Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
INFOBAE Argentina se encuentra en estanflación desde 2007, precisamente el año en que asumió Cristina, quien es la principal responsable política de esta situación junto con todo el kirchnerismo.
Con una caradurez que solo puede compararse con la del ex ministro-candidato Sergio Massa, Cristina Fernández de Kirchner, simuló alarmarse porque el presidente electo, Javier Milei, anticipa que asumirá en un contexto de “estanflación”, que durará dos trimestres más. La actual Vicepresidente de la Argentina dijo textualmente que “la estanflación es igual a una catástrofe social”.
Contexto Económico y Demográfico (2007-2023)
Con datos del EMAE elaborado oficialmente por el Indec, podemos ver que desde 2007, el PBI de Argentina ha experimentado un aumento del 17.4%, pero cuando se compara con el crecimiento poblacional del 18.8%, el PBI per cápita muestra una disminución del -1,1%. Estos números reflejan un claro estancamiento económico, agravado por políticas que no lograron impulsar un crecimiento sostenible, mientras progresivamente se agravó la inflación, que es un verdadero impuesto que sirve para transferir riqueza de pobres a ricos. Así, Argentina perdió 16 años, cuatro períodos presidenciales.
Es cierto que el país sufrió la crisis global de 2008, la pandemia en 2020 y la dura seca de 2023. No debemos incluir la guerra de Ucrania porque, en todo caso, nos debió beneficiar dado que es un competidor de la Argentina. Pero con el mismo contexto internacional, con datos del Banco Mundial, podemos ver que el PBI per cápita, a precios constantes, entre 2007 y 2022, prosperó en toda la región: Uruguay creció 49%; Paraguay 37%; Brasil 12%; Chile 29%; Bolivia 37%, Perú 49%.
Pobreza y Educación
La pobreza, un indicador crucial del bienestar social, ha aumentado significativamente, pasando de un 37.2% en 2007 a un 43% en octubre de 2023, estimado por la UTDT, y que seguramente superará el 45% a fin de año.
Más grave aún es el deterioro general del país que se ve reflejado en la calidad de la educación con un declive alarmante. Según los datos de PISA, la Argentina ha descendido en los rankings. De los 79 países relevados nuestro país ocupa el puesto 63 en Lectura, 71 en Matemáticas y 65 en Ciencias, lo que evidencia un deterioro en la formación de las futuras generaciones, y la destrucción del principal mecanismo de movilidad social ascendente.
Inflación: un legado preocupante
El legado más alarmante es, quizás, que el país se encuentra en un proceso de hiperinflación que amenaza con el último salto final. Con un 25,7% en 2007 y una acumulación impresionante del 21.295% desde diciembre de 2007 hasta octubre de 2023, la inflación ha socavado la economía argentina, disminuyendo el poder adquisitivo y aumentando la desigualdad. La inflación es un atroz mecanismo de confiscación de riqueza especialmente a los más pobres, que no pueden defenderse porque viven al día, cobrando su quincena. Los últimos tres datos de inflación arrojados por el Indec arrojan un ritmo de 254% anual, y en la Fundación Libertad y Progreso, medimos noviembre en 12.6% que significa un ritmo del 315% anual.
La estanflación en Argentina no es un fenómeno reciente ni aislado. Es el resultado de años de políticas económicas deficientes y una gestión gubernamental que ha priorizado intereses políticos
Javier Milei no engaña a la gente, no vende espejos de colores, ni salta con globitos, en lugar de prometer como Massa que la inflación bajaría, mientras mes a mes veíamos que ocurría lo contrario, explica que en los próximos dos trimestres veremos un salto adicional porque hay que corregir todos los precios relativos que se han distorsionado por la represión del tipo de cambio para importaciones, las tarifas, los combustibles y miles de precios. Y promete un ajuste doloroso para evitar caer en la fase final de la hiperinflación que podría socavar hasta un 90% los sueldos.
Conclusiones
La estanflación en Argentina no es un fenómeno reciente ni aislado. Es el resultado de años de políticas económicas deficientes y una gestión gubernamental que ha priorizado intereses políticos y su propia corrupción, por encima del bienestar económico y social del país. Las advertencias de Milei y las respuestas de Kirchner reflejan dos visiones distintas de la realidad argentina, pero los datos son claros: los argentinos eligieron un urgente cambio de rumbo para superar esta catástrofe social y económica.