Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
INFOBAE Nuestra querida Argentina se ha transformado en una sucesión de desdichas que empequeñecen la magnificencia de una nación que fue próspera en otros tiempos. Parece haberse materializado un laberinto borgiano, sin salida plausible, donde los avatares políticos y económicos se entrelazan en un confuso tejido de corrupción, reparto de privilegios y desigualdad. El esplendor del pasado quedó opacado por la incapacidad de recuperar un proyecto común y un destino compartido. Así, la sombra de la incertidumbre y del desánimo se adueñó de la sociedad.
La resistencia al cambio es natural en el ser humano, se fundamenta en el miedo a lo desconocido, en el temor a perder algo que se tiene o no saber cómo enfrentaremos las nuevas situaciones. Es por eso muy común escuchar que el cambio es utópico, y en contraposición se admira a cualquier pensador pesimista que fundamenta su pronóstico de fracaso perpetuo.
Paradójicamente, el hecho de sentirnos casi desahuciados sea, quizá, lo que de inicio a una mutación que nace de la desesperación.
Todos estos países experimentaron un gran éxito económico después de adoptar políticas económicas basadas en el respeto a las libertades individuales, los mercados libres y la responsabilidad fiscal
El propósito de este artículo es dar una pista a los que creen con Heráclito que el cambio es lo único permanente y que, esta vez, podemos estar más cerca de una transformación positiva. Podemos señalar diez ejemplos que los jóvenes podrán estudiar y profundizar para inspirarse; son diez ejemplos históricos de sociedades que experimentaron una larga decadencia o un trauma antes de generar un cambio colosal hacia un sistema basado en el respeto a las libertades individuales, los mercados libres, y la estabilidad política y que dieron como resultado un rotundo éxito económico.
Inglaterra era uno de los pueblos más retrasados de Europa, luego de una larga decadencia durante toda la Edad Media y el siglo de la Ilustración; pero fue allí donde nació una revolución industrial a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX que deslumbró al mundo. El crecimiento económico se debió en gran parte a la liberalización del comercio, la abolición de las regulaciones comerciales y la creación de mercados libres que permitieron el despliegue de las nuevas tecnologías y el aprovechamiento del carbón.
Después de la Guerra Civil, Estados Unidos estaba en una situación desesperada con sus arcas y su gente exhausta, pero a partir de allí experimentó un período de rápida industrialización y crecimiento económico. Este período se debió en gran parte a la eliminación de la esclavitud, el aumento de la movilidad laboral, la expansión del respeto a los derechos de propiedad y la concesión de tierras del oeste, la ley Sherman anti monopolios de 1890, que aumentaba la competencia liberando el comercio.
Inglaterra era uno de los pueblos más retrasados de Europa, luego de una larga decadencia durante toda la Edad Media y el siglo de la Ilustración; pero fue allí donde nació una revolución industrial
Chile había experimentado un colapso económico comunista bajo la presidencia de Salvador Allende; pero partiendo en la dictadura militar de Pinochet, sin justificar sus excesos, durante la década de 1980, Chile adoptó progresivamente un enfoque liberal de mercado y experimentó un gran éxito económico en la década de 1990 cuando los gobiernos social demócratas que lo sucedieron mantuvieron las instituciones de mercados libres. Chile redujo los aranceles, privatizó muchas de sus empresas estatales y adoptó políticas fiscales y monetarias prudentes.
Nueva Zelanda: Después de una larga década de estancamiento económico en la década de 1970 y principios de la década de 1980, Nueva Zelanda realizó una profunda reforma del Estado liderada por Ruth Richardson, y adoptó políticas de libre mercado en la década de 1980 y experimentó un gran éxito económico en la década de 1990. Las reformas incluyeron la eliminación de los grandes subsidios, en especial a la agricultura, y la liberalización del comercio.
Estonia: Después de la caída de la Unión Soviética en 1991, Edgar Savisaar lideró lo que se conoce como “The singing revolution”, proponiendo libertad e independencia. No fue sencillo deshacerse del peso soviético, pero la idea de la independencia de la URSS en un plebiscito recibió el apoyo del 82% de la población. A partir de allí, con Matt Laar como primer ministro Estonia adoptó políticas inspiradas en Milton Friedman, con un impuesto plano bajo y mercados libres, y una reforma del Estado para hacerlo pequeño y eficiente, y experimentó un gran éxito económico. Las reformas incluyeron la privatización de empresas estatales, desregulación y liberalización del comercio.
