Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.
PANAM POST – Por Lautaro Moschet e Iván Chachanosky:
En los últimos días, dos de los temas que más se hicieron escuchar en Argentina en el ámbito económico fueron el dólar y el aumento a los jubilados. Por un lado, el Banco Central está desangrando sus reservas para mantener constante el tipo de cambio oficial, mientras que, por el otro, la inflación le pisa los talones a los aumentos discrecionales que propone el Ejecutivo.
Si bien es cierto que la estabilidad económica se perdió hace ya varios años, muchos votantes tenían la esperanza de mejorar su futuro y así lo manifestaron en las elecciones presidenciales del año pasado. Sin embargo, el 2020 vino acompañado de un virus pandémico, una cuarentena destructiva y promesas de campaña que nunca sucedieron.
Entre esas palabras conquistadoras de votos se propuso aumentar un 20 % las jubilaciones y disminuir el stock de Leliqs (Letras de Liquidez) para pagar los medicamentos de los jubilados con el ahorro de los intereses. Lamentablemente, los datos nos demuestran una situación inversa. Suspendieron la Ley de Movilidad Jubilatoria para otorgar aumentos menores a los correspondientes a la mencionada ley, y la cantidad de Leliqs aumentó un 64 % en comparación con agosto del año pasado. De esta manera, las Leliqs representan el 78 % de la base monetaria y el total de la deuda remunerada (sumando los Pases Pasivos) supera la totalidad de la misma, ya que es el 105 % de la base monetaria. En síntesis, pasamos de la bomba de las Lebacs (Letras que emite el Banco Central) a la bomba de las Leliqs.
Esto demuestra que el grupo más vulnerable de la sociedad sufrió un ajuste por parte del Gobierno. También es verdad que esta situación no es propia solo del actual oficialismo. Durante el Gobierno de Macri se alcanzó un pico de 403 dólares, en el haber mínimo, pero al culminar su administración, el mismo llegaba a tan solo 195 dólares. Además, al inicio del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner (CFK), un jubilado podía comprar 351 dólares luego de cobrar su retiro, sin embargo, en junio de 2014 se llegó a un mínimo de 218 dólares. Es decir, que ambos presidentes culminaron sus mandatos dejando a los adultos mayores con un ingreso inferior al que recibían cuatro años atrás. Estas cifras toman en cuenta el valor del dólar informal (“blue”), debido a la imposibilidad que tenían la gran mayoría de personas para acceder al mercado oficial, dado el cepo cambiario.
En la actualidad, el último aumento decretado en el mes de junio, conjugado con la fuerte devaluación da como resultado que aquellos que reciben la jubilación mínima, cobran el equivalente a 129 dólares. Además, en comparación con el índice de precios, los jubilados han perdido 9 % de su poder adquisitivo desde diciembre del 2011. En definitiva, la constante depreciación en los ingresos de los jubilados provoca un encarecimiento relativo del costo de vida, generando una peor calidad en la misma.
Jubilación mínima expresada en dólares
No nos olvidemos que en el 2008, el entonces Gobierno de CFK decidió estatizar el sistema previsional, expropiándose más de 20 000 millones de dólares de ahorros privados para continuar con una fiesta populista que cada vez se volvía más difícil de sostener. Como muestran los datos, a partir de este evento, se presentaron reiteradas fluctuaciones, que si bien lograron algunas mejoras esporádicas, la tendencia en el largo plazo ha sido siempre negativa. Por este motivo, desde la fecha hasta entonces, los jubilados han ido perdiendo su poder adquisitivo y la estatización del sistema previsional no fue más que una gran estafa al pueblo argentino.