Skip to main content

¿Es tarea del estado redistribuir ingresos?

 

Cuando alguien me habla de que los gobiernos tienen que distribuir los ingresos o riquezas, mi pregunta es: ¿la riqueza o ingresos de quién? La respuesta suele ser: “del país” y, la verdad, es que no conozco ningún país que produzca riquezas o genere ingresos. Sí conozco habitantes de países que trabajan o invierten o administran empresas y, en función de su esfuerzo, habilidad y suerte, logran obtener un ingreso.

Por lo tanto, deberíamos suponer que los funcionarios públicos que hablan de distribuir ingresos están pensando en cómo van a asignar los de su propio bolsillo. Sin embargo, no es así, sino que se trata de distribuir, según su parecer, el ingreso de los demás.

Cabe aclarar que cada uno de nosotros realiza su propia distribución de ingresos al disponerlos para determinados gastos o inversiones, que nos parecen nos brindarán un mejor nivel de vida presente o futuro. Con esa asignación de recursos estamos premiando a quiénes lo reciben, que son los que consideramos nos prestan el servicio o brindan el producto que nos es útil, con la mejor calidad y al menor precio. Si no, seguramente hubiéramos adquirido otro. Si un funcionario público pudiera tomar mejor que cada uno de nosotros esas decisiones, deberíamos adorarlo; ya que sería un Dios. Independientemente de que muchos burócratas creen haber entrado al Olimpo de los Dioses cuando acceden a un cargo público, todos sabemos que son comunes mortales como el resto de sus conciudadanos y, por ende, con los mismos derechos.

Por ende, en una democracia republicana, un funcionario ¿puede tener la atribución de disponer de lo que es de cada uno de sus conciudadanos? No. Sin embargo, según la Constitución Nacional, el Congreso de la Nación, conformado por los representantes de los contribuyentes y ciudadanos, puede sancionar impuestos que se utilicen para financiar al sector público. Los funcionarios pueden disponer de estos recursos con las restricciones de los Presupuestos que, también constitucionalmente, deben sancionar los legisladores.

Por lo tanto, para poder hablar de una verdadera democracia republicana, a) los impuestos y los gastos deben ser sancionados, siempre, por los parlamentarios; y b) un funcionario no debería poder disponer de otros ingresos o patrimonios de los ciudadanos o extranjeros sin una ley previa del Congreso. Sin embargo, en Argentina, los presidentes se han arrogado continuamente la fijación de impuestos, como es el caso de las retenciones a la exportación, lo que está prohibido por la Constitución Nacional. En tanto, por no aceptar buscar un consenso con la oposición, actualmente se gobierna sin un presupuesto para 2011, porque no fue aprobado en la Legislatura. Además, hay incontables subsidios que se han dispuesto por decreto o resoluciones que van directamente del bolsillo de los productores (tamberos, agricultores, ganaderos, empresas de servicios públicos, prestadoras de servicios de salud, etc.) al de los consumidores u otros empresarios.

Por ende, los únicos ingresos que puede distribuir el Estado son los que le corresponden por el cobro de los impuestos, sancionados por la legislatura, y dentro de los límites aprobados en el Presupuesto por el Congreso. Con estos recursos tiene que cumplir con sus funciones indelegables y, además, asistir a aquellas personas que están en estado de necesidad, que para ello es el esfuerzo que hacemos los contribuyentes. Dado esto, los argentinos deberíamos pedirles a nuestros gobiernos que respeten los límites al ejercicio de sus funciones que les impone la Constitución Nacional o, por lo menos, dejar de decir que queremos vivir en una democracia republicana; lo que, actualmente, resulta una hipocresía.

 

  • Visto: 12

En torno al individualismo

 

Vivimos la era de la masificación, la época en que la multitud deglute a la persona en aras de aquel antropomorfismo denominado “sociedad”. De este modo se aniquila lo más importante y relevante de la condición humana cual es la posibilidad de desarrollar sus potencialidades, talentos y vocaciones en la diversidad, al efecto de enriquecer a cada persona al máximo de sus condiciones posibles.

El individualismo significa el respeto irrestricto a los proyectos de vida de las personas, siempre y cuando no afecten derechos de terceros. Este florecimiento de las capacidades de cada cual se traslada a la necesaria cooperación social entre las personas puesto que todas obtienen ventajas, a diferencia del socialismo que impone autarquía, cerrazón y regulaciones que bloquean las relaciones libres y voluntarias.

