Por qué Milei demora el fin del “cepo” al dólar en Argentina y enciende alertas

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BIO BIO CHILE Si bien esta semana quiso centrar la agenda en torno al postergado Pacto de Mayo y al desfile militar -su foto arriba de un tanque llegó a la portada de The Wall Street Journal-, el gobierno de Javier Milei debió salir a bajar la presión de lo que el sector empresarial, el mercado de capitales y los ahorristas observan preocupados: ¿hasta cuándo se postergará la salida del “cepo” al dólar y a cuánto se unificará el cambio?

“Vamos a tener que esperar un poco, la realidad es que este gobierno no da pasos si no son firmes. De hecho, el propio Milei considera que hay un montón de intereses para ponerle palos y así trastabille”, explicó a BioBioChile el economista Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso.

El “cepo”, término profundamente argentino, refiere a las restricciones a la compra y cambio de divisas extranjeras, fundamentalmente, el dólar estadounidense.

“Acá el problema es que mantener el cepo no es gratis, mantenerlo es pagar costos. Uno es en términos de recuperación, que la hace más lenta. Y desde el punto de vista social, la recesión heredada del kirchnerismo mandó a un montón de gente a la pobreza y al desempleo. Cuanto más lento se recupere, más va a costar sacarla. No es un costo social menor cuánto tiempo va a aguantar la gente abajo del agua. Encima que este gobierno depende de este apoyo político alto que le permite gestionar y no del parlamentario”, consideró Abram.

Aldo Abram
Aldo Abram | Gentileza

Milei anunció el inicio de la fase 2 de su plan económico, algo que fue recibido con incertidumbre con otra subida del dólar, una caída de acciones y bonos y un salto en el índice de riesgo país. “Ya pasó la etapa del déficit cero, ahora vamos a la emisión (monetaria) cero”, dijo el Presidente en el canal de noticias LN+.

¿Alcanza con el déficit fiscal cero y, ahora, la emisión cero para llevar también la inflación a cero? Abram asegura que sí, pero con condiciones: “Déficit cero sí hay, pero la emisión todavía no es cero, esa es la realidad. Eso deberías hacerlo con una unificación y no con cepo, porque hoy sería con un costo altísimo social. La recuperación va a ser lenta y va a tardar”.

La brecha cambiaria, en el nivel más alto desde que asumió Milei

En alza, durante los últimos 60 días, la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo (o “blue”) se sostiene en el punto máximo de la era mileísta.

Al cierre de la última semana, cada dólar oficial llegó a venderse en 937 pesos argentinos, mientras que otras cotizaciones, como la del contado con liquidación, el MEP y el paralelo o “blue”, cerraron entre los $1.400 y $1.500. Así, la brecha superó el 50%, aunque todavía lejos del 200% registrado en octubre de 2023, en el marco de las medidas electoralistas del exministro de Economía y excandidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa.

La cuestión es que, hasta principios de mayo, Milei había mostrado cierta tranquilidad a los mercados en la diferencia en términos porcentuales entre el oficial y el “blue”: el piso había sido el 8 de abril pasado, cuando la brecha del dólar tocó el 11,5%.

Para el economista de la Fundación Libertad y Progreso, el gobierno de Milei tendría que adoptar parte de la impronta inicial del expresidente Mauricio Macri, quien acompaña a Milei en la gestión de Cambiemos (2015-2019): “Algo más audaz. Entiendo la cautela, pero ya dejó de ser buena idea demorarlo”, al margen de aclarar que la herencia de Cristina Fernández de Kirchner a Macri y de Alberto Fernández a Milei fue diferente en su contexto.

Mientras hay dudas respecto al fin de las restricciones que siguen condicionando la inversión del exterior, el Gobierno evita que se dispare una demanda de dólares con las reservas del Banco Central aún débiles y en baja por el pago de la deuda. Los bancos decidieron cancelar pases pasivos, lo que obligó a una fuerte emisión de pesos para poder pagarlos y provocó que la moneda volviera a depreciarse frente al dólar. Para corregir el curso, el directorio del Central anunció este jueves que dejará de emitir pases pasivos para que su deuda pase al Tesoro.

Por otra parte, el ministro de Economía, Luis Caputo, volvió a afirmar que, en septiembre, bajará del 17,5% al 7,5% la alícuota del impuesto PAIS, que grava la mayoría de las operaciones en moneda extranjera. A fin de año, la promesa es quitarlo por completo, según lo adelantado en el proyecto de Presupuesto 2025.

Utilizado para encarecer el dólar de importación y así desalentar la demanda de divisas, el impuesto PAIS fue creado por la Ley N° 27.541, impulsada por Alberto Fernández en diciembre de 2019, apenas asumió, y tenía un plazo limitado a cinco períodos fiscales a partir de su implementación. Es decir que, de no prorrogarse, vencerá igualmente en diciembre de 2024.

