El impacto en la economía real y su efecto en el crédito para pymes.
El acuerdo que el Gobierno argentino logró con los fondos buitres traerá cierto respiro a la economía pero definitivamente aún se está lejos de un escenario de panacea.
Sin tenerle fe a las versiones que indican que se moderará el ajuste, el economista Rodolfo Santángelo explica a Apertura.com que “el acuerdo es importante pero no le pidamos más de lo que puede dar. No creo que modere el ajuste, solo implica que el Gobierno vuelve a tener financiamiento para normalizar su deuda. Es decir, dejará de utilizar las reservas del Banco Central como sucedió en los últimos cinco años, el resto es responsabilidad de la política económica”.
Aldo Abram, colega de Santángelo, se anima a enumerar algunos beneficios que incluso podrían alcanzar al bolsillo de la gente. “La disponibilidad de crédito generará más inversiones;las empresas tendrán una mayor capacidad para generar puestos de trabajo, además podrán acceder a financiamiento en el exterior. Eso permitirá una mayor disponibilidad de crédito para los particulares y las pymes, que hasta ahora competían con las grandes corporaciones”, analiza. En otras palabras, la expectativa es que los bancos al disponer mayores líneas de crédito en el exterior puedan prestar más dinero, un escenario similar al vivido en los noventa, década en la que las entidades podían prestar más dinero de lo que tenían en depósitos.
Desde el punto de vista cambiario, Abram afirma que el ingreso de dólares generará una solidificación del peso. “Será más sencillo mantener su valor”, explica.
A la hora de hablar de las correcciones macro, Santangelo prioriza la necesidad de bajar el déficit fiscal. “El gobierno va lento, debería aplicar rápidamente un buen plan de sinceramiento de las tarifas. El ajuste de electricidad fue un buen primer paso, pero no alcanza. Debe acelerarse el segundo paso y también las tarifas de gas. Es un zafarrancho que cueste más barata la luz que el cable”, analiza y agrega que la “política gradual” del equipo económico es puro voluntarismo.
“Hay que rezar para que funcione. Entiendo que el escenario ideal es que la reducción del déficit fiscal la genere una economía en crecimiento pero cuando no se puede, no se puede”, finaliza.