La propiedad privada y la consecuente división del trabajo conducen a un entramado de crecientes y complejas interconexiones individuales que dan lugar a refinadas y sofisticadas civilizaciones. En este contexto, las personas pueden centrar su atención en su especialización y, al mismo tiempo, disfrutar de las enormes ventajas que proporciona el progreso. El hombre primitivo debía poseer un abanico muy amplio de conocimientos concretos en cuanto a reconocer las víboras venenosas, las comidas factibles, la defensa frente a posibles ataques de fieras salvajes, construir su choza, hacer fuego, fabricarse sus herramientas y armas etc. El hombre moderno en cambio con solo conocer su muy específica profesión hace uso de todos los beneficios de la civilización sin tener la menor idea como se fabrican los correspondientes bienes. Esta situación le permite ensanchar su cultura que excede en mucho a lo necesario para sobrevivir que delega en la antedicha división del trabajo. En resumen, el hombre primitivo debía conocer como se fabrica cada cosa que usaba y fabricarla, mientras que el hombre moderno no sabe como se produce lo que usa ni se ve impelido a elaborarla es suficiente que se circunscriba a su especialización y, en su tiempo libre, puede incorporar conocimientos de cultura general.

El auge del individualismo a permitido que aflore a diestra y siniestra la generosidad del ser humano en consejos bienhechores y obras portentosas en línea con lo anticipado por Adam Smith en cuanto a como el interés personal incluye el bienestar del prójimo. En cada lugar en el que ha reinado la libertad se han podido observar emprendimientos benéficos de envergadura al contrario de lo que ocurre en sistemas autoritarios en los que se entiende por “solidaridad” recurrir a la fuerza para echar mano al bolsillo ajeno.

Es el individualismo y la preservación de las autonomías individuales lo que ha permitido enhebrar las referidas relaciones interpersonales en un contexto de complejidad creciente en el que todas las partes ganan debido a su participación libre y voluntaria. Es allí donde la responsabilidad por los actos adquiere un peso decisivo y donde el agente moral cobra un sentido superlativo.

En la literatura, el énfasis en la individualidad tiene su origen en el siglo xiv con los célebres Cantebury Tales de Geoffrey Chaucer al que alude John Dos Passos quien fuera uno de los novelistas más destacados del mundo anglosajón y quien sistematizó la narrativa no lineal. Sobre el ha escrito Jean Paul Sartre que “es el mejor escritor de nuestra época” lo cual también subrayan autores como Norma Mailer. Dos Passos se refiere a Henry Fielding como el comienzo del individualismo aplicado a la novela en su A History of Tom Jones, a Foundling de 1749. A su vez, Dos Passos quien en sus inicios había sido socialista, cuando percibió los graves errores de esta postura intelectual, adhirió al individualismo sobre lo que escribió en muchas oportunidades pero tal vez su ensayo más meduloso es “A Question of Elbow Room”. En este escrito el autor explica que el individualismo permite poner de manifiesto las potencialidades, vocaciones, talentos, inclinaciones y formas de ser que enriquecen la vida. Muestra como las diferenciaciones permiten saborear lo propiamente humano en un contexto de respeto recíproco y como esta tradición ha degenerado en la pestilente inclinación a confundirse con el grupo. En este sentido, escribe que “Consúltese hoy a un sociólogo sobre el significado de la felicidad en el contexto social y seguramente responderá que es el ajustarse a otros […] para los líderes políticos y teóricos de hoy lo sublime consiste en enseñarle a los ciudadanos a ajustarse a las demandas de la sociedad y del Estado”.

En el ensayo de referencia, Dos Passos subraya un tema que ha sido tratado por otros autores de modo similar y es el peligro de incorporar la democracia como simple voluntad de la mayoría, Esta preocupación la mostraron los Padres Fundadores en Estados Unidos, por eso en la Constitución no se hace referencia a la democracia y en su lugar subrayan la trascendencia de la república. Como es sabido, la república agrega al aspecto electoral de la democracia, la igualdad ante la ley, la alternancia de los gobernantes, la responsabilidad de los actos de gobierno ante los gobernados y la transparencia de la gestión pública. De todos modos, debemos enfatizar que los Giovanni Sartori de nuestra época y los Benjamin Constant de antaño destacaron una y otra vez que la columna vertebral de la democracia es el respeto por los derechos de las minorías lo cual no viene ocurriendo debido a los incentivos que operan en un sistema de mayorías compactas, a diferencia de lo que también sugirieron los Padres Fundadores de descentralizar el sistema a través del federalismo, lo cual tampoco se cumple como fue concebido.