Durante la década de 1980, Chile adoptó progresivamente un enfoque liberal de mercado y experimentó un gran éxito económico en la década de 1990
Irlanda: Después de experimentar una larga y dolorosa historia de pobreza y emigración, Irlanda se transformó en el “Tigre Celta”, luego de adoptar una serie de reformas en favor de políticas económicas liberales en la década de 1990 y experimentó un gran éxito económico. Las reformas incluyeron la reducción del gasto público y el aumento de la recaudación basado en la reducción y simplificación de impuestos, la liberalización del comercio y la inversión en educación y tecnología. La libra irlandesa se pegó primero al Marco alemán y luego se convirtió al Euro.
República Checa: Después de la caída del comunismo en 1989, la República Checa adoptó políticas de libre mercado y experimentó un gran éxito económico en la década de 1990. Las reformas incluyeron la privatización de empresas estatales, la liberalización del comercio y la introducción de una moneda fuerte y estable.
Singapur: Después de la independencia en 1965, Singapur adoptó políticas económicas liberales y experimentó un gran éxito económico en las décadas siguientes. Las reformas incluyeron la inversión en educación y tecnología, la liberalización del comercio y la adopción de políticas fiscales y monetarias prudentes.
Después de la Guerra de Corea, Corea del Sur adoptó políticas económicas liberales y experimentó un gran éxito económico en las décadas siguientes
Australia: Después de una larga década de estancamiento económico en la década de 1980, Australia adoptó políticas económicas liberales y experimentó un gran éxito económico en la década de 1990. Las reformas incluyeron la liberalización del comercio, la privatización de empresas estatales y la reducción de impuestos.
Corea del Sur: Después de la Guerra de Corea, Corea del Sur adoptó políticas económicas liberales y experimentó un gran éxito económico en las décadas siguientes. Las reformas incluyeron la inversión en educación y tecnología, la liberalización del comercio y la adopción de políticas fiscales y monetarias prudentes.
Todos estos países experimentaron un gran éxito económico después de adoptar políticas económicas basadas en el respeto a las libertades individuales, los mercados libres y la responsabilidad fiscal. Por supuesto, no fue fácil en ningún caso, hubo mucho trabajo, sudor y sacrifico compartido, tropezones, caídas y recomposiciones.
Bibliografía útil para empezar a estudiar estos casos:
“The Wealth and Poverty of Nations: Why Some Are So Rich and Some So Poor” de David S. Landes.
“The Birth of Plenty: How the Prosperity of the Modern World Was Created” de William J. Bernstein.
“The West and the Rest: Globalization and the Terrorist Threat” de Niall Ferguson.
Inglaterra: “The Birth of Industrial Britain: Social Change, 1750-1850″ de Kenneth Morgan.
Estados Unidos: “The Unfinished Revolution: Reconstruction and After, 1865-1890″ de Eric Foner.
Chile: “The Other Path: The Invisible Revolution in the Third World” de Hernando de Soto.
Nueva Zelanda: “The Reform of the New Zealand Economy: An Overview” de Brian Easton.
Estonia: “The Baltic Revolution: Estonia, Latvia, Lithuania and the Path to Independence” de Anatol Lieven. “The Estonian Tax System and Its Flat Tax Reform” de Urmas Varblane y Kaja Raimond.
Walsh, B. M. (2014). The Economic History of Ireland Since Independence. Routledge.
República Checa: “The Czech Republic: A Nation of Velvet” de Rick Fawn y Jiří Lach.
Singapur: “From Third World to First: The Singapore Story – 1965-2000″ de Lee Kuan Yew.
Australia: “The Lucky Country” de Donald Horne.
Corea del Sur: “The Miracle: The Epic Story of Asia’s Quest for Wealth” de Michael Schuman.
Edwards, S. (1999). Openness, Trade Liberalization, and Growth in Developing Countries. Journal of Economic Literature, 37(3), 1358-1393.
Micklethwait, J., & Wooldridge, A. (2004). The Company: A Short History of a Revolutionary Idea. Modern Library.
Norberg, J. (2011). In Defense of Global Capitalism. Cato Institute.
Thurow, L. C. (1996). The Future of Capitalism: How Today’s Economic Forces Shape Tomorrow’s World. William Morrow and Company.