EL LIBERAL El economista y director de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, advirtió que la Argentina está en un proceso hiperinflacionario que aún no “estalló” y que el nuevo gobierno deberá tomar medidas drásticas para evitar que estalle.
El experto tuvo un diálogo extenso con EL LIBERAL a metros del Hotel Libertador, en el barrio porteño de Retiro, donde el presidente electo Javier Milei avanzaba con el armado de su gobierno, pero también con el diseño de un paquete de medidas que tienen como prioridad resolver la alta inflación.
Obra pública: “Lo que manda es la caja. Entre comer y pintar la casa, mientras no comamos, no pintamos la casa. No vamos a invertir. Vamos a cortar donde tenemos que cortar. Si no lo hacemos, el tamaño de la crisis será terrible”.
“Todos sabemos que la economía tiene que ajustar. El tema es quién paga el ajuste. La diferencia es que siempre el ajuste lo pagó la gente de bien y hoy lo van a pagar la política y sus socios”.
“Uno ve con preocupación la herencia desastrosa que recibe este gobierno. De hecho lamentablemente vamos a ver que este año cierra con una inflación de más de 180% y por todas las cosas que se han venido haciendo en las últimas semanas y lo que resta de esta, las expectativas es que tengamos una inflación que supere el 240% interanual en los primeros meses del año que viene”, advirtió.
Abram señaló que “el Banco Central ha venido emitiendo pesos a más no poder, la maquinita está al rojo vivo. Con esto del plan platita en el bolsillo, a la gente la engañaron. Es cierto que estaban contentos porque tenían platita, pero después cuando vos emitís pesos de más, el peso pierde poder adquisitivo, vas a querer comprar algo y ese algo te va a decir, señor, mire vale más que antes y me va a tener que dar más pesos y después a la larga sos más pobre. Ese ser más pobre hacia adelante, lleva a que se refleje en todos los precios de bienes y servicios y en la pérdida del poder adquisitivo, en alrededor de cuatro meses. O sea que esto nos garantiza que de sobrepique vamos a tener cuatro meses hacia adelante que van a ser tremendos”.
El economista sumó a ello “que durante todo el período preelectoral, el gobierno estuvo amenazando a las empresas para que no subieran sus precios, o lo subieran por debajo de los costos que es la inflación. Eso es insostenible porque después vas a las góndolas y los productos no están, porque no conviene venderlos. Esas presiones terminaron cuando la gente votó el 19 de noviembre y es lo que justifica lo que estamos viendo: uno va a las góndolas y hay productos y vas a pagarlo mucho más caro; o bien donde hay presión sobre los precios, vas a la góndola y no hay nada. Esto también se va a tener que corregir en las próximas semanas. Lamentablemente vamos a tener que pagar todos los costos de estos desastres que se han dejado”.
Por ello, adelantó que todas las semanas habrá un escenario de suba constante de precios, pero que “si se hacen las cosas bien a partir del 10 de diciembre, que es mi expectativa, yo esperaría que a mediados del año que viene se empiece a resolver y tengamos que la inflación sea cada vez menor. Pero los primeros meses vamos a tener que apretar los dientes. Así que, esfuerzo y sacrificio, porque los problemas que ha generado la gestión lo van a tener que resolver los seres humanos. Lo bueno es que esta vez vamos a estar haciendo un esfuerzo y un sacrificio para resolver problemas y estar mejor después. Hoy lo estás haciendo igual, pero para no ahogarte más”.
-En la campaña el presidente electo dijo que el ajuste lo iba a hacer la política, pero al final ¿el ajuste le va a tocar a todos?
-El ajuste llegará a todos, pero mejor distribuido que durante toda la gestión de Sergio Massa, donde el único sector que mejoró su situación de poder adquisitivo fue el sector público. Los que trabajan en relación de dependencia o en la informalidad o monotributistas, los jubilados, todos esos sectores perdieron poder adquisitivo. Claramente los únicos que vienen haciendo el ajuste, solo para no ahogarnos más, hemos sido los del sector privado.
-¿Cuáles podrían ser las medidas que, entiende, debería tomar Milei para saber si el plan económico está en el camino correcto?
-Lo primero es la desregulación. En la Argentina tenemos más de 60 mil regulaciones que nos dicen cómo hacer nuestro trabajo a diario. Así es imposible que pueda sobrevivir un emprendedor, una pyme, o los profesionales. A eso hay que eliminarlo. Lo otro es que durante décadas hemos dejado que los políticos construyan un Estado para la política y que le sirve a la política y se sirve de los argentinos. Ahora, una de las señales que tenemos que mirar bien es cómo es el diseño del Estado, eso lo dará a conocer en los primeros días: si el Estado es más chiquito, haciendo las cosas que tiene que hacer el Estado según la Constitución Nacional. Vamos a tener que ver que sea así esta estructura nueva del Estado y si es así, ya empieza a ser una buena señal.
Dolarización
En cuanto a las políticas vinculadas con el dólar, Abram señaló que “lo primero que hay que hacer es salirse hacia una unificación cambiaria cuanto antes después de haber asumido el nuevo presidente y anunciado este programa de reformas estructurado para resolver los problemas de fondo de la Argentina”. El economista apuntó que la única salida del cepo no traumática fue el de Cristina Kirchner, con el gobierno de Cambiemos.
Además, se pronunció a favor de una unificación cambiaria lo más pronto posible, pero reconoció que llevará “mucho tiempo desarmar la maraña de regulaciones, de restricciones, imposiciones, que hicieron que sea sustentable este cepo en el tiempo”.
-¿El dólar a $650 sería razonable como dijo Guillermo Francos?
-“Yo digo que fue demasiado optimista, es posible sí, pero claramente el mensaje de las reformas estructurales que mande por ley Milei y que anuncie, debería concitar un montón de credibilidad para que eso pasara. Yo creo que más bien una unificación sería cerca de los $800. Y debería hacerse urgente porque nos guste o no en este momento estamos en un proceso hiperinflacionario, estamos como en los períodos previos a tres de los cepos que teníamos antes que quebraron también y que fueron las crisis los tres cepos, que terminaron en las hiperinflaciones. Lo que estamos viviendo ahora es exactamente igual a lo que nos sucedió en los períodos previos a esas hiperinflaciones. Por suerte todavía no estalló, o sea que se puede evitar, pero una parte importante de evitarla es salir a una unificación cambiaria”.
Otro tema, es que lo podamos pagar, porque si no, vamos a seguir con estos niveles de inflación, con un país que quiebra bancos centrales y que va de cesación de pagos en cesación”.