En todo caso, como he escrito antes, sin prejuicio de la necesidad insistir en el federalismo, para la elección del Poder Ejecutivo del gobierno central es importante recurrir al consejo de Montesquieu en cuanto a que “el sufragio por sorteo hace a la índole de la democracia” lo cual corre el eje de atención hacia las limitaciones al poder puesto que cualquiera podría ser gobernante, a lo que habría que agregar que ese Poder Ejecutivo esté constituido por un Triunvirato tal como se argumentó en la convención constituyente estadounidense al efecto de mitigar la tendencia al “líder” o “caudillo” y sopesar debidamente las decisiones.

Los peligros de la democracia mal concebida fueron detectados por muchos, uno de los cuales, citado por Dos Passos, es T. B. Maculay quien en correspondencia dirigida a H.S. Randall en 1857 apunta que “Hace mucho tiempo que estoy convencido que las instituciones puramente democráticas deben, tarde o temprano, destrozarán la libertad, la civilización o las dos cosas”. En realidad esto es lo que preocupa a uno de los personajes clave en The Enemy of the People de Ibsen al sostener que “El peor enemigo de la verdad y la libertad en nuestra sociedad es la mayoría compacta” y por eso dice que “La minoría está siempre en lo cierto” lo cual es correcto si se observa lo que sucede en la música, la física, la epistemología, la jardinería, el atletismo, la carpintería y con todo lo que requiere destreza especial y conocimientos específicos (a nadie en su sano juicio se le ocurriría seleccionar a un cirujano para una intervención quirúrgica través del voto mayoritario de la población, sin embargo se recurre a ese método para elegir a quienes velarán por los derechos de todos). Esta misma preocupación es lo que le hace decir a F.A. Hayek en Camino de Servidumbre que cuanto más populoso sea el electorado más habrá que buscar el mínimo común denominador, lo cual naturalmente obliga a descender a niveles muy bajos (en el capítulo sugestivamente titulado “Por que los perores se ponen a la cabeza”).

En donde es posible la realización plena de cada uno -opción inherente al individualismo- las personas se asocian en empresas de muy diversa naturaleza y constituyen familias que son las instituciones más caras al individualismo (y las más detestadas por el colectivismo) puesto que establecen el ámbito más propicio para la formación de almas y criterios independientes en un contexto de cariño y afecto inigualables. Pero es importante apartarse de lo que puede denominarse ajustadamente “familias de la vitrina”, es decir la simple reunión de un grupo de personas que no participan, entienden ni contribuyen a sostener los valores sobre los cuales se sustenta la familia y consideran que con solo acariciarse y “pasarla bien” está todo hecho. Esas pseudofamilias de irresponsables no conciben la posibilidad de que la degradación del entorno que no hacen nada por rectificar nunca dañará malamente a sus integrantes y dejan que los acontecimientos trascurran mirando hacia otros lados hasta que, como en tiempos de los Mao de nuestra época, los forajidos de turno golpean a la puerta para llevarse un mimbro de esa “familia de la vitrina”, situación en la que ya resulta tarde para reaccionar y en la que ni siquiera queda la vitrina en pie. En otros términos, es absolutamente inseparable el que los padres de familia se preocupen y ocupen de mantener cotidianamente ambientes en los que esa valiosísima institución pueda mantenerse y desarrollarse. Si dicen que están muy ocupados en otros menesteres merecen que se desplome ese reducto vital de amor. Este es el sentido del pensamiento de Antoine Saint Exupery: “Amar no es mirarse uno a otro sino mirar juntos en la misma dirección”.

En todo caso, nada de lo que sigue a la premisa que comprende el valor del individualismo puede entenderse si no se advierte como punto de partida de la condición humana. Tal como ha señalado Félix Morley “El individualismo es la libertad vivida”.

