Base monetaria: La demanda de pesos en el mínimo en 20 años

Abril registró una caída interanual del 30% anotando su tercer mes consecutivo a la baja.

Según los datos publicados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) al 14 de abril del 2023, la Base Monetaria total es de $ 5.147.953 millones, lo que representa un aumento del 40% respecto a un año atrás y de más de 13.600% desde enero de 2003.

Sin embargo, cuando analizamos la Base Monetaria a precios constantes, es decir ajustando por IPC, el panorama es muy diferente. A precios constantes, en abril de 2023 la base monetaria cayó 30% interanual. Este ritmo de caída no se observaba desde las PASO de 2019, cuando la base monetaria en pesos constantes cayó 31% interanual.

Además, el indicador anotó su tercer mes consecutivo en baja y se contrajo 12,8% desde diciembre pasado. Desde la salida de la Convertibilidad, el máximo valor de la base monetaria a precios constantes se alcanzó en enero de 2013; desde allí se redujo a menos de la mitad (cayó 59%), dando cuenta de un marcado deterioro de la preferencia de los argentinos por tener pesos.

El indicador de base monetaria a precios constantes (ajustada por IPC) sirve para poder medir la demanda real de pesos de los argentinos. En este sentido, el indicador permite identificar los procesos de huida del peso. Por ejemplo, la corrida contra el peso durante las PASO de agosto de 2019, cuando la base monetaria a precios constantes cayó 12% en dos meses.

Aldo Abram, Director de la Fundación Libertad y Progreso sostuvo que “El gobierno parece no haber tomado conciencia de que la pérdida de valor del peso se está acelerando porque, además de la merma que provoca el exceso de emisión, se está cayendo su demanda. Desde el año pasado se ve que la gente se cansó de que le saquen poder adquisitivo a sus pesos con impuesto inflacionario y empezó a bajar la cantidad que tiene, para que le quiten menos. Lo malo es que esto acelera la caída de valor del peso y se vuelve un círculo vicioso que deben cortar inmediatamente. En el extremo, puede llevar a una hiperinflación”. Y agregó: “Aunque eviten una espiralización, la mala noticia es que, donde primero se ve la pérdida de valor de una moneda, es en sus mercados cambiarios libres. Luego, cuando vas a comprar algo, el señor que te lo va a vender te va a pedir muchos más pesos; porque valen menos y lo que vos querés sigue valiendo lo mismo que antes. O sea, la depreciación de nuestra moneda que vemos en los “dólares paralelos” hoy, se reflejarán en los precios de bienes y servicios a lo largo de los próximos meses”.

Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso dijo “la corrida contra el peso que estamos viendo en estos días no es casual, sino que es parte de un largo proceso de malas decisiones de política fiscal y monetaria. La demanda de pesos viene cayendo, casi sin pausa, desde hace 36 meses (abril del 2020). Este es el proceso de huida del peso más prolongado y agudo desde la salida de la Convertibilidad. Lamentablemente, la política monetaria fue el principal combustible de esta evolución. Cuando se necesitaba una política de emisión austera, el BCRA fue en sentido contrario y mantuvo la emisión para financiar el gasto”.

Desde la Fundación Libertad y Progreso diseñamos políticas públicas tendientes a subsanar este escenario y consolidar una moneda sana y un país con baja inflación. Entendiendo que, ante la incertidumbre actual, es importante el desarrollo de diferentes alternativas de reforma monetaria, que incluyen la reforma de la Carta Orgánica del BCRA, e incluso la posibilidad de avanzar hacia el bimonetarismo o dolarización.

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