“El Gobierno está prendido a la soga del FMI para alcanzar a pasar el mandato”

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Agustín Etchebarne
Director General en Libertad y Progreso

Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. 

Agustin Etchebarne  “Cuando las inflaciones son tan altas no te queda alternativa que hacer una drástica baja de gasto público y por supuesto una drástica reducción de la emisión de moneda. Y eso lo vemos en todos los casos de hiperinflaciones, y si uno analiza lo que han dicho los académicos que han estudiado estos temas, en todos los casos es así.

No hay forma de salir de estos procesos tan grandes de inflación que sea gradual, porque los gradualismos implicarían, lo han hecho algunos países, pero implican 5 años de dureza monetaria y fiscal que el sistema político no lo soporta. Siempre han sido mucho más exitosos los programas de shock, como mostraba el caso de la Argentina en la década de 90, pero hay muchos casos en el mundo donde se ha hecho lo mismo, es decir, reformas monetarias que muchas veces implican anclar la moneda a otra, en algún caso, en tres casos se ha hecho por ejemplo una completa totalización de la economía.

Como fue en su momento en Panamá o en Ecuador o en El Salvador, eso sería ya quedarte sin moneda. Esa idea en Argentina uno de los candidatos está llevando adelante que es Javier Milei. El resto no, el resto prefiere ir a una reforma monetaria que permita una mayor utilización del dólar saliendo del cepo, estos controles cambiarios que son absolutamente perjudiciales para la economía, además son totalmente inmorales porque para el mismo precio del mismo producto que es un dólar, tenés muchos precios diferentes. Y el que decide es el ministro de Economía y el presidente del Banco Central.

Entonces dicen, a vos te lo vendo a un precio, a otro se lo vendo a otro precio. Eso es ridículo, es inmoral. Y para colmo es totalmente un sesgo anti-exportador. Porque al venderles un dólar más barato a los importadores, le facilitas al importador, pero al exportador le pagas con un dólar más barato también, es decir, que lo castigas. Es decir, hay ganadores y perdedores, y la situación es cada vez más grave y se pierde, por supuesto, la reserva de Banco Central”.

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