*Publicado en Diario de América, Nueva York.
  • Visto: 12

Un proyecto inconstitucional que perjudicará los intereses nacionales

 

Durante la celebración del día de la Industria, en Tecnópolis, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló de generar confianza para atraer inversiones. Una semana más tarde, durante la presentación del Plan Estratégico Agroalimentario (PEA) exhortó a los productores rurales a agregar valor e invertir en tecnología y conocimiento. Para conseguir esos propósitos es necesario garantizar la calidad institucional. Por eso, si de respetar las reglas de juego se trata, habría que empezar por la Constitución. El proyecto de Ley de Tierras, que pondría límites a la compra por parte de extranjeros, es un claro atentado contra la Carta Magna. El artículo 20 de la Constitución dice con absoluta claridad: “Los extranjeros gozan en el territorio de la Nación de todos los derechos civiles del ciudadano; pueden ejercer su industria, comercio y profesión; poseer bienes raíces, comprarlos y enajenarlos; ejercer libremente su culto; testar y casarse conforme a las leyes. No están obligados a admitir la ciudadanía, ni pagar contribuciones forzosas extraordinarias. Obtienen nacionalización residiendo dos años continuos en la Nación; pero la autoridad puede acortar este término a favor del que lo solicite, alegando y probando servicios a la República”.

Nuestros padres fundadores concibieron a la Argentina como un país abierto que invita a los extranjeros a habitarlo. Así quedó establecido en el preámbulo de la Constitución que convoca con entusiasmo “a todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”. Además, el artículo 14 les otorga los mismos derechos que a los locales, porque habla de los derechos de los “habitantes”, sin hacer ninguna distinción entre extranjeros y autóctonos o naturales.

En principio, esta ley aparentaría perjudicar a los inversores extranjeros interesados en las bondades de nuestras productivas tierras. Sin embargo, no serán ellos los principales perjudicados. Serán los intereses de los argentinos los que terminen dañados. En un país donde hace falta mayor inversión estaremos restringiendo el ingreso del capital que viene del exterior. Eso significará menor productividad, salarios, empleos y, por ende, nivel de vida más bajo para todos.

Otra de las consecuencias esperables de una ley como la que podría llegar a aprobarse es la caída del valor de los campos. La menor demanda que generarán las restricciones de compra a los extranjeros podría provocar una depresión de los precios. Esto perjudicará principalmente a los pequeños productores. Para ellos el menor precio de sus tierras significará también una disminución de sus posibilidades de acceso al crédito productivo; ya que el mismo depende del valor del campo.

Los pequeños tenedores de tierras que no tienen posibilidad de hacerlas producir, verán mermados sus ingresos por alquileres, al cotizarse menos sus propiedades.

¿Por qué hay que suponer que un empresario agropecuario local hará mejor o peor uso de la tierra que uno extranjero? Tampoco tiene fundamento la hipótesis que supone que la extranjerización de la tierra atentaría contra la seguridad alimentaria: cuando se genera competencia necesariamente se incentiva -a locales y extranjeros- a producir más y en forma sustentable. Los que compran tierras son empresarios extranjeros no miembros de algún oscuro poder de otro país.

Serán los grandes terratenientes locales los que terminen beneficiándose con la aprobación de un proyecto como el que envió el Poder Ejecutivo al congreso ya que podrán alquilar más barato o comprar aquellos campos que vendan los pequeños propietarios, a mucho menor precio.

Además, medidas como éstas pueden traer represalias y llegar a afectar interese de los argentinos en el extranjero o alguna limitación para nuestras exportaciones. Es esperable que las personas afectadas se quejen con sus embajadas y logren dictar leyes en respuesta a una ley de tierras como la que se debate.

*Publicado por El Cronista, Buenos Aires.
  • Visto: 11

El futuro del dólar

 

Cecilia Fava no piensa que el dólar vaya a escalar hasta los $ 6 a fin de año ni que el Gobierno decida oficialmente una devaluación; sin embargo, todos los meses aparta una porción de su sueldo, corre hasta una casa de cambio y compra moneda estadounidense. Esta contadora de 34 años no es la única que hace esto en un país donde el billete verde es visto como refugio de valor: entre enero y fines de agosto, hubo una fuga de US$ 13.000 millones, y se especula con que esa cifra supere el récord de 23.098 millones, que se alcanzó en 2008, entre el conflicto del campo y la crisis financiera global.

