ÁMBITO FINANCIERO De acuerdo a los datos difundidos por el INDEC esta semana, la actividad económica evidenció síntomas de enfriamiento en la última parte de 2022, al contraerse en noviembre por tercer mes consecutivo en la serie ajustada por estacionalidad. De todas formas, según proyecciones privadas, la economía habría crecido en torno a un 5,5% el año pasado.
De cara a lo que pueda ocurrir este año en materia de actividad, las proyecciones son más cautas. De hecho, de acuerdo al REM del BCRA, se estima un crecimiento del PBI real del 0,5%. Es que, como ocurrió el año pasado, la disponibilidad de divisas volverá a ser clave.
En ese aspecto, uno de los factores que incidirá de manera negativa es la sequía, que provocaría un menor ingreso de los dólares provenientes del campo. En contraposición, un acuerdo con Brasil que facilite el intercambio bilateral y descomprima el estrés cambiario, puede ayudar para compensar y mantener el buen nivel del sector industrial.
Por caso, al analizar lo que pueda ocurrir este año, desde la consultora LCG señalaron: “Esperamos que la actividad se vea resentida por la actual sequía que afecta la campaña 2022/23, por la que se espera una pérdida en torno a los u$s10.000 millones, de acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Consecuentemente, con una menor oferta de divisas, esperamos que se pronuncien los esquemas de control de importaciones, lo cual tendrá su correlato en la disponibilidad de insumos para el normal funcionamiento de la industria”.
Por su parte, desde Ecolatina proyectaron para este año “un crecimiento más acotado que en 2022”. “Entendemos que de no mediar shocks (exógenos o endógenos) una recesión podría evitarse, pero no la tendencia hacia la moderación del crecimiento”, subrayaron.
Al enumerar algunos de los factores que incidirán en una “magra expansión” de la economía”, desde Ecolatina detallaron: “La caída en la producción agrícola, que impactará, por un lado, sobre el nivel de actividad económica por una menor actividad del sector y sus actividades asociadas, pero a su vez limitará el abastecimiento de divisas a lo largo del año. Ante una exigente meta de acumulación de reservas internacionales y la ya nombrada sequía, continuará el esquema de administración de la escasez de divisas, destacándose la continuidad (y eventualmente fortalecimiento) de las restricciones a las importaciones, que le impondrían un límite a la expansión del mercado interno (y de ciertas exportaciones) vía complicaciones en el abastecimiento de bienes terminados, bienes de capital e insumos. Esto afectaría no sólo los niveles de consumo, sino también de inversión”.
Al analizar el impacto que pueda tener la sequía en el nivel de actividad, Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso, sostuvo a Ámbito: “El año pasado, la caída del nivel de actividad del sector agropecuario por la sequía, se vio compensado por el fuerte aumento de precios internacionales. Además, como había cierta expectativa de que los precios internacionales luego bajaran, se vendió una buena parte de los granos que estaban stockeados y eso colaboró para que, a pesar de que el sector agropecuario cayó, el conjunto de la economía creció porque teníamos más para ‘gastar’”.
“Este año, si bien tenemos la disponibilidad de fondos que dio la activación del swap con China, de u$s5.200 millones, la realidad es que es muy poco probable que los precios internacionales nos jueguen a favor. Así es que, en ese sentido el impacto de la sequía sobre el conjunto de la economía, dado que no sólo se va a poder producir menos, sino que además se va a cobrar menos, va a ser mucho más duro”, destacó Abram.
Por su parte, Hernán Letcher, director del CEPA, sostuvo que “la sequía va a pegar negativamente sobre el sector agropecuario y eso tiene efecto sobre el conjunto de la actividad, de manera directa”. Además, detalló que puede tener efectos sobre el resto de la economía: “Históricamente, el crecimiento está relacionado con la cantidad de dólares que tenés disponibles en una economía como la argentina. Así que creo que puede tener efecto. Dependerá de cuán preciso seas en la administración de los dólares”.
Acuerdo con Brasil, ¿puede mitigar el impacto?
En ese escenario, los distintos acuerdos bilaterales anunciados con Brasil, principal socio comercial argentino, entre los que se encuentran la “moneda común”, podrían de alguna manera mitigar la falta de divisas durante este año.
“Los acuerdos de comercio bilateral con Brasil van en el sentido de intentar apaciguar los posibles efectos adversos que pueda tener la no disponibilidad suficiente de divisas para el desarrollo industrial”, señaló al respecto Letcher.
En tanto, Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), destacó a Ámbito: “Creemos que es importante el acuerdo con Brasil, sobre todo el vinculado con la moneda en común, que va a permitir abrir el juego. Muchas compras van a ser desde Brasil, que es un importante fabricante de bienes de capital, y sin depender del dólar. Se da también la posibilidad que muchos bancos de Brasil operan con bancos de Argentina, con garantías que pueden dar los bancos argentinos a los bancos de Brasil. Si se da esta posibilidad, va a ser bueno para la economía y el sector industrial”.
“Creo que la estrategia del acuerdo con Brasil va a tener soluciones para Argentina en muchos aspectos. Porque cuando desinflas la presión del dólar, también bajás la inflación. Hoy las cosas aumentan porque no hay disponibilidad. Esto abre una posibilidad de esperanza de que esta unión estrategia con Brasil va a generar tranquilidad, desinflar presiones con el tema del dólar”, concluyó Rosato.