En el mes de julio, el IPC-LyP mostró un aumento de 6,6%. Este resultado marca una aceleración en la tasa de variación mensual del índice de precios de 0,6 puntos porcentuales en relación al dato anterior informado por el INDEC (6,0%). La inflación acumulada en los primeros siete meses del año es de 60,6% (vs 46,2% acumulado durante mismo período del 2022). Por su parte, la variación interanual asciende a 114,0%, apenas 1,6 pp. por debajo de la variación de julio.
El rubro “Alimentos y bebidas no alcohólicas” quedó nuevamente por debajo del índice general, aumentando 6,0% y recién en la última medición (cuarta semana) tuvo un aumento significativo, y terminó aportando 1,4pp al índice. A su vez, “Vivienda” presentó un avance de 11,7%, con una incidencia de 1,2pp y en tercer lugar “Medicina” creció 9,6% mensual aportando 0,8pp a la medición general.
Con todo esto, la inflación acumulada durante los primeros de la presidencia de Alberto Fernández se ubicó en 543,0%, siendo la más alta acumulada por un presidente desde el año 1991.
Para el mes de agosto, esperamos que la inflación se ubique cerca del 7,3%. Hay que tener en cuenta que en la última semana de julio se registró una aceleración que llegó a 2,1% semanal y dejó un arrastre significativo para el dato siguiente.
Lautaro Moschet, Economista de la Fundación Libertad y Progreso comentó que “el dato de julio convalida las expectativas de que la inflación había tocado su piso en junio para volverse a acelerar en la segunda mitad del año. Es relativamente positivo habernos alejado de variaciones cercanas a las de abril por encima de 8%, aunque no hay que perder de vista que la inflación anualizada de julio se encuentra en 115%, con lo cual, denota que la situación actual continúa enmarcada en un alto régimen inflacionario que lejos está de solucionarse. Incluso, con la aceleración de la emisión en el último mes, podría agravarse en un futuro cercano”.
Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso “hay varios factores que consideramos contribuyen a que el IPC se seguirá acelerando en agosto. Por un lado, el desequilibrio en el mercado monetario continuará, de la mano de una demanda de dinero que tiene techo por la incertidumbre electoral, y una oferta monetaria que tiene piso por lo que emitió el BCRA para financiar al gobierno y lo que deberá emitir para comprar las divisas del dólar agro. A esto se suma el impacto de los nuevos impuestos sobre las importaciones, que tendrán un traslado parcial a precios, en especial de los transables. Con todo esto, estimamos que agosto cierre con un IPC del 7,3%”.