En tanto, hay sectores industriales, como el vitivinícola y el frutícola, a los que ya se les esfumó toda la ventaja que les dio la devaluación de 2002 y claman por un ajuste del tipo de cambio. El volumen de producción de vinos, que creció a más del 10% anual desde 2002, cayó este último semestre un 6 por ciento. Aunque por lo general prefiere el silencio, el resto de los industriales también lamenta la mengua de competitividad que les significa un dólar a $ 4,24, según el cierre de anteayer . Es más: Brasil, el principal socio del Mercosur, comenzó a depreciar el real en las últimas semanas.

Lejos de acicatear una devaluación del peso, el Gobierno invirtió desde el viernes 2 de este mes US$ 670 millones para mantener las pizarras quietas, a costa de esmerilar sus reservas, que ya cayeron 2511 millones en lo que va del año y, como dicen analistas consultados por LA NACION, de comprarse un problema en el futuro. Porque esas mismas reservas pueden ser necesarias en escenarios más desfavorables. En medio de este panorama ¿es posible una devaluación en la Argentina? La opinión generalizada entre analistas consultados es que no y que, aunque muchos de ellos la consideren una solución ante la suba de costos, lo que se verá será una tenue y constante depreciación del peso. Eso sí, el contexto internacional no da lugar para grises: si hay una recesión mundial, ya no será una elección propia devaluar, sino que habrá que hacerlo en las peores condiciones, según algunos.

Miguel Kiguel, de la consultora Econviews, cuenta que hasta hace unos meses su opinión era que el peso no estaba sobrevaluado, pero ahora, con Brasil, que comienza a darse vuelta, y la crisis en Europa, se necesitará un tipo de cambio más alto. "Lo ideal será que el peso se siga depreciando gradualmente, entre dos y tres centavos por mes", dice el economista. "Así, podría estar en $ 4,40 a fin de este año."

Con industriales que pierden mercados por no poder exportar, la pregunta es si esto será suficiente. "Ahí la respuesta viene por el lado del crédito, como hace Brasil", dice Kiguel. "Si ellos lo hacen, nosotros también podemos. También se podrían quitar las retenciones a los productos industriales, que fueron puestas en otro contexto y no para uno en el que el peso está sobrevaluado y el real se devalúa", acota.

Un empresario vitivinícola confió que ya son varias las bodegas a las que la combinación entre dólar parado e inflación alta las obligó a destinar al mercado interno líneas que produjeron pensando en el exterior. "Si todas las exportadoras tiran su vino acá, se llevarán puestas a las marcas chicas", advierte el ejecutivo. Aun así, no cree en las devaluaciones y prefiere una depreciación gradual, manejada por el Gobierno.

Carlos de la Vega, presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y uno de los pocos empresarios que aceptó hablar del tema, dice que el Gobierno, por ahora, cumple con su palabra de no devaluar y él cree que seguirá así. "Lo vemos a través de los pequeños ajustes que se hacen periódicamente", señala. "¿Alcanza?", se le pregunta. "Sí, porque no podemos basar nuestra competitividad sólo en el tipo de cambio. Debemos ser eficientes, optimizar costos e invertir", destaca el empresario.

El ajuste en el que confía De la Vega será este año, según estiman algunos economistas, del 8%, mientras que en 2012 llegará al 12%. Juan Battaglia, jefe de Research del Mercado a Futuro de Rosario (Rofex), dice que el dólar se negocia a $ 4,46 para agosto de 2012, lo que significa una depreciación implícita del 12,5%. "Muchos ven esto como una depreciación esperada, pero yo creo que eso es incompleto, porque los futuros dependen del precio de contado y de las tasas de interés", explica Battaglia.

Si bien destaca que hoy el mercado de futuro no convalida un tipo de cambio clavado hasta fin de año, ve altamente improbable una devaluación. "Porque la Argentina hoy no tiene problemas fiscales ni de deuda ni de balanza de pagos, condiciones presentes en todos los países que alguna vez devaluaron", comenta Battaglia.

