Aldo Abram precisó que “el impuesto país es un impuesto que distorsiona mucho el funcionamiento de la economía” y reconoció que el impacto no se sentirá en el corto plazo. “La gente no lo siente inmediatamente, los beneficios vendrán en el tiempo, (esta reducción” tiene un impacto no inmediato, hasta ahora muy pocos precios bajaron”.
El economista vaticinó que los alcances de la reducción impositiva se comenzarán a sentir en un plazo de 60 días, aproximadamente. “La realidad es que pueden pasar uno o dos meses hasta que se sienta el impacto de la baja del impuesto, tanto en bienes o servicios que se puedan importar, porque los productos que vengan de afuera van a costar mas baratos y eso va a obligar a quienes producen acá a venderlos, también, más baratos, independientemente de que tengan costos de insumos importados. Antes este impuesto funcionaba como un arancel”, señaló.