DIARIO RÍO NEGRO – La desocupación en el país comenzó a crecer en forma significativa a partir del primer trimestre, antes de la pandemia, llevando desempleo en un nivel de alrededor del 10%, pero se prevé que producto de la gran extensión de la cuarentena, la tasa pueda variar entre el 13 y el 14 por ciento, a pesar de estar prohibido los despidos en la primera parte del año.
Esas estimaciones sobre el nivel de desocupación del primer trimestre corresponde a las previsiones que efectuaron algunos analistas económicos consultados por RÍO NEGRO en Buenos Aires, quienes además prevén una caída del salario real que se situaría entre un 15 y un 20 por ciento.
Con una caída del PBI del primer trimestre del 11,5 por ciento y un derrumbe en abril que se ubicaría en el 20%, los analistas coinciden en que el panorama para los próximos trimestre es aún más complicado.
El 23 de este mes el Indec dará a conocer los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), que es la mide el desempleo y diversos datos socioeconómicos del país.
Para la consultora de Orlando Ferreres, la desocupación en el primer trimestre se situó en un 9,9 por ciento, contra un 8,9 por ciento del cuarto trimestre del año pasado, aunque en un nivel similar al mismo período del año pasado, que se ubicó en el 10,1 por ciento.
Fausto Spotorno, economista jefe de la consultora Orlando Ferreres, anticipó que el primer trimestre siempre tiene un incremento de la desocupación por estacionalidad y además, “la cuarentena comenzó ya terminando el período”.
“Lo más grave lo vamos a ver en el segundo y tercer trimestre del año, donde el parate económico está dejando terribles secuelas. Nosotros estimamos un 13,6 por ciento para el segundo trimestre y un 14,4 por ciento para el tercer trimestre de este año”, resaltó Spotorno.
En la misma sintonía, la consultora Castiglioni-Tiscornia estima que la desocupación del primer trimestre se ubicaría entre 9,8 y 10%, pero con una fuerte suba en el resto del año, producto de los efectos demoledores de la cuarentena.
Para esta consultora, la caída de la economía a partir del segundo trimestre es “estrepitosa” y señala que a pesar de estar en vigencia la prohibición de despido, el cierre de locales comerciales y empresas, en especial pymes, hacen que sea imposible que no haya incremento de la desocupación.
La consultora Infupa también evaluó una situación similar, y su titular, Manuel Solanet, “con una caída del 11,5 por ciento del Producto en el primer trimestre la pérdida de empleo será muy fuerte, y lo que sigue sin dudas es peor todavía, ya que la crisis se está profundizando día a día”.
Solanet estimó que la desocupación del primer trimestre podría estar algo por encima del 10% y anticipó que este panorama viene acompañando de un fuerte caída del nivel salarial.
Precisamente, los datos que se van conociendo sobre la pérdida de puestos laborales en el país son muy contundentes.
Con caídas históricas del 33,5% en la industria y del 75,6 por ciento en la construcción durante el mes de abril, el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) estimó que cerca de 900.000 personas perdieron su ocupación en todo el país durante la cuarentena.
Los datos surgen de un informe que prepara la UCA sobre el impacto de la pandemia de COVID-19 y las medidas adoptadas.
El director del Observatorio de la Deuda Social de esa universidad, Agustín Salvia, dijo que en el período los más afectados fueron los trabajadores informales, pero aclaró que el mayor impacto para el empleo formal llegará en los próximos meses.
Por su parte, la consultora LCG, en informe difundido este fin de semana, advirtió que en marzo la pérdida de empleo llegó a 104.989 puestos registrados, resaltando que en el sector privado los puestos de trabajo cayeron 2,9%, en cambio crecieron 1,4% en el sector público.
“En términos interanuales se registran 208.220 puestos de trabajo menos”, consigna el informe.
“Si bien están prohibidos los despidos de asalariados en los primeros 180 días del año, esta medida no es contemplativa al cierre de fábricas y comercios que, por el parate en la actividad, se ven obligadas a cerrar sus locales. Debido a la extensión del confinamiento obligatorio durante, por lo menos, abril, mayo y junio, esperamos que el indicador no mejore en el
mediano plazo y, una vez retomada la actividad, tardaría en repuntar por el rezago que evidencia el mercado de trabajo”, remarca la consultora.
Por último, LCG también subraya que “para el caso de los salarios, tampoco se espera una evolución favorable debido a los efectos de la cuarentena, que paralizó la actividad de muchos comercios y sectores. En medio del cierre obligatorio, muchos locales han optado por reducir
nominalmente los salarios, para poder hacer frente a los pagos”.
“El efecto negativo del confinamiento podría ser
parcialmente compensado por una desaceleración de la inflación respecto al año pasado, aunque esto estará sujeto a que
se mantengan durante todo el año las anclas cambiarias y tarifarias”, concluye la consultora.