No votar a quienes no apoyen el acuerdo con el FMI

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Aldo Abram

CLARÍN A algunos les llamará la atención el título de la nota; pero tiene una explicación sencilla. En primer lugar, podría justificarse no apoyar cerrar este trato con el Fondo si implicara un aumento del endeudamiento del gobierno. Sin embargo, está lejos de ser así.

La mayor parte de los fondos llegarán en la medida que haya vencimientos de deuda con el organismo internacional y serán para pagar solamente el capital; ya que los intereses se abonarán con recursos genuinos. Cabe recordar que los ingresos del Gobierno son levemente mayores al total de gastos, incluidos los pagos dichos intereses. Por lo tanto, no habrá aumento de los pasivos del Estado Nacional.

Alguno dirá que es mejor pedirle plata a otro acreedor y cancelar el pasivo con el Fondo; pero eso sería un absurdo y no solamente porque saldrá más caro. El tener garantizado que al FMI se le pagará con plata del Fondo hace que los inversores estén más dispuestos a prestarle a Argentina; lo cual ya es un beneficio para sus habitantes. Además, si el Gobierno tuviera que tomar recursos en el mercado de crédito doméstico o en el exterior para hacer frente a esos vencimientos estaría restándole financiamiento al sector privado.

Hay que tener en cuenta que el crédito disponible para el país es uno sólo; así que, cuanto menos tome el gobierno, más habrá para que crezca la economía. Esto significa más empleo, mejores salarios y mayor cantidad de bienes y servicios disponibles; por lo que habrá más bienestar económico para todos. A esta altura debe quedar claro que es absurdo oponerse a recibir estos recursos del Fondo y efectivamente lo es. Responde a la lucha por el poder y/o la necedad ideológica.

Los restantes fondos que nos mandará el organismo internacional serán usados por el gobierno para rescatar deuda propia que tiene el Banco Central (BCRA). Esto es relevante porque durante décadas este último fue saqueado para financiar los excesos de gastos de las gestiones de turno. Le colocaron títulos y letras del Tesoro para sacarle sus reservas y recibir la emisión de pesos, que luego se transformaría en la altísima inflación que padecimos los argentinos.

Por ello, el presidente Milei recibió un BCRA absolutamente quebrado e incapaz de darnos una moneda estable y confiable. El primer paso para lograr bajar la suba de precios fue dejar de emitir para financiar al Estado; lo cual le dio un creciente manejo del valor de la moneda a BCRA y así logró disminuir la inflación más rápido de lo que todos esperaban.

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