La mejor alternativa: lanzar una Educard

Ph.D. en Economía en la Universidad de Chicago. Rector de la Universidad del CEMA. Miembro de la Academia Nacional de Educación. Consejero Académico de Libertad y Progreso.

ÁMBITO En marzo de 2013 publiqué en este mismo espacio una nota titulada al igual que la presente; introduciendo el concepto de Educard; el cual continué desarrollando a lo largo de los años en otras tres columnas publicadas en Ámbito Financiero.
Hoy, frente al anuncio por parte del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de su programa: “Ayuda Cuota Escolar” y el anuncio, días atrás, por parte del gobierno nacional, del “Programa de Asistencia Vouchers Educativos”, resulta de utilidad revisitarlo, dado que Educard constituiría un instrumento superador para llevar a cabo dos programas que muestran al Estado presente cuando las familias más los necesitan; familias que enfrentan hoy tiempos muy difíciles, de los cuales no son responsables sino víctimas inocentes de un vergonzoso pasado que se intenta comenzar a revertir.
Centremos nuestra atención en el recientemente lanzado Programa de Ayuda Cuota Escolar de CABA. Una diferencia de este beneficio con el subsidio que ya está entregando el gobierno nacional consiste en que la Ciudad girará el dinero a las escuelas, no a las familias. Como lo señala Mercedes Miguel, ministra de Educación de la Ciudad: “De esta manera se garantiza que el dinero vaya efectivamente a las escuelas y no se use para otras cosas”.
Educard, una simple tarjeta física o virtual, con un único importe mensual acreditado, el cual únicamente podría ser utilizado, en este caso, para abonar parte de la cuota en el colegio respectivo, cumpliría con el mismo objetivo, a diferencia del Programa de Asistencia Vouchers Educativos, en el cual se deposita el importe en una cuenta con el CBU del beneficiario, pero tendría una característica distintiva.
Educard marcaría un cambio de paradigma en la educación argentina pues por primera vez se generaría un instrumento adecuado para financiar la demanda de servicios educativos, a las familias, en lugar de a su oferta, las escuelas. Si bien el mismo hoy sería de utilidad para enfrentar la difícil coyuntura, en un futuro, y sujeto a las restricciones impuestas por las legislaciones respectivas, tendría la flexibilidad necesaria para convertirse en el instrumento que permitiese que parte del presupuesto educativo siga a los alumnos y que aún las familias más humildes tengan la oportunidad de elegir la educación que habrían de recibir sus hijos.Años atrás, durante la presidencia de Mauricio Macri, se habló de una revolución educativa, la cual en los hechos nunca se concretó. Hoy es claro que el gobierno de Javier Milei tiene la voluntad de llevarla a cabo. Educard sería un instrumento adecuado para facilitar dicho fin.
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