EL LIBERAL – La alternativa de dolarizar la economía para tratar de revertir los problemas actuales, planteada por economistas e incluso sugerida por el diario The Wall Street Journal al presidente Macri, fue analizada para EL LIBERAL por tres economistas que indicaron cuáles serían los puntos positivos y cuáles los negativos de esta iniciativa.
Camilo Tiscornia (CT Consultores), Juan Luis Bour (Fiel) y Aldo Abram (Libertad y Progreso) coincidieron en que al margen del costo político que podría tener adoptar al dólar como moneda, tendría un efecto inmediato en la baja de la inflación y, además, una estabilización de los salarios junto a un incremento en la actividad económica.
Describieron, además, como un elemento positivo que en países donde se aplicó esta opción, no son inestables, la gente accede a créditos de largo plazo y en los cuales se permite tener una cierta planificación. Igualmente, no lograron salir de su condición de pobreza.
Sin embargo, también citaron que dolarizar no implicaría hacer desaparecer los problemas actuales como el del elevado gasto público sin respaldo de ingresos genuinos (déficit fiscal) por el cual sucesivos gobiernos terminaron endeudándose e incurriendo en default. Por el contrario, implicaría adoptar una mayor disciplina y responsabilidad fiscal, porque ya no se tendrá disponible la posibilidad de devaluar para corregir esos desequilibrios.
Subrayaron, también, que si se opta por la dolarización, será necesario avanzar sobre las reformas estructurales como la impositiva, la laboral, porque esos problemas no tienen una solución mágica y que, sin una herramienta monetaria como el tipo de cambio, cada vez que los precios por ejemplo de materias primas o de tasa de interés sufran modificaciones en el mundo, no habría un “amortiguador” interno que evitara ese pasaje directo a precios.
Camilo Tiscornia: “La dolarización en el país es impracticable, no sustituye la necesaria disciplina fiscal”
“La dolarización en la Argentina es impracticable, uno puede analizar los beneficios, los costos, pero es impracticable. El sistema monetario: tipo de cambio flotante, dolarización, convertibilidad, no es sustituto de la necesaria disciplina fiscal. La dolarización nos requeriría disciplina fiscal porque si no sucede lo que pasó en los 90. La convertibilidad era como una dolarización y explotó por la irresponsabilidad fiscal, porque no se puede endeudar un país indefinidamente en moneda extranjera porque nunca va a poder pagar”, indicó.
Además, “cuando se dolariza el Banco Central ya no puede después financiar el Tesoro. Y qué bueno sería cortar esa herramienta. Pero, en la convertibilidad estaba cortada y hubo una irresponsabilidad fiscal importante que llevó a un altísimo endeudamiento que derivó en una crisis en el 2001”.
Por otro lado, “se pierde la posibilidad del prestamista de última instancia que implica que el Central salga al rescate de los bancos si se produce el retiro de depósitos”.
Además, “habría que cambiar mucho la estructura interna de la economía porque al no contar con el tipo de cambio como variable de ajuste hay que ver de qué forma se ajusta la economía. En especial cuando cambian las condiciones internacionales como la tasa de interés, precios de comoditties que en el país pegan mucho y cuando se mueve el dólar se mueven los precios internos. Si se dolariza, se pierde el tipo de cambio como herramienta para ajustar”.
Tiscornia, señaló que “si se dolarizara, se tendría una baja bastante rápida de la inflación. Como en los 90, con la inflación baja, los salarios evolucionarían por productividad y las empresas tendrían que bajar costos”.
Juan Luis Bour: “El impacto inmediato es la caída de la inflación y salario que no oscilarán como ahora”
El economista Juan Luis Bour se refirió a los efectos y a los contextos que se requieren para aplicar opciones como la dolarización.
Consultado respecto de si es una salida a los problemas actuales, indicó que “en general, economías pequeñas pueden tener ventajas de dolarizar, en la medida que logren con ello comprometer tanto el equilibrio fiscal como el equilibrio de las cuentas externas. Cuando se dolariza ya no se tiene la ‘solución de devaluar’ para resolver los desequilibrios, y por lo tanto hay que lograr ser disciplinado fiscalmente y evitar desbalances externos”.
En este punto, indicó que “ser disciplinado fiscalmente, es más difícil en países federales grandes como la Argentina, respecto de países más pequeños con regímenes unitarios. Lo segundo (equilibrio externo) no puede lograrse devaluando cuando hay dolarización. Durante la Convertibilidad no se logró alcanzar esos equilibrios, y se terminó en default. Para dolarizar se necesita disciplina y compromiso, como el de los países europeos al ingresar a la UE y adoptar el Euro: ¿está eso disponible en la Argentina actual, cuando los políticos ganan elecciones diciendo que hay cosas más importantes que pagar las deudas? La respuesta es no”. Sobre el impacto en inflación y salarios, indicó que “dolarizar trae una inmediata caída de la inflación a niveles internacionales o muy próximos. Basta con ver los ejemplos de economías ‘dolarizadas’ como Panamá, Salvador o Ecuador”. A su vez “el impacto sobre salarios tiene dos dimensiones: Ya no oscilarán como ahora (pueden subir 5% un año y caer 10% al siguiente). Pero, el nivel salarial en dólares puede ser igual o menor en los primeros años al actual, depende de la productividad de la economía”.
Aldo Abram: “Se puede tener una moneda estable, pero hay que resolver problemas estructurales”
Para el economista Aldo Abram, “la dolarización lo único que resuelve es tener estabilidad monetaria y una menor inflación”.
Agregó que “tener una moneda estable no es poco. Hay que imaginar por ejemplo que contratas a Leonardo Di Caprio y Robert De Niro para actuar, pero en un escenario con todas las patas distintas: Por más buenos que sean, no van a hacer una buena obra porque se va a mover todo el tiempo el escenario. Lo mismo pasa en la economía, sin estabilidad monetaria no se pueden lograr resolver los problemas”.
Por otro lado, expresó que “lo malo es que en la Argentina siempre estamos buscando resolver los problemas con magia. En vez de resolverlos, tratamos de licuar los resultados nefastos de no hacerlo, de no encarar reformas estructurales pendientes, devaluando, empobreciéndonos a todos”.
Añadió que “si como pasó en Portugal que tiene el euro y si aquí se tuviera el dólar, se acaban las excusas: O se resuelven los problemas o el país es cada vez más pobre”.
Esos problemas son la alta presión impositiva a empresas y personas, un Estado ‘impagable’, excesivas regulaciones en las pymes y una legislación laboral arcaica”.
“Con dolarización se puede tener estabilidad monetaria y no resolver esos problemas y que no funcione bien como pasa en Ecuador y Panamá y tienen un país más pobre. La diferencia está en que no son países inestables, la gente tiene crédito a largo plazo, cosa que acá no existe, son países en los cuales, uno puede planear”.
Para Abram “una virtud de la dolarización es que automáticamente generaría las bases para que retorne el crédito, baje la tasa de interés y se recupere la economía”.