Miembro del Consejo Académico de Libertad y Progreso. Licenciado en Economía por la Universidad Católica Argentina. Es consultor económico y Profesor titular de Economía Aplicada del Master de Economía y Administración de ESEADE, profesor titular de Teoría Macroeconómica del Master de Economía y Administración de CEYCE.
INFOBAE De acuerdo al presupuesto 2023, la cámara de senadores del Congreso Nacional tiene asignado un presupuesto de $ 35.099 millones para los 72 senadores y los 5018 empleados que dependen directamente del Senado. Es decir, en esos 5.088 empleados no se incluyen los 5.184 empleados de Diputados, ni a los 1397 empleados de la Biblioteca, ni los 509 empleados de la imprenta del Congreso.
Tomando los 5.088 empleados del Senado da que, en promedio, hay casi 70 empleados por senador. Pero revisando el sitio oficial del Senado se puede ver cuántos empleados tiene cada senador.
Como puede verse en el gráfico, el senador Gerardo Atenor Montenegro es el que lidera el ranking por cantidad de personal que está en su despacho con 44 empleados. Le sigue el senador Rodas que tiene 38 empleados. Salvo 6 senadores, todos tienen una cantidad de 2 dígitos de empleados. Son una verdadera pyme.
Deseo aclarar que no mido la eficiencia de un legislador por la cantidad de proyectos de ley que presenta. Justamente a mayor cantidad de leyes, menos libertad tiene la gente porque está controlada por el estado en todos sus aspectos de la vida.
En todo caso evaluaría la eficiencia de un legislador por la cantidad de leyes que deroga, porque Argentina tiene inflación legislativa.
Pero volviendo al tema del Senado, la suma de todos los empleados que figuran en el sitio de cada senador, da como resultado que hay 1448 empleados asignados a los senadores.
Considerando que la cantidad de empleados del senado son 5018, tenemos que 1448 están asignados a los 72 senadores en forma directa. La pregunta es: ¿qué función cumplen los 3570 empleados restantes? Luce como que hay bastante gente como para cambiar las lamparitas, limpieza, mantenimiento y demás actividades comunes.
Dado que le presupuesto del Senado es de $ 35.099 millones, el costo promedio por senador es de $ 40.624.162 mensuales, al tipo de cambio oficial el equivalente a USD 209.403 mensuales y tomando el blue el costo promedio por senador es de USD 106.625 mensuales.
No digo que cada senador se lleve ese dinero en el bolsillo, digo que el costo directo de su sueldo y de toda la infraestructura que necesita para legislar tiene un costo por senador de USD 106.625 mensuales al tipo de cambio blue.
La Cámara de Diputados tiene un presupuesto de $ 47.998.072.142, el equivalente a un costo promedio por diputado de $ 15.563.577 mensuales. Es decir, USD 80.225 mensuales por diputado al tipo de cambio oficial o bien USD 40.849 al tipo de cambio blue.
Curiosamente, aquellos que se dicen anticasta y se consideran puros e inmaculados, nada han dicho al respecto sobre este tema habiendo llegado a ocupar una banca. Por el contrario, han hecho uso y abuso de los pasajes que otorga la Cámara de Diputados para hacer campaña política en su favor. En otros términos, el pagador de impuestos le banca a los “anticasta” la campaña electoral, cuando, si fueran honestos, comprarían por los conocidos sitios de venta de pasajes por internet. Con esto quiero mostrar que mucho se habla de casta, pero llegado el momento, el discurso es vacío porque se transforman en lo que ellos denuncias con el dedo acusador. En otros términos, una verdadera farsa de políticos populistas.
Empleados por senador
En definitiva, nadie dice que haya que cerrar el Congreso, lo que se quiere mostrar con estos datos es que los dirigentes políticos le piden a la gente que haga el esfuerzo económico, lloran en los canales de televisión por la situación que está pasando la población, pero en ningún momento se les ocurre empezar a recortar por el presupuesto de ellos. No muestran la menor empatía con una población que llega con la lengua afuera a fin de mes.
Obvio que recortando el gasto del Congreso no se solucionaría todo el problema económico argentino, pero si se suman los congresos provinciales, los 2.300 consejos deliberantes y los ejecutivos a nivel nacional, provincial y municipal, sin duda los números que surgirían contribuirían a bajar el gasto público y la carga tributaria.
Vengo siguiendo este tema desde la década del 90, mostrando el despilfarro que se produce. Como decía antes, no es que se elimine el déficit fiscal bajando estos gastos, pero es claro que parece haber algún virus que, incluso, los que se presentan como los puros e inmaculados, terminan transformándose en la casta que tanto denuncian, haciendo populismo con la dieta que le pagan los contribuyentes.
Finalmente, sin duda que hay legisladores en ambas cámaras que son personas de bien y merecen todo el respeto, pero no por eso hay que dejar de mostrar que si en cada área de las reparticiones de la Nación, de las provincias y de los municipios se recortaran este tipo de gastos, menor sería la carga tributaria que tendría que soportar el sector privado y más posibilidades de progreso habría para esta Argentina que viene de una larga decadencia.