ÁMBITO.COM.- Cuando el dólar libre o la brecha suben como tendencia en el tiempo, es porque el Banco Central está emitiendo demasiado para comprar los dólares o transferirle los pesos al gobierno que necesita para mantener un gasto excesivo. No es que la moneda norteamericana esté aumentando su valor, sino que el precio de la local, con la que lo medimos, está disminuyendo por un exceso de oferta.
Si lo que observamos es que el dólar libre o la brecha pega un salto, la historia es distinta, ya que se produjo por una abrupta baja del valor del peso. Esto lo podemos comprobar viendo cuándo sucedió este tipo de situaciones. Por ejemplo, a finales de 2012, cuando el gobierno incumplió su compromiso de venderle a los turistas que viajaran al extranjero las divisas que necesitaran. O cuando pusieron el recargo de 15% a las compras en el exterior con tarjetas de crédito o, ahora, que lo aumentaron a 20%, extendiéndolo a pasajes y paquetes turísticos con destino en el extranjero. En cada una de estas oportunidades, la gente percibió una profundización del “cepo” y todos en la Argentina saben que mantenerlo en el tiempo es garantía de alguna crisis futura. Por lo tanto, automáticamente se deja de demandar todo activo que tenga riesgo local, incluido los pesos. Ello determina una abrupta merma de su valor que se refleja en un alza fuerte del tipo de cambio libre. No en vano hemos visto esta película, con distintos tipos de controles cambiarios, más de 20 veces en los últimos 70 años. En todas ellas, el final fue un desastre.
Es cómico escuchar hablar de “golpe de especuladores” o de “devaluacionista”. Un signo de evidente autismo o de ignorancia económico-financiera. En realidad, el único “devaluacionista” es el gobierno; porque es quien está depreciando el peso para financiar con “impuesto inflacionario” un exceso de gasto público. Primero, intervinieron el INDEC para ocultar el impacto que tenía esta política en el IPC oficial. Después, cuando el Banco Central terminó perdiendo la solvencia necesaria para sostener un mercado único y libre de cambios, implementaron el “cepo” para que la verdadera devaluación de la moneda local no se reflejara en el tipo de cambio oficial. Más recientemente, impusieron un “congelamiento” para intentar que no se observe en el aumento de los precios de las góndolas. Sin embargo, la realidad siempre se impone al “relato” y, si se pretende mantener la ficción durante mucho tiempo, la corrección de las distorsiones generadas será mucho más costosa en términos sociales y económicos.
*PUBLICADO EN ÁMBITO.COM, VIERNES 22 DE MARZO DE 2013
