EXPRESO NEWS En el mes de octubre, el IPC-Libertad y Progreso mostró un aumento de 11,8% mensual. Con esta variación, nuestro IPC muestra una nueva aceleración y encadena tres meses consecutivos con una variación de dos dígitos, constituyendo la peor racha desde el trimestre enero-marzo de 1991. En cuanto a la variación interanual, la misma ascendió a 150,6%, el valor más alto desde julio de 1991 (178,3%).
Con esto, la inflación acumulada durante la presidencia de Alberto Fernández es de 843,4%. En los 15 meses bajo los cuales el actual candidato presidencial, Sergio Massa, se encuentra al frente del Ministerio de Economía, el IPC acumula una suba del 202,6%, similar a la inflación obtenida durante los primeros 32 meses de la gestión (211,8%).
La inflación acumulada en los primeros diez meses del año es del 127,2%; es la más alta desde la hiperinflación de 1990. Dentro de la última década, los registros acumulados más altos para los primeros diez meses del año fueron 76,6% en 2022 y 42,2% en 2019.
El rubro “Vivienda”, tuvo un incremento de 23,6% que se vio notablemente afectado por el incremento en el precio de los alquileres. Su incidencia en el índice fue la más significativa aportando 2,5p.p. Por su parte, “Alimentos y bebidas no alcohólicas” presentó una suba de 9,5%, con una incidencia de 2,2p.p. en el índice. Vale destacar que 7 de los 12 rubros continúan creciendo a un ritmo de dos dígitos mensual, entre los cuales se encuentran “Mantenimiento del hogar”, con una variación de 19,2%, “Alcohol y tabaco”, con un incremento de 18,5% y “Educación” con un aumento de 16,3%.
Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso dijo que “el modelo económico vigente está agotado y la inflación anual de tres dígitos y creciendo es su consecuencia visible”. Y prosiguió: “Lo más preocupante es que se sigue apostando a los controles de precios, que son herramientas que se presentan como un beneficio para los sectores más vulnerables, pero que esconden inflación debajo de la alfombra, generan desabastecimiento y golpean la generación de trabajo. El caso testigo de estas últimas semanas fueron los combustibles, pero también ocurre lo mismo con insumos médicos, alimentos, suministros para la industria, entre tantos otros”.
Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso, sostuvo que “los desequilibrios que se producen en términos de precios relativos son insostenibles y deberán corregirse lo más rápido posible o seguiremos viviendo situaciones de desabastecimiento”. Asimismo, completó: “Desde luego eso tendrá un fuerte impacto inflacionario, que podrá ser controlado si las expectativas de cambio logran contener la demanda de dinero. En caso de que esto no ocurra y sigamos con la tendencia actual de huida de pesos, el estallido hiperinflacionario tendrá una probabilidad cada vez más alta”.