La pandemia fue una catástrofe para la libertad a nivel global

Foto de Ian Vasquez

Ha publicado artículos en diarios de Estados Unidos y de América Latina y ha aparecido en las cadenas televisivas.

Es miembro de la Mont Pèlerin Society y del Council on Foreign Relations.

Recibió su BA en Northwestern University y su Maestría en la Escuela de Estudios Internacionales de Johns Hopkins University.

Trabajó en asuntos interamericanos en el Center for Strategic and International Studies y en Caribbean/Latin American Action.

CATO Ian Vásquez indica que solo el 13% de la población mundial vive en el cuartil más alto del índice de Libertad Humana, mientras que el 40% vive en el cuartil menos libre.

En el año 2020, el 94% de la población mundial vio mermada su libertad en comparación con el año anterior. El Índice anual de Libertad Humana, publicado hoy por el Instituto Cato y el Instituto Fraser, documenta cómo la pandemia de Covid-19 fue una catástrofe para la libertad humana.

El informe utiliza 83 indicadores de libertad personal, civil y económica de 165 jurisdicciones para 2020, el año más reciente para el que se dispone de suficientes datos comparables internacionalmente. La mayoría de las jurisdicciones (148) experimentaron un descenso de la libertad. El índice de este año presenta datos a partir del año 2000. Muestra que, tras un punto álgido en 2007, la libertad mundial experimentó un lento descenso hasta 2019, tras el cual se deterioró bruscamente. El declive hizo retroceder la libertad global más de dos décadas, borrando cualquier avance durante ese periodo.

La pandemia aceleró tendencias preocupantes a largo plazo: alrededor del 79% de la población mundial ya había experimentado descensos en su libertad entre 2007 y 2019. La libertad de expresión, el Estado de derecho y la libertad de asociación y reunión fueron algunas de las categorías que más se deterioraron en las últimas dos décadas.

EE.UU. también ha experimentado un declive constante. Ahora ocupa el puesto 23 en el índice, habiendo caído 7 puestos desde 2019. En el año 2000, ocupaba el sexto puesto. Los diez países más libres por orden son Suiza, Nueva Zelanda, Estonia, Dinamarca, Irlanda, Suecia, Islandia, Finlandia, Países Bajos y Luxemburgo.

Mis coautores –Fred McMahonRyan Murphy y Guillermina Sutter Schneider– y yo constatamos que existe una distribución desigual de la libertad en el mundo. Sólo el 13% de la población mundial vive en el cuartil superior de países del índice, mientras que el 40% vive en el cuartil menos libre. Más del 75% vive en países que se encuentran en la mitad inferior del índice.

Es casi seguro que hoy somos menos libres de lo que éramos en enero de 2020, pero sólo el tiempo dirá hasta qué punto el mundo recuperará las libertades perdidas a medida que la pandemia se modere, y nuestro índice anual seguirá vigilando las tendencias en los próximos años. A medida que las democracias liberales del mundo recuperen parte de sus libertades perdidas, los países gobernados por regímenes autoritarios pueden quedarse más rezagados, aumentando así la desigualdad mundial de la libertad. Resulta revelador que las diez jurisdicciones que experimentaron los mayores descensos de libertad desde el punto álgido mundial de 2007 estén todas dirigidas por regímenes autoritarios. Por orden de mayor descenso, son: Siria, Nicaragua, Hungría, Egipto, Venezuela, Turquía, El Salvador, Burundi, Bahréin y Hong Kong.

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