LA NACIÓN En marzo, el crédito al sector privado alcanzó su peor registro en 20 años, de acuerdo con los datos aportados por el Banco Central, procesados por la Fundación Libertad y Progreso. Con $8,3 billones, representaron solo el 32% de los depósitos en el sistema financiero ($26 billones en total), la proporción más baja desde el año 2004.
Desde el máximo alcanzado en diciembre de 2017 (64,7%), la cantidad de los depósitos asignada el crédito privado estuvo en caída sostenida. En proporción a ese momento, la baja es de 32,7 puntos porcentuales.
Las razones son variadas e impactan en la posibilidad de los particulares, inversionistas, comerciantes e industriales, entre otros, de disponer de una herramienta ampliamente utilizada en el mundo y cada vez más restringida en la Argentina.
El crecimiento del gasto público en las últimas décadas exigió cada vez más financiamiento, lo que llevó al Estado a absorber cada vez más crédito y desplazar la participación del sector privado en las últimas décadas.
Cuando hay poco crédito, el dinero se encarece y a las empresas e individuos les cuesta más reponer su capital y realizar inversiones productivas. “Los bajos niveles de inversión se traducen en bajo, o nulo, crecimiento económico en el mediano y largo plazo. El último dato del Indec, correspondiente al tercer trimestre del año anterior, muestra que el nivel de inversión sobre PBI es del 21,5%”, destacaron desde la consultora.
El déficit fiscal y la deuda remunerada del Banco Central, que ya alcanza el 200% de la base monetaria, según los cálculos de la Fundación Libertad y Progreso, generan estos altos niveles de absorción del Estado. Para explicarlo, ilustraron: “El instrumento por el cual los depósitos son dirigidos al Banco Central son los encajes, cuya función es que los bancos tengan cierta capacidad de devolución de sus imposiciones a los ahorristas, y la deuda remunerada. Esta última está compuesta por las Leliqs y los pases pasivos, que pagan una tasa de interés efectiva anual del 107% y generan un gran atractivo para los bancos comerciales en un contexto de control de cambios”.
Santiago Casas, economista de la Fundación Libertad y Progreso advirtió que “la desigual competencia del Estado y el BCRA por el crédito bancario desincentiva a que los bancos comerciales deriven una mayor parte del crédito hacia el sector privado. El hecho de no tener crédito genera, por ejemplo, la dificultad para poder adquirir un inmueble. Además, las altas tasas de interés afectan negativamente la inversión. Sin inversión no hay crecimiento económico y por ende los salarios reales no pueden crecer”.
En 2022, además, cayeron todas las líneas de crédito, según datos de First Capital Group. El total de préstamos al sector privado en pesos aumentó 66,9% anual, valores que se encuentran por debajo de la inflación anual (94,8%), cerrando un diciembre, el último trimestre, semestre y año con caídas en términos reales.
Los préstamos personales crecieron 57,4% en términos nominales y el uso de tarjetas de crédito, 70,2%, ambos muy por debajo del aumento de precios del año. Además, entre 2018 y 2022, los bancos dieron de baja 3,7 millones de plásticos, particularmente a clientes de ingresos medios y bajos, según Atayc, la cámara que agrupa al sector.
En cuanto a las líneas de créditos hipotecarios, incluidos los ajustables por inflación/UVA, durante diciembre tuvieron un crecimiento de 2,7% con respecto al stock de $ 366.792 millones del mes anterior, acumulando un saldo total al cierre de $376.657 millones y una suba interanual del 30,9% en términos nominales. “Si bien, durante el último mes se observan mayores liquidaciones que los meses anteriores, pero no se piensa que pueda ser un cambio de tendencia, sino producto de ordenamientos administrativos”, explicó Guillermo Barbero, Socio de First Capital Group.
En relación con los préstamos comerciales, el stock de cartera fue de $2.494.729 millones. Entre diciembre del año pasado y de 2021 se detectó un alza de 72,5%, por debajo de los valores de la inflación esperada del período. En los últimos meses, se observó una pérdida del dinamismo de la actividad crediticia comercial e industrial, destacaron desde la consultora.
Los préstamos en dólares presentaron una la variación interanual de -11,9%. El stock de préstamos en dólares es de US$3508 millones y el 64,5 % del total de la deuda en moneda extranjera sigue siendo la línea de comerciales, los cuales cayeron 13,8% en el año 2022.