En declaraciones al canal CN23, la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, descartó una devaluación. "El Banco Central seguirá administrando el mercado de cambios de manera que tenga baja volatilidad. Y después de octubre vamos a seguir teniendo exactamente la misma política", afirmó. LA NACION intentó sin éxito hablar con la funcionaria. Lo mismo ocurrió con el Ministerio de Economía.

Mientras, sigue la compra de dólares , el achicamiento del superávit comercial, la depreciación del real, la suba de costos internos y el goteo de reservas. ¿Por qué, entonces, se ve lejos la devaluación? Una de las razones, explica el ex secretario de Finanzas Daniel Marx, es que tomar esa medida podría tener un impacto negativo en la inflación local y exacerbar la salida de capitales.

Mientras el precio de las materias primas esté por las nubes, puede comprar dólares, con lo que nominalmente la moneda queda igual, pero se ajusta por los términos de intercambio (relación entre los precios de exportación y los de importación). "Ahí tenés un país a dos velocidades, una sojera y otra industrial, pero no devaluás", acota Marx.

Aldo Abram, director de la fundación Libertad y Progreso, explica por qué el Gobierno puede seguir sin devaluar y mantener la premisa que el ex presidente Néstor Kirchner confesaba puertas adentro: que hay sólo dos cosas que voltean a un gobierno, el default y la devaluación. "Este modelo funciona mientras [Ben] Bernanke siga siendo kirchnerista", opina Abram.

Muy simple. Si el actual presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos no dejara caer al dólar en el mundo (igual que su antecesor, Alan Greenspan), Cristina Kirchner se vería obligada a habilitar una depreciación mucho más grande del peso. "Lo notable es que el mundo le sigue sonriendo al Gobierno, porque el dólar se sigue depreciando", agrega Abram.

Si el dólar empezara a subir en el mundo, ahí sí surgiría un problema fenomenal. Pero nada indica que Bernanke cambie de estrategia, ya que, según pronostican algunos analistas internacionales, Estados Unidos continuará sus esfuerzos por recurrir a la devaluación del dólar para librarse del endeudamiento.

Con ayuda externa y todo, la tenue depreciación del peso sabe a insuficiente. Para el economista José Luis Espert, en el plano del deber ser, una depreciación del 12% en 2012 no contiene el proceso de atraso en el tipo de cambio, porque la inflación es de 25%. "¿Ese nivel de atraso obliga a devaluar? No", concluye Espert. "El tipo de cambio hoy es parecido al de los últimos 40 años, mucho mayor que el de 2001 y más alto que el de los 90", detalla.

Como se ve, las presiones actuales no alcanzan para obligar a una devaluación. Pero se hacen acrobacias sin red: si un día el dólar se aprecia o si la crisis global deprime los precios de las commodities , las reservas que se usan hoy estarán agotadas y ya no habrá olla en la que rascar.

 

13.000

Son los millones de dólares a los que asciende la fuga de capitales este año.

 

670

Son los millones de dólares que el Gobeirno vendió desde el viernes 2 de este mes para mantener estable la cotización..

 

*Por Carlos Manzoni, para La Nación, Buenos Aires.
  • Visto: 15

Ley de tierras avanza sobre derechos

 

Con la rebelión por el abuso fiscal contra el campo, el Gobierno aprendió que los argentinos, todavía, podemos reaccionar ante los grandes atropellos a nuestros derechos y libertades. Por lo tanto, en busca de ejercer un poder absoluto ha ido avanzando paso a paso.

Es un ejemplo de ello el proyecto de ley de tierras enviado al Congreso, que implica un nuevo avance sobre los derechos e instituciones preservados por la Constitución nacional. Esta última, desde su preámbulo, establece que los extranjeros tienen los mismos derechos que los argentinos. Por ello, cuando habla del derecho de propiedad, de ejercer una industria lícita, de igualdad ante la ley, menciona a los habitantes y no solamente a los nativos locales. En el artículo 14 se aclara que todos los residentes gozarán de estos derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio. Mientras que en el artículo 16 se establece que todos los habitantes son iguales ante la ley.

