Diana Mondino es Directora de Relaciones Institucionales y profesora de Finanzas en los Master en Dirección de Empresas y Master en Finanzas de la Universidad CEMA. Tiene experiencia en temas económicos y de management.
UCEMA – Recientemente se publicó el decreto N° 195/11 por medio del cual se creó “Casa Patria Grande “Presidente Néstor Carlos Kirchner” como organismo desconcentrado en la órbita de la Secretaría General de la Presidencia de la Nación.
Su misión es impulsar la promoción de la integración de los pueblos latinoamericanos en términos culturales, políticos, económicos y sociales y constituir un espacio especial para la juventud.
Estas actividades suelen estar en la órbita de Cancillería. Dejo de lado si es el organismo más apropiado, o si es necesario agregar organismos y actividades a la ya recargada actividad estatal con su correspondiente costo fiscal. Lo importante es entender qué servicios prestará este nuevo organismo al quehacer nacional.
Para quienes están dedicados a la actividad productiva una nueva ventanilla para recargar trámites o nuevas regulaciones seguramente será un problema. Si por el contrario se facilitan los lazos de todo tipo y se eliminan restricciones y facilita la comunicación fluida con otros países, entonces será bienvenido.
Las exportaciones son imprescindibles para el crecimiento y desarrollo de nuestro país. Para ello, se deben fomentar y generar tratados de libre comercio, diseñar y ampliar nuestra política comercial y desarrollar mercados.
Si estos organismos están bien gestionados, y con fondos suficientes, pueden mejorar nuestra capacidad de generar divisas. Por el contrario, debemos estar atentos a no diversificar y diluir el esfuerzo creando nuevos entes adicionales, por loables que sean sus objetivos.
Destaco que este comentario se aplica a todos los organismos descentralizados, que son entidades que tienen patrimonio propio y personería jurídica. Son casi 70, cumplen funciones muy variadas y sus gastos se consideran en el presupuesto nacional.
Los ahora funcionarios públicos tendrán que demostrar su pericia para lograr más integración cultural con los pueblos latinoamericanos. Para ello seguramente se generarán actividades y ferias que formen parte del intercambio cultural, político, económico y social.
Más comercio
La Argentina necesita mucho más que “un impulso de la promoción de la integración”, como reza el decreto. Para crecer deberíamos participar en tratados internacionales que están orientados a lograr consensos entre países, algo diferente a un mero intercambio. Se fijan políticas comunes, requisitos mínimos y se confía en la supervisión de otros firmantes de los tratados. No están solamente para facilitar el comercio exterior, sino que hay de derechos humanos, no proliferación nuclear, medio ambiente, temas criminales y múltiples otras áreas.
Aquellos que están dedicados a ampliar el mercado al que pueden llegar las empresas argentinas, al mismo tiempo, nos obligan a cumplir con estándares de calidad internacionales.
El comercio argentino con países latinoamericanos representa solamente el 20% de la balanza comercial total (exportaciones menos importaciones) que fue de US$12.528 millones. Todos los países latinoamericanos representaron en 2020 un saldo por un importe de 2400 millones de dólares. De ellos, el Mercosur fue negativo en US$1274 millones, Chile representó US$2350 millones, el resto de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) fue US$1342 millones y Centroamérica fue de US$572 millones
Ante un intercambio evidentemente exiguo, es bienvenido todo intento de mejora. Esperemos que sea ese el verdadero objetivo, y no sólo costo fiscal adicional.