IPROFESIONAL Para el economista Aldo Abram hoy el precio del dólar oficial “está atrasado” debido a que el mercado cambiario libre está convalidando un valor superior al 50%. Por lo tanto, sugiere qué es lo que debería implementar el Gobierno para poder salir de esta situación que complica tanto a la actividad como a la liquidación de divisas.
“No estamos viendo que los precios de los dólares paralelos vuelvan a bajar porque la depreciación del peso ya se produjo”, agrega el director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso.
-¿Cómo evalúa la situación económica actual?
-Claramente estamos mejor que con la gestión anterior, con una inflación que se desacelera y cuentas fiscales superavitarias, aunque también se debe ver con atención el riego país tan alto, que llegó a estar en 1.100 puntos pero ahora se ubica por arriba de los 1.500 puntos.
Todavía juegan distintos factores, como las décadas de empobrecimiento que tuvimos y que deben ser cambiadas con leyes, donde el Congreso mostró muy poca voluntad de modificar el rumbo. Algo que se observa en cómo salió “diluida” la Ley Bases. Por eso se deben dar señales al respecto, para dar más certidumbre a nivel local y en los inversores del extranjero.
En cuanto al Gobierno, ahora está dejando de emitir para frenar el proceso hiperinflacionario.
-El precio de los dólares libres se despertó en los últimos meses y ahora en julio se encuentra más estable, ¿qué puede ocurrir ahora?
-Los ruidos políticos por la discusión en el Congreso de la Ley Bases hizo subir el riesgo país y mucha gente salió de las inversiones en pesos, algo que presionó a los precios del dólar libre. Eso fue incentivado también por una nueva baja en la tasa de interés y porque quedaron muchos pesos sobrando en el Tesoro, algo que causó que la moneda se deprecie.
Ahora bien, no estamos viendo que los dólares paralelos vuelvan a bajar porque la depreciación del peso ya se produjo. La única forma que podría hacer bajar a esos tipos de cambio es si se vuelve a recuperar el valor del peso de mediados de mayo. Algo que se vería reflejado en una reducción de la brecha cambiaria y, para lograr eso, se debería sacar el sobrante de pesos. Hasta ahora no ha pasado pese a las expectativas.
-¿Está atrasado el dólar?
-Hasta principios de mayo no había un atraso cambiario relevante, algo que es definido por la brecha, que en ese momento era baja y se ubicaba en torno al 15%. Esto se debe a que el precio del dólar de equilibrio, en una unificación cambiaria, va a estar cerca de los valores de los dólares paralelos, como se observó a fines de 2015, cuando con Cambiemos se salió de forma ordenada del cepo introducido por Cristina Fernández de Kirchner.
Ahora la brecha es enorme, por eso una unificación cambiaria, en los términos que había planteado el Gobierno, con un salto menor del tipo de cambio oficial, no se produciría. Eso muestra que hoy sí hay atraso cambiario, porque lo que verdaderamente vale un peso, en términos de dólares, está más cerca de las referencias paralelas. Por ende, si la brecha es mayor, significa que hay atraso.
-¿Cómo se sale entonces de este atraso?
-Este atraso cambiario creo que hay que corregirlo sacando pesos del mercado, porque una brecha alta genera que no se liquiden divisas, y a la vez produce un aumento de la percepción de riesgo de que no haya dólares para pagar la deuda en el futuro. También surgen dudas que haya una pronta salida hacia una unificación cambiaria con esta brecha tan alta.
O sea, todo eso mantiene una percepción de riesgo y el Banco Central debería tomar cartas en el asunto para recuperar el valor de nuestra moneda y descienda la distancia entre los tipos de cambio, y así los exportadores se verán incentivados a liquidar divisas. Y, por otro lado, eso permitirá una unificación cambiaria.
-El IPC fue de 4,6% en junio, ¿qué puede suceder en julio y los próximos meses con la inflación tras la escalada que hubo del dólar libre?
-Si bien una depreciación del peso se ve inmediatamente reflejada en los mercados de dólar, después de unos 9 meses impacta en los precios de los bienes y servicios. En otros países con menos inflación se refleja en hasta 18 meses.
En resumen, se destruyó el valor de la moneda con el Gobierno anterior y ahora, desde mayo y junio, se perdió de nuevo poder adquisitivo de la moneda. Por lo que en los meses siguientes será complicado que baje más la inflación y por eso es importante sacar los pesos que sobran.
En concreto, para julio estamos esperando una inflación de 4% y la expectativa debería ser de desaceleración, pero la verdad es que todavía no se sabe cuánto va a descender porque se desconoce cuál será la política monetaria que implementará el Banco Central. Es decir, no se sabe si prevalecerá la devaluación de la moneda al quitar los pesos y se recuperará el valor de la moneda, ya que ahí puede ser factible una inflación que sea en torno al 2% mensual.
-¿Qué escenario proyecta para los próximos meses en la economía y qué aspectos debería prestarle atención el Gobierno?
-Hoy la principal preocupación es el ritmo de salida de la recesión, por lo que la recuperación económica que se está dando debería avanzar lo más rápido posible.
Entonces, en líneas generales, la percepción es que con el cepo (o sin una unificación cambiaria), esa recuperación económica no va a ser tan rápida. Y en este escenario se ubica la gente que está en la pobreza por la recesión heredada de gestiones anteriores. Situación que se profundiza por el cepo y la demora de la salida del mismo.
En cambio, con una salida rápida del cepo se hace más viable un equilibrio fiscal por la mayor recaudación y además se produce un beneficio político para el Gobierno, porque la gente empieza a ver una veloz recuperación del poder adquisitivo y de la salida de la pobreza. Además, en esa situación se genera una percepción que se contarán con los dólares necesarios para pagar la deuda. Todo eso depende mucho de la recuperación económica.