Mt que produjo el país en la temporada anterior y para la fecha de hoy se estima en 13,7Mt*. Por el lado del maíz, hay una mínima cantidad sembrada con maíz temprano: en toda la región se sembraron entre 150.00 a 200.000 ha cuando deberían haberse sembrado 1,5M.
El campo no es el único preocupado por la situación. Tener una mala cosecha compromete el financiamiento impositivo del gobierno y la entrada de reservas al Banco Central. Recordemos que gran parte del stock de soja ya se vendió luego de la implementación del “dólar soja”. El escenario a futuro es bastante preocupante. Estamos en un contexto donde el Banco Central administra con cuentagotas las pocas reservas netas que tiene, no solo para cumplir con la meta del FMI, sino para también poder hacer frente a las necesidades de importación de las empresas locales. La industria local se encuentra amenazada por la imposibilidad de importar insumos para la producción y el abastecimiento del mercado interno, dado que esas escasas reservas se utilizan para la importación de energía y otras necesidades consideradas primordiales para el gobierno. De esta forma, las malas condiciones climáticas tendrán un impacto significativo en la capacidad de acumular reservas y será más difícil importar en los meses venideros.
Vale la pena mencionar que en el último año los precios internacionales de los alimentos se encontraron coyunturalmente altos por la guerra en Ucrania que derivó en una mayor demanda local por la reducción de la oferta internacional. Si los precios internacionales caen, sumado al problema de la sequía que reduce las cantidades, podríamos observar una doble Nelson al agro y a la acumulación de reservas.
El autor es Economista de la Fundación Libertad y Progreso
* N de R: en las últimas horas, la BCR informó un nuevo recorte de la cosecha de trigo a 11,8 millones de toneladas.
Por Santiago Casas