Por lo tanto, ninguna norma puede discriminar entre nativos o extranjeros a la hora de reglamentar estos derechos y garantías, como bien se aclara en el Art. 28. Por si todavía a alguien le quedan dudas, en el artículo 20 se afirma que los extranjeros tienen todos los derechos civiles de ciudadanos en el territorio de la Nación. Es más, en el artículo 25 se remarca la obligación del Gobierno Federal de fomentar la inmigración y la prohibición de limitar la entrada de extranjeros a territorio argentino que vengan a trabajar o ejercer una industria lícita. Por lo tanto, la propuesta de ley de tierras del Poder Ejecutivo es violatoria de la Constitución nacional.

Por supuesto, se lo justifica como un proyecto que busca preservar un recurso estratégico. Sin embargo, nadie puede demostrar que un extranjero tenga menos incentivos que un argentino para cuidar algo que le pertenece, o favorecer a los pequeños productores, cuando serán uno de los principales perjudicados. La menor demanda de tierras que implicará esta restricción a los no nativos disminuirá relativamente el precio de sus propiedades para aquellos que necesiten venderlas. Además, al depender de dicho valor, se les acotará la disponibilidad de crédito y, para los que no puedan hacerlas producir, les disminuirá los arrendamientos que puedan cobrar.

Ejemplos.

Como muestra del persistente avance sobre los derechos e instituciones constitucionales, hay más ejemplos en sintonía:

a) El Gobierno gasta los impuestos de los contribuyentes sin previa autorización del Congreso, como manda la Constitución nacional.

b) Fija tributos (como las retenciones a la exportación); lo que, constitucionalmente, es una función irrenunciable de los legisladores.

c) Un funcionario de tercera línea pueda llamar a los comerciantes y productores para ordenarles cómo deben manejar sus negocios, sin siquiera una norma legal escrita que los respalde, pero con amenazas diversas.

d) El Poder Ejecutivo interviene el INDEC para que nos mienta con los datos de inflación, pobreza, PBI y otros, siendo éste un organismo público (es decir pagado con nuestros impuestos), cuando debería darnos información confiable para ejercer nuestro derecho a controlar la gestión del Gobierno.

e) Un «servidor público» puede abusar del poder que le delegamos e imponerles multas y perseguir judicialmente a quienes decidieron medir el alza de precios y brindarle a la ciudadanía datos más cercanos a la realidad.

f) Se gastan el dinero de los jubilados presentes y futuros en asignaciones universales por hijo, computadoras, decodificadores para ver la TV digital oficial o en más de un millón de pensionados que no hicieron los debidos aportes. Erogaciones que, de justificarse, debieron ser pagadas con recursos de los impuestos y no con los aportes previsionales.

g) El Gobierno no cumple los fallos judiciales en materia previsional con el argumento de no desfinanciar el régimen jubilatorio, cuando se gasta demagógicamente dichos recursos en erogaciones que no corresponden. Lamentablemente, éste no es el único caso de desacato de las decisiones de la Justicia por parte del Poder Ejecutivo, cuando todos deberíamos estar subordinados a ella.

h) Se sanciona una ley de medios que le da el poder a un funcionario para determinar qué vamos a ver en la TV o a escuchar en la radio, violentando la libertad de elección y de expresión.

i) El Gobierno acosa a los medios de comunicación que no comulgan con su opinión oficial, diluyendo la libertad de prensa, base necesaria de una verdadera democracia.

j) Arma un multimedios estatal, utiliza con fines electorales la cadena nacional y para atacar a los que no comparten la visión oficial.

k) Se sanciona una ley electoral que limita el fondeo y la actividad proselitista de los partidos; pero no restringe la del Gobierno, que utiliza los cuantiosos recursos de nuestros impuestos para la campaña de su partido.

l) Se coarta la independencia del poder judicial y de los organismos que deberían controlar el accionar de los gobernantes.

Cuenta una vieja historia que un viajero hambriento se acercó a un río y atrapó una gran rana. Cuando la tiró a la olla, al tocar el agua hirviendo, el batracio pegó un salto y se escapó. Tras largo rato para volverla a cazar y habiendo aprendido la lección, puso agua fría en el recipiente y metió su presa, que se quedó nadando adentro. Luego colocó la olla al fuego y a medida que la temperatura subía la rana se iba acostumbrando hasta que por fin se durmió y murió hervida. ¿No será que el kirchnerismo aprendió a cocinar nuestros derechos y libertades que preserva nuestra Constitución nacional?

*Publicado por Ámbito Financiero, Buenos Aires.
  • Visto: 13
Doná