En Argentina, muchos tributos que se suponían de “emergencia” se quedaron para siempre. Por ejemplo: el impuesto al cheque, a las ganancias o a los bienes personales. Cuando en 2021 era candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires, Milei había expresado: “Prefiero cortarme un brazo antes que subir los impuestos”.

Lo que viene: las condiciones para salir del cepo y más reformas

Javier Milei arrancó el mes celebrando su primer triunfo legislativo, la Ley Bases y el paquete fiscal con reformas tributarias, de empleo registrado y de transformación del Estado, y la firma del Pacto de Mayo con 18 de los 24 gobernadores. Aunque el panorama quedó opacado cuando el jefe de Estado trasandino reveló las tres condiciones que espera para poner fin al cepo. Lo hizo a través de un posteo de X, la red social de su admirado Elon Musk.

“Buen día. ¿En los próximos 90 días hay perspectiva de ir levantando el cepo?”, preguntó el periodista Lucas Morando, a lo que el presidente argentino contestó: “Se tienen que dar tres condiciones en conjunto. Terminar con los pasivos remunerados, terminar con los PUTs y convergencia de la inflación con la de devaluación en un entorno cercano a cero mensual”.

Las opciones de venta, o PUTs en términos financieros, son instrumentos que permiten a los bancos vender bonos del Ministerio de Economía al Banco Central en cualquier momento si anticipan una pérdida de valor, obteniendo a cambio pesos. Según estimaciones privadas, estas obligaciones representan aproximadamente 19 billones de pesos argentinos para la autoridad monetaria.

Desde la Casa Rosada apuntaron al excandidato Massa -hoy alejado de la escena política- y a un banco local por la venta de PUTs y el intento de desestabilizar los planes del Gobierno mediante un cimbronazo en el dólar y los daños colaterales. Pero Caputo puso paños fríos al enojo de Milei, desestimando las sospechas e indicando que “la operación fue por buenas razones”.

El ministro de Economía, además, ratificó el crawling peg, un ajuste mensual en el tipo de cambio con devaluaciones del 2% para evitar un atraso cambiario y combatir eventuales fogonazos que se trasladen a los precios de bienes y servicios, como pasó tras el balotaje de noviembre. Justamente, en el adelanto del proyecto de Presupuesto 2025, enviado a la Cámara de Diputados, Caputo anticipó que el tipo de cambio nominal estará en $1.016 para fin de año, aunque el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que sigue la evolución de las variables en base a analistas y economistas locales y extranjeros, estimó un dólar oficial a $1.173,80.

“El salto del oficial ya no va a ser cercano, a diferencia de lo que pasó hasta mayo. Es muy poco probable que aumenten el ritmo de suba del tipo de cambio oficial, y la corrección se haga con el blue”, señaló el economista Abram.

La otra variable que siguen los argentinos es el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Según los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la variación de precios en el último año fue de 276,4%, mientras que el acumulado en los primeros cinco meses del 2024 fue del 71,9%. En mayo, marcó un 4,2% mensual, la cifra más baja desde enero de 2022.

Para el gobierno de Milei fue una grata noticia, pero lo cierto es que su administración optó por congelar y postergar la actualización de los impuestos a los combustibles y de las tarifas de gas y luz para evitar el impacto en los bolsillos. De ningún modo pondrá en riesgo su bandera de la desaceleración inflacionaria.

Y aún queda la batalla por más reformas. Esta vez, que finalmente sean las estructurales tan postergadas. En la Ley Bases, el gobierno de Milei debió bajar artículos que incluían, por ejemplo, la privatización de empresas como Aerolíneas Argentinas, el Correo y los medios públicos. El nuevo ministro de Transformación y Desregulación del Estado, Federico Sturzenegger, ya palpita su “Ley de Hojarasca” con cambios en política aerocomercial, contratos colectivos de trabajo, educación y justicia.

La mayoría de las reformas deberán pasar por el Congreso y ya se habla de 3.000 regulaciones a tirar abajo. Para Abram, Sturzenegger está decidido a concretar su plan y su rol es complementario al de Caputo, sin competencia o roces, como se instaló en un sector de la prensa.

“Su trabajo será el de cambiar o eliminar leyes que van contra la generación de trabajo. En Argentina hubo sectores empresariales, políticos, gremiales e intelectuales que lograron regulaciones y protección. Una mayoría del Congreso es permeable a esas presiones. Ya se vio lo que pasa con Javier Milei cuando toca tantos intereses”, cerró el economista.

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