Donald Trump y su “presidente favorito”: Javier Milei

Foto Agustin Etchebarne
Director General en 

Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. 

El electo presidente de EEUU, Donald Trump, y Javier Milei en la gala del America First Policy Institute (AFPI) en Mar-A-Lago, Palm Beach, Florida (REUTERS/Carlos Barria)

Hay momentos estelares en la historia que provocan profundos cambios de rumbo. Por alguien que dejó la puerta abierta de Kerkoporta cayó Constantinopla en 1453, marcando la caída del Imperio Romano de Oriente y el fin de la Edad Media. La caída de la ciudad puso fin a más de mil años de historia bizantina y simbolizó un cambio trascendental en el equilibrio de poder en Europa y el Mediterráneo.

Hace pocos días, Donald Trump obtuvo una resonante victoria en los EEUU quedándose con la presidencia y la mayoría del Senado y de la Cámara Baja. ¿Podrá esto significar un impulso para la consolidación de la reforma liberal en Argentina y extenderse por Latinoamérica?

Trump, aun antes de asumir, ya está revolucionando Washington. Con las designaciones de figuras como Marco RubioElon Musk Vivek Ramaswamy, el presidente electo apuesta a reducir el gasto y recuperar los principios de libertad individual, apuntando a desmantelar lo que él llama el “deep state” estadounidense. Esta selección de líderes refleja un enfoque ambicioso hacia la transparencia gubernamental, la eficiencia y la defensa de las libertades.

Como secretario de Estado, Rubio, será una pieza clave en la política exterior de esta nueva administración. Aunque históricamente ha defendido el libre comercio, Rubio ha adaptado su postura, alineándose con la agenda proteccionista de Trump para hacer frente a los desafíos que plantea China. Trump ha prometido imponer aranceles contra China y ejercer un control más estricto sobre las tecnologías de interés estratégico. Al mismo tiempo, ha lanzado advertencias a México para que controle el flujo de inmigrantes ilegales. Estas políticas son controversiales: aunque pueden justificarse desde una perspectiva de seguridad nacional, el proteccionismo tiene antecedentes históricos negativos, como se vio durante la Gran Depresión de los años 30. A largo plazo, estas restricciones pueden debilitar los principios de libertad económica y competitividad, e incluso incrementar las tensiones internacionales.

Sin embargo, para Argentina, la relación política entre Trump y Milei, junto con el apoyo de figuras como Rubio y Elon Musk, representa una oportunidad. La visión compartida entre ambos líderes podría abrir el camino hacia un tratado de libre comercio entre EEUU y Argentina, una posibilidad que el presidente argentino ya ha anticipado. Los conceptos de “near shoring” y “friend shoring”, que fomentan la relocalización de empresas en países aliados, pueden fortalecer esta iniciativa y ofrecerle a Argentina una posición estratégica en la cadena global de suministros.

Por otro lado, la actual normativa del Mercosur, que impide a sus miembros establecer tratados bilaterales con terceros países, podría cambiar en los próximos años. Además, el giro político en Brasil también podría facilitar un acuerdo. El reciente triunfo de candidatos de derecha en 22 de las 24 ciudades brasileñas que celebraron elecciones municipales indica que un gobierno de derecha en 2026 es una posibilidad concreta. Si se lograra un tratado de libre comercio entre el Mercosur y EEUU, esto sería un cambio de juego para la región, consolidando un bloque de mil millones de habitantes más alineado con los principios de libertad económica y competitividad.

También en el frente interno, la amistad entre Milei y Trump puede retroalimentar sus respectivas políticas. Uno de los desafíos principales que enfrenta EE.UU. es el enorme crecimiento de su deuda pública. Según el U.S. Debt Clock, la deuda de Estados Unidos ha superado los 33 billones de dólares, lo que representa más del 122% del PIB nacional. El déficit anual, que supera los 2 billones de dólares, está impulsado por gastos crecientes en programas de seguridad social, Medicare y defensa, además del costo de los intereses de la deuda, que ya supera los 600 mil millones de dólares anuales. Este nivel de deuda per cápita, de más de 97,000 dólares por ciudadano, posiciona a EE.UU. en una situación de riesgo fiscal que amenaza su sostenibilidad a largo plazo.

Para Argentina, la relación política entre Trump y Milei, junto con el apoyo de figuras como Rubio y Elon Musk, representa una oportunidad

Aquí es donde el ejemplo de Javier Milei puede terminar siendo un aliciente para abordar este desafío fiscal con un ímpetu adecuado. Trump ha designado a Elon Musk como líder del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, inspirado en el ministerio de Federico Sturzenegger en Argentina. Musk aplicará un enfoque tecnológico, con especial énfasis en la inteligencia artificial, para detectar y eliminar redundancias en la administración pública. La experiencia de Musk con X (anteriormente Twitter) le ha demostrado que es posible reducir significativamente la plantilla de una organización sin perder eficiencia. Vivek Ramaswamy, otro empresario multimillonario, tecnológicamente exitoso y ex candidato presidencial, se une a Musk en esta misión, aportando una visión innovadora para reducir la burocracia y optimizar el gasto, en línea con un modelo de gobierno más austero y ágil. Podrá esto ser ejemplo para Japón y muchos países europeos donde el gigantismo estatal parece ser la norma.

Reformas educativas y descentralización

Aunque menos urgente, no son menos importantes las reformas que Milei considera de “segunda generación”. Aquí es Trump quien está liderando el discurso para llevar reformas profundas para el ámbito educativo. Trump ha anunciado una revolución que busca desmantelar el Departamento de Educación y devolver el control a los estados. Sobre todo, su plan propone otorgar más autoridad a los padres mediante la modalidad de “School Choice”, para que puedan elegir la educación de sus hijos, promoviendo la competencia entre escuelas. Aunque esta propuesta incluye la reintroducción de la oración en las aulas, una medida polémica, la reforma representa un intento por descentralizar la educación y disminuir la imposición ideológica en el sistema educativo.

Alejamiento de las agendas globalistas 2030 y 2045

Por último, Milei ya no estará solo en el escenario internacional cuando muestre su alejamiento de las agendas globalistas 2030 y 2045, que promueven objetivos como la sostenibilidad y la igualdad global mediante intervenciones estatales amplias. Para Trump, estas agendas priorizan políticas internacionales que interfieren en la soberanía de cada nación y suelen imponerse sin un análisis crítico de sus consecuencias. Hemos visto como la aplicación de esas agendas han llevado a torpes decisiones como cerrar las plantas nucleares de Alemania o destruir presas, represas y azudes sin tener un cabal análisis sobre sus consecuencias. Es por eso, que su visión se centra en defender la autonomía estadounidense, rechazando a la influencia que él percibe como centralizada y antidemocrática.

Este conjunto de coincidencias y oportunidades nos dejan abierta las preguntas. ¿Será este el inicio de un cambio de rumbo que, como aquel clavo que hizo perder el reino, desencadene un movimiento transformador y el fin del socialismo woke en Estados Unidos, liderando un giro histórico para toda América y tal vez el mundo? Las señales apuntan a que Trump y Milei están decididos a abrir una nueva era, forjando una administración más eficiente, transparente y comprometida con la autonomía y la libertad.

https://www.infobae.com/opinion/2024/11/22/donald-trump-y-su-presidente-favorito-javier-milei/

Buscar